❄ Capítulo 89 ❄

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Kim Seok Jin

- Seokjin...

Alguien susurra mi nombre.

- Seokjin...

Pero estoy demasiado perezoso para abrir los ojos.

- SEOKJIN.

- ¡¿Qué pasó?! – de inmediato me senté y abrí los ojos en grande tras sentir un fuerte manotazo.

- Ya casi es medio día, ¿hasta qué hora piensas dormir? – Yoeng-ah yacía a mi costado de brazos cruzados bien vestida y arreglada – te traje unas pastillas para la resaca.

- Gracias – sostuve el vaso que me ofreció y tomé la pastilla - ¿por qué no me levantaste antes?

- ¿Crees que no lo intenté? Estuve hablándote desde hace 3 horas, llegué a creer que habías muerto. Suerte que no tenemos trabajo hoy.

- Tengo hambre...

- Baja a la sala, preparé algo para ti.

- ¿Qué? ¿Tú misma? ¿Con tus propias manos?

- Sí, ¿por qué?

Quité las sábanas rápidamente y salí corriendo de la habitación, bajé las escaleras y crucé el pasillo en dirección a la cocina.

Como imaginaba... había todo un desastre allí. Lucía como si un huracán hubiera pasado dejando utensilios sucios desparramados sobre todo el mesón y un raro olor.

- ¿Seguro que no le pusiste veneno a lo que preparaste?

- Quizá... - ladeó la cabeza sonrió divertida – tendrás que probarlo para saberlo.

Tragué saliva sintiendo una ola fría subir por mi espalda anticipando el sabor extraño y poco convencional de lo que sea que haya cocinado.

Yeong-ah era admirada por su gran sabiduría en muchos ámbitos, es paciente, divertida, elegante y pulcra. Es perfecta en absolutamente todo... menos en la cocina.

- Toma uno – sostuvo una charola de cerámica con 6 sándwiches que tenían una pinta asombrosamente apetecible.

Pero aunque lucieran muy bien por fuera, lo medité mucho antes de alzar uno y llevarlo a mi boca.

No obstante, contrario a cualquier predicción o prejuicio, por primera vez en todo el tiempo que nos conocemos no sentí nauseas o ganas de escupir su comida. La combinación de los vegetales, huevos, jamón y queso era sensacional y más que exquisita.

- ¿Qué le pusiste? Sabe espectacular.

- No eres el único que puede hacer milagros en la cocina – se jactó orgullosa aunque levemente sonrojada.

Tomé la bandeja a la vez que ella agarraba su taza de té y salimos de la cocina para dirigimos a la sala donde podríamos sentarnos a comer cómodamente.

- Por cierto, ahora que estás sobrio y lúcido, quiero que me cuentes quién fue el idiota que hiso que te emborracharas de esa manera anoche.

- No se habla mientras se come – objeté a la par que tomaba otro sándwich asegurándome de tener una excusa para no sostener aquella charla.

- Entonces esperaré a que termines, no tengo prisa Jin. Te recuerdo que es domingo y tenemos todo el día libre. Tarde o temprano tendrás que hablar.

- Eres terrible ¿lo sabes? Ya hasta se me quitó el apetito – dejé los sándwiches a medio comer sobre la bandeja y sacudí mis manos limpiando las migajas de pan en lo que pensaba cómo dirigirme al asunto sin mencionar el detalle de que su hijo estaba involucrado – es una historia que no vale la pena contar.

My Utopia - Taekook/Vkook OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora