[miércoles 23:00 GMT]

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jueves / 08:30 / Mar entre China y Japón.Barco carguero "Aletas de Dragón" 

Era la primera vez que Yamato probaba un delicioso filete de pescado frito, a pesar que solía vivir al lado del mar; además la guarnición de papas sancochadas y la ensalada era tan exquisita que apenas podía contener el deseo de llevarse todo a la boca con las manos, pero con Antonella comiendo tan elegantemente a su lado, el sentido común de la "Niña albina" le indicaba que debía de copiar los ademanes y comportamientos de la hija del jefe para evitarle más problemas de los que ya había conseguido por "adoptarla".

Yamato no había podido aguantar la curiosidad y había prestado atención a la conversación que Antonella tubo con su padre; a pesar que no pudo oír demasiado, notó que por momentos ambos levantaban la voz y gracias a ello captó retazos que le ayudaron a saber que el padre de Antonella no estaba para nada de acuerdo con su estancia en el barco y mucho menos con que la niña se quedase con ella; pero al parecer después de una larga conversación el jefe acabó cediendo. Después de aquella discusión la hija del jefe no regresó a la habitación de inmediato, pasaron alrededor de media hora hasta que regresara con una bandeja con varios embaces metálicos, el desayuno.

-Mi padre hablará con algunos de sus amigos-Rompió el silencio, Antonella, dejando los cubiertos por un momento, pero sin dejar de mirar a la bandeja-Intentaremos buscar cuál es tu identidad y luego hacer el papeleo necesario.

Las palabras de Antonella se quedaron flotando en el aire, pues Yamato pareció no responder a lo que dijo, simplemente siguió comiendo.

La hija del jefe esperaba alguna reacción emotiva por parte de su acompañante, de hecho, ya había dejado los cubiertos para evitar tirar la comida cuando esta le abrasase. Antonella supuso que la pequeña ya estaría agotada emocionalmente como seguir siendo tan infantil.

- ¿Recuerdas tu apellido o algún indicio de donde podríamos comenzar la búsqueda? -Continuó la hija del jefe, tomando una vez más los cubiertos y seleccionando la comida que llevaría a su boca minuciosamente.

Antonella estuvo a punto de volver a preguntar cuando noto que unas lágrimas relucían en las mejillas de Yamato, la pequeña "niña albina" seguía masticando forzosamente.

- Lo siento -Se disculpó la hija del jefe, asumiendo que preguntar sobre la familia de Yamato podría ser incómodo para ella- Esta bien, no es tan necesario por ahora...

-... ¿Cuál es tu nombre? -Preguntó de repente Yamato, después de tragar y mientras se secaba las lágrimas de sus mejillas con una servilleta.

-Antonella...-Respondió, deteniéndose un momento para pensar bien las cosas, luego prosiguió solemnemente-...Mori Windehoc.

Yamato soltó una risita ahogada, luego dijo parodiando la solemnidad de la hija del jefe dijo: Yamato Mori Windehoc, me gusta.

PRELUDIO - PóstumoWhere stories live. Discover now