º+º+ - OMEGAVERSE -+º+º
Kim Taehyung, un científico muy inteligente y apuesto, salva a un pequeño lobo de la súbita muerte en su laboratorio. Con la idea de cuidar del cachorro, Taehyung se lo lleva a su lujoso departamento a descansar.
A la mañan...
Al salir del coliseo, Jungkook y yo nos fuimos por nuestra cuenta a almorzar a un lugar que el menor quería mostrarme desde hace un tiempo.
Sin dudas estaba fascinado por el ambiente casual de la ubicación sobre una superficie flotante y la decoración elegante de las mesas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sol de New York nos acompañaba esa tarde al igual que una suave brisa fresca. La música clásica sonando por unos pequeños parlantes y el murmullo de las conversaciones hacían del restaurante un lugar mágico.
- Me encanta – respondí sin poder contener mi asombro observando cada detalle.
- Ven, por aquí está nuestra mesa – Jungkook tomó mi mano llevándome hasta la esquina del bote flotante. Se notaba que había escogido aquella en particular a sabiendas de que poseía la mejor vista de la laguna – muero de hambre.
- ¿Qué te apetece comer?
- En realidad estaba pensando... - murmuró ojeando el menú en sus manos – que quizá podríamos pedir distintos platos y compartirlos para probar de todo un poco.
- No creo que pueda comer tanto, no tengo mucha hambre.
- Descuida, lo que tú no termines, me lo comeré yo.
- Por eso me agradas tanto – reí mirando la parte de las bebidas.
- ¿Solo te agrado? – cuestionó con una sonrisa juguetona en sus labios.
- ¿Puedo tomar su orden?
- Sí, por favor – aclaré mi garganta deseando que el sonrojo de mis mejillas desapareciera o hasta el mesero sabría lo nervioso que me había puesto por una pequeña broma.
Pedimos la comida y en poco tiempo ya nos habían traído los platos junto a la botella de vino blanco que escogimos.
Jungkook no mintió cuando dijo que tenía hambre, devoró con placer cada platillo saboreando hasta el último bocado. Verle en tan buen estado de salud me hizo verdaderamente feliz. La última vez que comimos juntos fue en un almuerzo con Jackson y Mark, la mesa también estaba llena de platillos deliciosos esa vez, sin embargo Kook apenas había tocado su comida. Su aspecto delgado no era normal en ese entonces.
No obstante, ese ya no era un problema ahora. Sus mejillas rellenas y esa piel brillante comprobaban que su estancia en el hogar Kim había sido la mejor decisión.
- ¿Te llenaste?
- Para serte sincero... - tomó un trago de su copa – casi.
- ¿Casi? – crucé mis dedos sobre mi regazo relajándome en el asiento - ¿qué más te apetece?
- Quiero comer algo que tú quieras, apenas probaste la comida hace rato. ¿Seguro que estás alimentándote bien?
