"Cuídalos, ¿Sí?”
Nunca en mi vida había tenido una Navidad tan movida y ruidosa, generalmente con mi familia hacíamos una cena junto a mis tíos y primos, nos sentábamos en la sala a esperar que se hicieran las doce, y los regalos los abríamos después de darnos a todos un fuerte abrazo deseándonos una feliz navidad, después de eso todos nos íbamos a dormir.
Y la familia de Lander es un tanto distinta a la mía, cuando se hicieron las doce todos se juntaron en el medio del salón y se formó un abrazo grupal de la más grande, según lo que me dijo Lander lo hacían porque felicitar a cada uno de los familiares se haría eterno, lo cual me parece lógico, si yo fuera uno por uno felicitando no terminaría nunca.
Todos nos acercamos al árbol de Navidad, los padres sacaban sus regalos para los niños, y yo trataba de tomar los siete regalos que había comprado, lo cual se me hizo casi imposible si no me hubiera ayudado Matteo, gracias a Dios no eran regalos tan grandes, el más grande de todos era el de Kenneth, y es obvio ya que no podía envolver un violín dentro de una caja pequeña.
-Gracias Matteo- le sonrío en agradecimiento.
-No hay de qué- se encoje de hombros.
-Te tengo un regalo- bajo mi vista buscando la pequeña caja, cuando la encuentro se la tiendo- Y te recomiendo que no la agites- lo detengo justo cuando lo veo con esas intenciones.
-Le quitas lo divertido- se queja, pero igual lo veo sonreír divertido- Me salvé que también te compré algo, sino en estos momentos me estaría sintiendo la peor persona del mundo-
Noto como saca una pequeña caja de su bolsillo trasero y me la tiende.
-Feliz Navidad- me sonríe- Y gracias por el regalo-
-Lo mismo digo- vuelvo mi atención a la pequeña caja.
No me aguanto más y desenvuelvo el regalo, rompo todo el papel dándole paso a una caja color plata, abro muchos mis ojos por la sorpresa, es una pulsera, la cadena es de plata y tiene un dije en el medio con la forma de una cámara, es bastante sencilla pero eso no la hace menos hermosa.
-No inventes- escucho el jadeo de Matteo.-
Alzo mi vista encontrándolo con los ojos muy abiertos.
-Muchas gracias Oli- me sonríe- esto es muy lindo, en serio.
No digo nada y me acerco a darle un fuerte abrazo.
-Muchas gracias por la pulsera, es hermosa- le agradezco cuando me separo.
-Lander me ayudó a elegirla- ríe divertido.
Matteo segundos después se despide de mi, ya que va a ir a visitar a su madre, lo cual en un principio me parece algo extraño pero al ver él mi ceño fruncido me explica que sus padres están separados, y que por eso su madre no vino.
Después de despedirme de Matteo procedí a entregar mis regalos, el primer regalo que di fue el de Anne, ella en un principio no quería aceptarlo pero yo insistí tanto que no tuvo otra opción más que quedárselo, con los demás fue muchísimo más fácil, lo que fue Kenneth, Dante y Fanny aceptaron sus regalos apenas los vieron, pero lo que más me sorprendió es que ellos también tenian un regalo para mi.
Y como ya saben no me pude aguantar más y lo terminé abriendo, el regalo consistía en una caja de buen tamaño, cuando la abrí me topé con una foto enmarcada de todos nosotros, sonrío al recordar cuando fue tomada. El señor Jones organizó un pequeño asado en su patio trasero, y para no hacer la historia tan larga, Lander y Kenneth casi provocan un incendio, Anne y Fanny estaban tan molestas porque usaron una blusa de Fanny la cual iba a usar en la cena de año nuevo y que por obvias razones terminó con varios agujeros en ella, y pues yo solo veía como Dante se destornillaba de la risa la cual yo le seguía-pero no tan escandalosamente como él debo recalcar, estoy más que segura que su risa se escuchaba por toda Sicilia- En un momento dado Matteo llegó a la casa al escuchar tanto ruido y cuando se topó con toda la escena no se pudo aguantar y nos tomó una foto, la cual estoy viendo fijamente con una sonrisa en el rostro.
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Encubierta
Teen Fiction||Completa|| En edición ⚠️ ||Todos los capítulos disponibles|| Olivia De Luca, una hermosa modelo, actriz y aficionada a la fotografía. Nacida y criada en Italia. Sin tener un solo amigo en su vida, se replantea si vale la pena tener millones de se...