CAPÍTULO 33

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"¿No tienes hambre?"

Hace una semana fue el desfile, los chicos y yo nos regresamos al internado el domingo, todos estaban con dolores de cabeza por la resaca, ni siquiera recordaban lo que había pasado el día anterior -y eso es decir mucho-.

Lander esta semana a estado muy estresado, en pocos días será la obra, los ensayos están siendo más exigentes, yo trato de ayudarlo en todo lo que pueda, pero el hecho de que debo de entregar y elegir las mejores fotos que le tomé a Lander y Elena para el taller de fotografía, debo de elegir mínimo cinco de cada uno, y la verdad se me va a hacer muy difícil, me gustaría elegir todas pero tomé más de cincuenta fotos.
  En el internado todo va bastante bien, ya nadie trata de acercarse a mi con dobles intenciones, Bethanny a tomado distancia, pero sus miradas despectivas y ojos en blanco me siguen demostrando su indiferencia y desinterés en mi, en esa parte le doy las gracias, no necesitaba que ella también fuera de esas chicas hipócritas.

Llevo mis manos a mi rostro en señal de frustración, mi vista está cansada y me duele un poco la cabeza.

Hoy me la he pasado haciendo el trabajo final de Literatura, consta de un ensayo de más de tres mil palabras, además que debo de contestar unas preguntas. Ya terminé el ensayo y solo me falta contestar dos preguntas, al estar todo el día sentada frente mi laptop me ha cobrado factura, tengo un dolor punzante en mi espalda y mis ojos están muy cansados, me perdí la cena por estar aquí encerrada, y mi estómago me está exigiendo algo de comer, guardo el archivo por si pasa algún accidente no deseado para después levantarme he ir a la cafetería por algo de comer.
  Antes de poder colocarme mis zapatos se escucha un toque en la puerta del balcón, me levanto de mi lugar ya sabiendo quién es la persona detrás de esa puerta.

Al abrirla no me sorprende ver a Lander detrás de ella, hago que pase rápidamente antes que alguien lo pueda ver.

—Hola Joyita.—me planta un pequeño beso en mis labios.

Sonrío un poco.

—Hola Land—

Veo como se dirige a mi escritorio y aparta algunos libros y papeles sueltos para después colocar una bolsa de papel en la mesa.

—Como sabía que estabas haciendo tu ensayo y has estado todo el día trabajando decidí traerte algo para cenar.—sonríe.

Me acerco a él y le doy un gran abrazo.

—Estaba a punto de bajar a comer, pero muchas gracias, me ahorraste todo el camino al comedor.—beso su mejilla agradecida.

—Pues me alegro haber llegado a tiempo.—desvía su mirada de la bolsa y me mira a los ojos, una linda sonrisa se posa en sus labios.

Ay Dios esté hombre es hermoso.

Veo como saca barios topers de plástico, alzo una ceja sorprendida por la cantidad de comida que trajo.

—¿No crees que es mucha comida?—alzo una ceja al verlo sacar unas cuantas más y dos botellitas de jugo.

—No sabía que ibas a comer así que traje de todo un poco, además yo también voy a comer.—me guiña un ojo.

—¿Y si vamos a la cama? —doy un suspiro.

Lander alza sus cejas sorprendido.

—¿Pero no tienes hambre? —luce confundido.

Me toma unos segundos entender a qué se refiere, abro mucho mis ojos por la sorpresa y siento como mi rostro se pone caliente en aviso de mi sonrojo.

—¡O por Dios! Lo decía para comer ahí, no para otra cosa.—le doy un pequeño golpe en su brazo.

El rostro de Lander se vuelve carmesí por la vergüenza, pero en menos de un segundo se está riendo a carcajadas.

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