Encubierta

CAPÍTULO 5 ✅

"Miradas que prometen"

El viernes llegó más rápido de lo que esperaba, hoy me voy a inscribir en el taller de fotografía junto a Keyla, y la verdad eso me tiene emocionada, sin contar que mañana tenemos salida libre, podré hacer un poco de turismo junto a las chicas y además descansar un poco, la verdad esto de hacer tarea es agotador.

Me encontraba caminando hacia mi siguiente clase que es literatura, me encuentro emocionada, además de gustarme todo lo referente a la fotografía también me gusta leer, tal vez no soy una come libros pero es algo que disfruto.

Cuando llegué al salón solo habían tres chicas y dos chicos, dos de las chicas eran Keyla y Mandy, y los dos chicos no los conocía, me fuí a sentar junto a las chicas específicamente quedando adelante de Mandy y en diagonal a Keyla que estaba sentada casi al lado de Mandy, a diferencia de los demás salones que tenían los pupitres juntos los de este salón no, ya que el profesor decía que había muchos más espacio para moverce y controlar más el salón.

—Hola chicas, estoy emocionada por mañana—les dije a penas me senté.

—¡Yo también!, te quiero enseñar un lugar en donde hacen las mejores donas que podrás comer en este mundo—me comenta Keyla igual de emocionada que yo, o tal vez más, quien sabe—

—Eso suena genial, les cuento un secreto—les digo inclinandome hacia ellas y bajando el tono de voz, lo cual ellas dos también se inclinaron esperando que hablara—nunca he probado una dona en mi vida—les conté un poco apenada.

Sus expresiones faciales solo detonaban horror, como si yo hubiera cometido un crimen.

—¡¿Cómo qué nunca has probado una dona en tu vida?!, donde estabas metida tú, ¿en el hueco del mundo?—se exaltó Mandy viendome entre sorprendida y un tanto anonadada—

Yo solo me encogí de brazos restándole importancia, además las pocas personas que estaban se voltearon a mirar hacia nuestra dirección, había llegado un poco más de gente, por lo que me sonroje por sus miradas curiosas.

—Baja la voz, tampoco he cometido un crimen, solo que desde pequeña llevaba un dieta un tanto estricta, tal vez las haya comido pero fue hace mucho y no recuerdo su sabor—me encogí nuevamente de hombros y me enderezé en mi lugar al ver que el profesor entraba en el aula, mientras que otros estudiantes entraban rápidamente al salón, y entre los pocos estudiantes pude distinguir a Lander y a Lukas quienes se sentaron en dos sillas por delante de mi en la fila de la derecha.—terminaremos esta conversación aquí, después si quieren pruebo todos los sabores existentes de donas en el mundo, ¿de acuerdo?— les hablé a las chicas las cuales asintieron y se enderesaron en su silla, no sin antes dondese una sonrisa cómplice que me dijo que mañana ni desayunara -si entienden a lo que me refiero- ellas dos serían capaces de hacerme comer dos docenas de donas en una misma mañana.

Tomando un gran suspiro, el profesor inició la clase.

—Buenos días alumnos, hoy vine de un buen humor así que les daré charlas, haremos especie de un debate acerca de los géneros literarios que más les interese, pero también el que menos les gusta, desde la poesía hasta el romance, están de acuerdo—habló el profesor, y todos estuvieron de acuerdo, y aunque no lo estuviéramos el profesor igual lo haría, total es su clase—Bueno hablaremos de la poesía, alcen la mano a aquellos que les gusta leer poesía o a quienes les gustaría leerla—pidió él, sólo algunos levantaron la mano quizás unas 9 personas de casi 30 que había en el salón.

Y yo era una de ellas, no leía mucha poesía, pero cuando lo hacía, siempre sentía que estaba leyendo algo tan bello y profundo, sintiendo que nunca sería capaz de escribir algo así, los sonetos no son lo mío.