[viernes 13:30 GMT]

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viernes / 08:30 / Perú / Ciudad capital Oficina de envíos "Paloma".

La pasión de Griffel siempre había sido la historia, su sueño de infancia había sido el de ser profesor de ese curso de hecho; pero alcanzar algunas metas requieren que se sacrifiquen otras, y para el joven contador, la carrera por la cual al final había optado era la más útil para su mayor meta: "Una familia completa".

Contabilidad no era un problema para Griffel, solo hacía falta organización y buena memoria y aunque era descuidado ocasionalmente, su gran capacidad para entender los libros de contabilidad le daban gran ventaja; sin embargo, algo simplemente no cuadraba en el "encaje" que intentaba hacer Griffel con respecto a los meses anteriores.

La mayoría de las empresas tenían la característica de perder algo de dinero en sus cuentas, una cantidad mínima que era costumbre se asumiese como un simple desliz de algunos de los trabajadores, y si bien existían clientes quienes exigían un libro perfecto, la mayoría solo veía la cifra y si no era muy grande a su parecer, lo dejaban pasar; lo realmente preocupante era cuando en lugar de perder, la empresa tenía ingresos no justificados que luego desaparecían sin dejar rastro.

"Muchos de nuestros clientes desean confidencialidad en cuanto a lo que transportan, como es de esperarse los precios también varían por este servicio especial y no podemos emitir un recibo por ello porque sería poner en riesgo la discreción de la operación" -Recordó Griffel, mientras se concentraba al máximo para justificar todas esas cantidades desbalanceadas- "En cuanto a los libros de contabilidad, solo deberá trabajar con los recibos del archivo y nada más que eso".

- "...Si dice que no hagan algo, no pregunten porque" -Escuchó la voz de Darius en su cabeza, Griffel, luego siguió reflexionando- "¿En qué te has metido?".

No habría habido mucho problema si Griffel nunca se hubiese topado con algunas hojas de contabilidad de la antigua administradora mientras ayudaba a Sofía con la organización de su oficina, pero lo hizo y la curiosidad le llevó a hacer esos cálculos a pesar que se le había dicho que no lo hiciera.

Si hay algo que te enseñan bien en la universidad durante las primeras etapas de la formación universitaria tendría que ser la ética; y una persona con una moral tan fuerte como la de Griffel no podía estar tranquilo sabiendo que una compañía manejaba dos libros de contabilidad.

Cansado de divagar entre números y códigos que no podía entender, Griffel escondió el libro de contabilidad secundario entre otro conjunto de carpetas por estudiar antes de levantarse e y trazar mentalmente una ruta hasta el salón del personal, deseando que Darius o Sharp aun estuviesen por allí y cuando llegó con mucha alegría vio a ambos Courier sentados en un sofá, Darius leyendo una hoja y Sharp viendo algo en su celular.

- Sharp, Darius, me alegra que sigan aquí -Saludó Griffel, notando que en la sala solo se encontraban sus dos amigos, y ningún otro Courier más- Veo que ya todos han salido por sus encargos.

- No había ningún envió "usual" programado para hoy y se decidió tomar este día como de no actividad -Explicó Darius, volteando para ver a Griffel, como si comprobara que era él- De esa manera tú y Sofía tendrían tiempo de sobra para ponerse al tanto de las actividades; además tengo entendido que la anterior administradora y contadora dejaron todo hecho un desastre, ni siquiera se llevaron sus cosas.

- Y... ¿Vamos a perder un día de trabajo solo por un cambio de administrativos? -Se sorprendió Griffel, quien nunca había escuchado algo así, luego de una pequeña pausa dramática, pensó unas cosas más y resaltó- Entonces... ¿Por qué ustedes asistieron?

- Por los amigos, Griff -Justificó Sharp, levantando la mano para indicarle que se sentará frente a el- Si logran terminar temprano podríamos celebrar aquí en la tarde.

- Nosotros si tenemos un pequeño trabajo hoy -Continuó Darius, una vez que Griffel se sentó en el sofá delante de ellos- Supongo que para cuando volvamos podríamos tener una charla a los viejos tiempos, además podríamos explicarles como usualmente funcionan las cosas por aquí.

- ¿Tienen un trabajo? -Preguntó confundido, Griffel, mirando fijamente a Darius- ¿Es por su cuenta?

- No, nosotros solo somos empleados -Respondió Darius, riéndose como si lo que acabase de decir fuese una broma- El servicio es para los inversionistas que poseen esta empresa, ósea los jefes de los jefes.

Entonces algunas cosas en la cabeza de Griffel tomaron sentido, si bien creía que era muy descuidado no hacer un correcto seguimiento de estos servicios entre el mismo conglomerado, al menos aquello daba una respuesta lógica a una incógnita que lo estaba molestando.

- De todos modos, creo que aprovechan de nuestra nobleza -Bromeó Sharp, quitándole la hoja a Darius y luego blandiéndola en el aire como si fuera una bandera- Detesto cuando nos llega esta hoja.

Griffel notó a pesar del movimiento que la hoja parecía tener casi todo su texto censurado por una banda de tinta negra, supuso que a eso se referían con "confidencialidad".

- ¿No te gusta no saber lo que estas llevando o por qué? -Preguntó Griffel, intentando ocultar lo perturbado que estaba.

- No, ya estoy costumbrado, aquí el autómata fue asi toda su infancia ¿no? -Mencionó Sharp, señalando con el pulgar a su colega, Darius, luego agregó como si solo decirlo lo agotara- Lo que pasa es que estos envíos especiales siempre atraen la mala suerte.

- ¿Mala suerte? -Enfatizó Griffel, sospechando. Lo que decía Sharp era cierto, su querido y viejo amigo Darius era una persona que disfrutaba de seguir órdenes y si le decían que no preguntase, no lo hacía; aunque tal actitud solo funcionaba con una persona; Anne; el resto de las veces tendía a ser paranoico y perspicaz, sospechando de todos a su alrededor y no quedándose satisfecho con verdades a media. Por tanto, era Anne quien le ordenaba de un modo directo o no a Darius a hacer estos trabajos; entonces... ¿Tendría que ver con su contratación y la de su pareja, Sofía?

- No te puedes quejar, Sharp -Recriminó, Darius, tomando nuevamente la hoja de la mano de Sharp- La última vez conseguiste una nueva amiga, ¿no?

- Si, mira que el universo si te retribuye tus buenas acciones -Comenzó a narrar Sharp a Griffel, sonriendo- Sucede que en el bus una chica de la universidad "Catolica" perdió su celular, lo encontré y contacté con su padre, me dio el correo de la chica y al final como que tuvimos una cita para devolverle su celular y terminamos cenando, aun me comunico con ella a veces.

Griffel se dio cuenta que Sharp de nuevo estaba distraído como para darse cuenta de algunas cosas de su entorno que no encajaban; a pesar de todos esos años, tanto Sharp como Darius seguían siendo los mismos de siempre. Tras un suspiro de resignación, Griffel fue a una máquina expendedora ante la mirada de sus amigos y compro tres gaseosas, se acercó a ellos y les dio una a cada uno.

- Sharp, querido colega, tienes toda la razón -Celebró Griffel, sonriendo y tomando asiento nuevamente en el sofá al frente de Darius y Sharp- Hay que celebrarlo más tarde.

PRELUDIO - PóstumoWhere stories live. Discover now