[miércoles 10:15 GMT]

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Miércoles / 18:15 / China / Ciudad Portuaria "Cola de Dragon"/ Bazar, alguna parte de la vía "Mercadillo", carrito de frituras.

Con un sabor intenso y textura crujiente, la fritura que degustaba el vigía encubierto contrastaba magistralmente con el lugar húmedo, oloroso y bullicioso; el trabajo de aquel día era muy sencillo, vigilar que todos y cada uno de los vándalos hubiese huido hacia mejor vida con la paga y que para cuando alguien llegase a fisgonear solo encontrase el aparato y nada más que ello; un simple robo y recuperación.

Lo que no esperó para nada el vigía durante su jornada fue reconocer a la hija del jefe de la empresa de comercio internacional investigando en persona y entrando a la guarida que ya se encontraba vacía. "Ella misma fue a ensuciarse las manos, tal vez lo quiera mantener discreto tal y como predijeron los jefes, magnífico"

Sin embargo, el tiempo que la investigadora se había tomado en la guarida llevó a que el vigía sintiera cierto recelo, "¿Por qué estará tardando tanto? ¿Tendré que informar de esto?". Cuando su presencia comenzó a parecer sospechosa pues llevaba mucho tiempo comiendo fritura tras fritura se dispuso a tomar acciones incómodas, pero necesarias; ambos guardaespaldas que hacían muy mal el trabajo de pasar desapercibidos no parecían gran amenaza; la jovencita hija del jefe de la empresa de comercio internacional sería el reto, "un accidente, cayó por las escaleras, el piso cedió, una viga de la desvencijada casa la aplastó" pensaba el ejecutor.

En el momento que se disponía a entrar en acción notó que ambos guardaespaldas se movían a trote hacia la puerta y uno de ellos ingresaban a la guarida, "¿He sido descubierto?" se alarmó el ejecutor; para solo un momento después relajarse casi completamente al ver la escena siguiente:

El guardaespaldas que ingreso a la guarida salía cargando presumiblemente el aparato envuelto en una sucia manta y a la investigadora cojeando de su pierna izquierda cuya basta del pantalón y zapato se encontraban cubiertas en lodo.

"Eso lo explica todo, qué torpe" – Pensó el vigía, caminando relajadamente mientras buscaba otro lugar para seguir observando – "Aunque hubiese sido desastroso haber tenido que encargarme de la situación".

PRELUDIO - PóstumoWhere stories live. Discover now