día desconocido / ??:?? / Francia / Ciudad "Estrella Azul" Universidad "León dorado", Facultad de medicina, Salón de exposiciones de la facultad.
El joven David Lidher escuchaba con atención la exposición del profesor A.A., hacía unos años que había dejado ya la universidad y a pesar de tener buenos recuerdos del mismo, no era un deseo recurrente el de volver a esas épocas. El ambiente universitario no era distinto al de otras instituciones formadoras, aunque tal vez se podía esperar mayor formalidad en sus actividades.
La razón por la cual David Lidher se encontraba en la sala de exposiciones atendiendo una de las clases de su antiguo profesor era en realidad muy simple; ofrecerle un puesto de trabajo, uno bien remunerado y con la línea de carrera que el señor A.A. hubiese siempre preferido.
A pesar de ser solo unos años mayor, David Lidher no pasaba desapercibido, sea por su formal traje o porque la mayoría de asistentes sabia de quien se trataba. Un alumno promedio, que nunca pareció preocuparse demasiado por pasar las asignaturas, pasaba la mayoría del tiempo evadiendo las clases para luego salvarlas a último minuto; los profesores conocían bien al joven D.Lidher, la carisma y confianza que transmitía era posiblemente su mejor arma para sobrevivir a las expectativas universitarias.
Con poco tiempo dedicado a vida social y más a los negocios e inversiones que ahora lo habían convertido en un pequeño acaudalado y ambicioso competidor para otras grandes empresas del país, David Lidher parecía pasar toda hora de su vida dedicado a su trabajo y pasión.
La clase terminó con un gran aplauso y el estruendo subsecuente de los asistentes dejando la sala, solo David Lidher se retrasó apropósito; algunas conversaciones lejanas dejaron en claro que la presencia del ambicioso ex-alumno había dado que conversar; el profesor por su parte, tomo con tranquilidad su maletín donde ya había guardado sus cosas y su abrigo, para luego caminar sonriente en dirección a David Lidher.
- Solo me hubieras hecho una seña, señor Lidher -Dijó el profesor A.L, cuando estuvo lo suficientemente cerca- Con gustó hubiese hecho una pausa.
- No quería perderme la clase, profesor -Respondió David Lidher, sonriendo levemente y poniéndose de pie, extendiendo una mano en saludo.
El profesor estrecho la mano del exalumno, el ambiente era más bien de dos colegas que se encontraban después de algunos años y no el de un alumno y su profesor; el señor A.A parecía cansado, o tal vez eran las marcas de la avanzada edad en la que se encontraba; Lidher por su parte rebosaba de vitalidad, aunque su rostro expresara seguridad como pocos de su edad podrían aspirar.
- Imagino que vino para evaluarme -Expresó el profesor, sin rodeos y mostrando algo de tensión en su voz- ¿La entrevista ya comenzó?
- Creo que una persona con su trayectoria no requiere de entrevista, profesor -Tranquilizó el joven David Lidher, sonriendo amablemente para transmitir confianza a su amigo- El puesto es suyo, si aún lo desea.
- Me temo que no le entiendo -Señaló el profesor, quien parecía a la vez atónito y confundido, posiblemente quería estar seguro de haber entendido bien.
- Vine para tener el placer de decirle que nos encantaría tenerlo en el equipo, profesor -Aclaró David Lidher, pausadamente, mientras que sonreía a causa del rostro incrédulo del señor A.A- Creí que no se sorprendería, tiene que tener algo más de confianza en sí mismo.
El profesor soltó una carcajada paternal, "tener confianza en si mismo" una frase que le repetía constantemente a sus alumnos.
- No me gustaría quitarle toda su hora de refrigerio, profesor -Continuó David Lidher, señalando con un movimiento de cabeza muy juvenil hacia la puerta de salida- ¿Aun siguen vendiendo esos fantásticos tragos calientes?
El profesor asintió con la cabeza antes de retomar la marcha con su futuro jefe.
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PRELUDIO - Póstumo
Ciencia FicciónUna corrupta organización mueve sus hilos para tomar el control del proyecto mas ambicioso de la humanidad; en medio de la trama creada un conjunto de jóvenes con un pasado en común se verán envueltos en el principio de una guerra discreta que cambi...