[viernes 6:32 GMT]

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viernes / 06:32 / Inglaterra / Ciudad capital.Calle "Baker Streets" 

El salón jurídico del señor Harry era en realidad un segundo piso de una casa antigua perfectamente restaurada y limpia, pero pequeña, solo contaba con una sala que se había adaptado para funcionar como recepción, aunque no hubiese recepcionista y dos habitaciones pequeñas, una funcionaba como el despacho del señor Harry y la otra como un archivador. Oliver usualmente trabajaba medio tiempo en la "recepción" haciendo uso de la laptop para recopilar información o registrar viejos expedientes a modo virtual.

Era la primera vez que Oliver llegaba tan temprano a su centro de trabajo, durante el camino había aprovechado para pensar un poco mejor la situación en la que se encontraba y recapitular lo que hasta ese momento sabia, Sara Arias era una "columnista" en San Francisco, al parecer el padre de la señorita es amigo del señor Harry, o eso dio supuso, Oliver imaginó que en periodismo se conoce a muchas personas, aunque no estaba seguro si Sara era periodista. El caso de divorcio que había llamado la atención de Sara parecía un caso mas del montón; personas de mediana edad cuyas diferencias y falta de lazos sentimentales les llevaron a tomar esa decisión, siendo ambos profesionales y exitosos, el problema fue en la repartición de los bienes; y como era de esperarse, el señor quiso ocultar muchos de sus ingresos; el caso se complicó al descubrirse una evasión fiscal; ya que el esposo no solo ocultaba grandes ingresos a su esposa, sino que también al estado.

Con al menos veinte minutos para buscar los archivos que Sara había requerido, Oliver no pudo evitar sentir que lo que estaba haciendo no era del todo correcto. El señor Harry siempre había sido muy respetuoso de la ley, parecía un hombre muy educado y sumamente inteligente, era muy bueno para hablar y tenía manejo de varios idiomas, alemán, español y francés además del inglés. El pasado del señor Harry era descocido para Oliver, solo sabía que era hombre divorciado y parecía no tener hijos, pero aparte de ello, no había nada más extraño en el hombre.

Faltando cinco minutos para las siete de la mañana, Sara tocó la puerta al exterior escaleras abajo; Oliver era quien tenía la llave dado que la noche anterior el señor Harry se la había dado.

- Buenos días, Oliver -Saludó Sara, mientras entraba al recinto- Subestime tu puntualidad al parecer.

- No quería que veas el desorden así que me adelante para limpiar -Bromeó Oliver, mientas que, nervioso, cerraba la puerta- Ya tengo la información lista...

- ...Fantástico, ya veo que eres muy empeñado en tu trabajo -Halagó Sara al llegar al segundo piso y hacer una seña hacia la puerta de la sala de recepción- ¿Es aquí cierto?

- Pasa, todo al respecto está en la laptop sobre la mesa de recepción -Indicó Oliver, mientras que subía las escaleras.

- El señor Harry se ha referido a maravillas sobre ti -Comenzó a conversar, Sara, una vez que tomo asiento en la mesa de recepción y comenzó a revisar rápidamente los documentos en pantalla de la laptop- ¿No te parece curioso que se presente con su nombre?

- Me parece que eso lo hace amigable -Respondió Oliver, quien se paró enfrente de la mesa de recepciones, a una distancia prudente para no incomodar a Sara y estar cerca por si tiene alguna duda- Solo usa su apellido cuando se trata de trabajo, el resto del tiempo prefiere que lo llamen Harry.

- ¿Y cuál es su apellido? -Preguntó Sara, sin dejar de mirar la pantalla de la laptop.

- ¿No lo sabes? -Se sorprendió Oliver, teniendo en cuenta el nivel de confianza que se supone tenía Sara con el señor- ¿Cómo se conocieron?

- Pues él escribió una muy buena crítica constructiva hace tiempo -Recordó Sara, sonriendo ligeramente- Fue muy amable conmigo, me dijo que le recordaba a su hija en el modo que escribía; no es muy usual recibir esa clase de correos por muy extraño que suene, hace unos días me dijo que tenía información que me podía interesar sobre un caso que estaba investigando desde hace algún tiempo.

- ¿Y se comunicaba contigo bajo el nombre de "Harry"? -Resaltó Oliver, claramente sorprendido porque el señor Harry dijera que le recordaba a su hija, si según él no tenía ninguna; además de que en realidad su jefe quien quiso compartir la información.

- Nuestra comunicación se daba bajo el nombre de "Sr. Harry L." -Respondió Sara, quien parecía haber notado algo en la pantalla de la laptop que la intrigo, puesto que se acercó ligeramente y agudizo la vista- Nunca pregunté el apellido pues no vi la oportunidad de hacerlo amablemente.

- "Para ser de la prensa es raro que no seas curiosa con ello" -Pensó Oliver, acercándose ligeramente, esperando que Sara le preguntase por lo que la tenía concentrada.

- Entonces ¿Cuál es su apellido? -Insistió Sara, mientras sacaba una memoria USB portátil y la conectaba a la laptop, antes que Oliver pudiese responder continuó con otra pregunta- ¿Y cuál es tu apellido? Aún no hemos tenido la oportunidad de presentarnos formalmente.

- L. es de Lumiére -Respondió Oliver, dando la vuelta a la mesa de recepcionista y poniéndose de pie a un metro de Sara, para asegurarse que solo estuviese extrayendo la información requerida.

- "No te culpo por no tenerme confianza, son parte del oficio" -Reflexionó Sara, al notar que Oliver ahora la vigilaba con más atención, sin embargo, decidió continuar con la conversación con normalidad- ¿Lumiére? No sabía que era francés, no tiene acento.

- Puede que por el tiempo aquí, el acento se captura rápido -Justificó Oliver, quien nunca se había planteado tal cuestión- El señor Harry es bastante discreto con su vida personal.

- ¿Y cuál es el nombre de su esposa? ¿También es abogada? -Siguió con el cuestionario, Sara, parecía más intrigada por el señor Harry que por el caso.

- Pues, una vez me comentó que se divorció hace tiempo -Mencionó Oliver, quien dudaba que estuviese bien hablar de temas tan privados con alguien de la prensa.

- Seria increíble que su ex-esposa se apellidara Eneriz -Dijo entre una carcajada Sara, recordando una lectura sobre una atleta que estaba rompiendo récords llamada E. Lumiére Eneriz- Supongo que es una coincidencia.

- ¿Conoces a la señora? -Se extrañó Oliver, cuyo rostro se notaba bastante confundido- Creo que ese era el apellido de su ex-esposa.

Sara abrió los ojos como platos y rápidamente minimizo todos los archivos en pantalla para buscar el buscador de internet y teclear: "Estelle Lumiére Eneriz". Oliver se acercó para ver la información respecto a la atleta.

PRELUDIO - PóstumoWhere stories live. Discover now