“El rincón de Hera”
Cuando llegué al internado me fui directo a un pequeño parque que tenía, era hermoso y lleno de flores, podía reconocer las rosas, habían blancas, rosas y rojas eran las que más destacaban, todo era hermoso, había una fuente en el medio con una escultura de al parecer un dios griego, y por lo que puedo observar es Eros Dios del amor, lo sabía por que era un pequeño ángel con pañales y un arco.
Me siento en una de las tantas bancas que habían al rededor, coloco la caja de donas y demás en mis piernas y mi café en el césped.
Voy a ahogar mis penas en donas, ya no importa si engordo o no, ya no soy una modelo ya no importa si tengo unos kilos de más.
Saco una dona redonda y al parecer rellena, la partí en dos para ver de que era, de ella salió una pasta color marrón, no uno como el chocolate si no uno más brillante y con más consistencia, di un pequeño mordisco con desconfianza, después de unos segundos los sabores me invadieron, era dulce y rico.
De una vez supe que era dulce de leche, tenía mucho tiempo sin probar dulce de leche, esto es el paraíso.
Dos donas después ya estaba empalagada, había comido una de Oreo y otra de nutella ambas estaban deliciosas y aunque no me comí más de la mitad de ambas, ya estaba como si fuera a morir de un coma diabético.
En un momento escuché el ruido de una rama rompiéndose y alcé rápidamente mi mirada.
—Pensé que era el único que amaba esa cafetería.—se acercó a mí, señalando el logo de la cafetería que se encontraba en la caja en forma de calcomanía —es una de las mejores, y sus donas son deliciosas.
—Bueno mis amigas están locas por esta cafetería, yo acabo de probar sus donas y definitivamente son las mejores— le contesté—
Lander se paró al frente di mí, tuve que alzar mucho más mi mirada además de inclinar mi cuello, él me señaló un espacio a mi lado, preguntando si podía sentarse, yo solo asentí y él tomó asiento a mi lado.
Miré la caja en mis piernas y se la tendí, ofreciendo una de las donas, el tomó la mitad de la dona de Nutella y se la llevó a la boca, da un suspiro de deleite, se ve que la disfruta.
—Tenía tiempo sin comer una de éstas, son mis favoritas—dijo mientras se limpiaba la comisura de la boca.— y dime, que haces por aquí sola, pareces algo triste.—me miró directamente a los ojos, yo aparté mi mirada viendo hacia la fuente.
—No es nada, sola tuve un comienzo de día un tanto movido.—le respondí.— Y tú que estás haciendo aquí, la mayoría del internado está afuera.
Él de encogió de hombros.
—No me apetecía salir la verdad, además cuando desperté ya lo buses se habían marchado.—
Nos quedamos unos minutos en silencio, era un tanto incómodo, solo hemos cruzado unas cuantas palabras desde que estoy aquí.
—Y dime, de donde eres—Volvió a hablar.
Giré viendo sus ojos, quiere hacerme conversación o lo está intentando.
—Vengo de Italia—me encogí de hombros, restándole importancia.
—¿Enserio? ¡Yo también!—contestó sorprendido y creo que emocionado. —¿De qué parte de Italia vienes?
—Soy de Roma, y tú ¿de que parte eres?—le pregunté.
—Bueno la mayoría de mi familia viene de Sicilia, específicamente Messina.—me respondió.
—¡Eso es asombroso! No he tenido la oportunidad de ir, pero me encantaría.—le dije emocionada
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Encubierta
Teen Fiction||Completa|| En edición ⚠️ ||Todos los capítulos disponibles|| Olivia De Luca, una hermosa modelo, actriz y aficionada a la fotografía. Nacida y criada en Italia. Sin tener un solo amigo en su vida, se replantea si vale la pena tener millones de se...