CAPÍTULO 43

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“¿Otra ronda?”

Los días y las semanas pasaron rápido y entre ellas muchos sucesos un tanto interesantes.

Kenneth salió del hospital una semana después de que despertara, sus ánimos parecían ser los mismos aunque en dados momentos su cabeza parecía viajar a otra parte de sus pensamientos, pero eso lo asocié con la pérdida del señor Jones. Kenneth desarrollo una fobia hacía los autos, nos dimos cuenta en el momento que lo quisimos adentrar al vehículo para ir a casa, fue imposible que el subiera por su propio pie, los doctores le tuvieron que dar un sedante para poder que él cediera, ahí nos dimos cuenta que todo no estaba saliendo del todo bien por lo que rápidamente nos pusimos en contacto con una psicóloga la cuál Kenneth va a ver dos veces por semana, su herida del costado comenzó a sanar de una buena manera y sin complicaciones, pero algo que si no está yendo del todo bien es su mano, cuando le quitaron el yeso el doctor dijo que los tornillos en sus dedos podían ser removidos sólo si estos le incomodaban lo cual Kenneth quiso que se los quitaran rápidamente.
La operación no duró mucho y era de poco riesgo, sus dedos tiemblan de forma involuntaria y eso lo hacía irritar.

Después de ahí la familia Jones está bastante bien, aún siguen de luto y eso lo entiendo perfectamente una pérdida de esa magnitud no se supera de la noche a la mañana.

Cuando regresamos al internado las cosas eran diferentes, era como regresar siendo otra persona totalmente distinta.

Lander en un principio no quería regresar, él no se quería alejar de su familia pero después de un buen regaño por parte de Anne todo estaba más que resuelto, las clases pasaban rápido y los estudiantes ya no me ponían tanta atención, Bethanny dejó de molestarme o provocarme lo cual agradecí no estaba de ánimos para aguantarla.

Los días y semanas pasaron rápido, casi en un abrir y cerrar de ojos las semanas se convirtieron en meses provocando que la graduación estuviera a tan solo tres días de ser ejecutada.

Todos los de último año estábamos a la expectativa, es el final de una etapa abriéndonos paso a una nueva fase de nuestra vida, muchos van a ir a la universidad pero debo de admitir que eso no es lo mío, no me veo estudiando una carrera o especializándome en ella y eso está bien, si no es lo mío simplemente haré lo que me gusta hacer y lo mejor de todo es que podré vivir de ello.

Acomodo las últimas prendas en la maleta, aunque todavía hacen falta tres días para la ceremonia de graduación nuestros exámenes finales ya terminaron, esa semana fue de locos todos estábamos tan nerviosos que las horas libres nos la pasábamos estudiando.

Los alumnos que tengan familia aquí en Londres se pueden ir a sus casas y esperar el gran día ahí pero como no estoy dispuesta a ir a el departamento de Asher pasaré el tiempo restante aquí con mis amigos, pero como no tengo nada bueno que hacer me puse a empacar y guardar todo, mis padres vendrían a la ceremonia y después iríamos a cenar, hablé ayer con ellos para que la familia de mis amigos también nos acompañaran a cenar y ellos estuvieron más que de acuerdo, hasta reservaron una gran mesa de cincuenta personas.

—Esto es raro—

Doy un salto en mi lugar y el perfume que tenía en mi mano se resbala cayendo en el piso, el sonido de el vidrio partiéndose hace que me encoja.

Miro de mala manera a Lander, el muy cabezota entró sin avisar a la habitación, ni siquiera lo escuché cuando subió el muro.

—Lander Jones, me debes más de tres perfumes.—

Me agacho y tomo los pedazos más grandes de vidrio y los boto en la papelera, Lander se acerca con una escoba y un paño.

—En mi defensa pensé que me habías escuchado entrar.—

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