miércoles / 17:30 / Inglaterra / Ciudad capital.Hospital "Bienaventuranza"
El atardecer lluvioso y deprimente hacia juego con la tristeza y desesperación que sentía Oliver, un joven afroamericano apoyado en un balcón del hospital donde le habían dado el ultimátum: "Si tomas la medicación y sigues el tratamiento, podrás retrasar los efectos por..."
El tiempo parecía corto cuando le ponían un límite aproximado; y el joven afroamericano ya comenzaba a sentir cosquilleos en las piernas.
- ¿Por qué? -Preguntó al aire, su voz se escuchó apagada y sucumbió ante los sonidos de la ciudad inmediatamente; sentía gotas resbalando de su rostro, no sabía si eran lágrimas o lluvia, en todo caso no importaba.
Oliver miró hacia abajo, unos tres pisos de caída servirían para acabar con su sufrimiento y el de su familia en aquel momento; sujetó con fuerza la baranda y comenzó a inclinarse lentamente hacia el precipicio, gruñó y se impulsó con sus pies. Por un momento sintió que su cuerpo no tenía peso, hasta que su cuerpo emitió un pulso de adrenalina y terror que lo obligó a impulsarse contra la baranda y retornar al balcón.
- ¿¡Por qué!? -Se preguntó a sí mismo el joven afroamericano en un grito ahogado, cerrando la mandíbula con fuerza y llorando con intensidad, al mismo tiempo que caía pesadamente contra el mojado enchapado del balcón.
Odio... por los doctores, por la ciudad, por cada persona que había visto en su viaje al hospital que caminaban, trotaban o corrían, incluso los ancianos cuyos pasos eran pesados, pero le permitían moverse de un lado a otro. El odio era tan fuerte que le costaba respirar, el odio era tan fuerte que sentía las uñas de sus manos clavarse en su palma mientras cerraba los puños, el odio era tan fuerte que sentía los músculos de sus hombros y cuello a punto de estallar.
Tumbado en posición fetal, Oliver solo quería despertar y sentir que esto nunca había pasado; que al día siguiente iría a la universidad y se encontraría con sus amigos, jugaría algo de fútbol o básquet, llegaría tarde a las clases y arrasaría con los exámenes como de costumbre. Pero no, por mucho que cerro los ojos y luego los abrió, seguía allí, frío y mojado, a punto de desmallarse.
De repente dejó de sentir y la vista se le iluminó, las luces nocturnas se hicieron intensas y luego... oscuridad.
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PRELUDIO - Póstumo
Science FictionUna corrupta organización mueve sus hilos para tomar el control del proyecto mas ambicioso de la humanidad; en medio de la trama creada un conjunto de jóvenes con un pasado en común se verán envueltos en el principio de una guerra discreta que cambi...