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Aquella mañana había comenzado de la peor manera para Tae al darse cuenta que sus anillos de matrimonio no estaban.

Al levantarse para ir a trabajar, lo primero que hizo fue dirigirse al baño para darse una ducha y quitarse por completo el sueño.

Al terminar se puso su traje y se acercó a la mesita de noche que estaba junto a su cama, buscó sus argollas y no estaban.

Si no mal recordaba, ayer por la noche estaba muy cansado gracias al estrés y tanto papeleo que había resuelto en su despacho, cuando llegó a su casa estuvo un rato con los pequeños y después de la media noche se tiro sobre su cama, dejó los anillos sobre la mesita por alguna razón y se quedó completamente dormido de la misma manera en que se aventó.

Recordaba que no había cerrado la puerta con seguro como cada noche... Tampoco las había perdido en otro lugar, había llegado a casa con estas sobre su mano.

Entonces...

-¡Maldita sea... Esta me la pagarás Jungkook!

Recordaba un ruido en la madrugada pero se escuchaba entre sus sueños, y el cansancio no ayudó mucho para levantarse a esa hora ni mucho menos para despegar los ojos con el sueño que tenía.

Jungkook al llegar casi a las tres de la mañana después de haber estado en la cama con Rose.
Decidió probar como todas las noches abrir la puerta de la habitación de Tae y esta vez tuvo suerte.
En esta ocasión no tenía el seguro como todos los días.

Su pecho estaba sobre la cama dejando a la vista de Jungkook su espalda y todo su cuerpo ajustado sobre esa polera color blanca que marcaba los músculos de su cuerpo.
El pantalón negro que hacia notar más su trasero.
Si... Era la perdición de Jungkook.

Tenía la intención de acercarse a él y provocar lo, quería repetir esa noche en el cual Tae estaba ebrio y accedió a sus caricias... Aunque el sabía que lo había confundido por completo con el imbécil de Jin...

Estuvo a punto se subirse sobre su cuerpo y dejar besos por todas partes... Pero algo le llamó más la atención.

Sobre la mesa estaba el anillo de compromiso y el de matrimonio que siempre cargaba Tae.

Sonrió triunfante y los tomó para inmediato salir de la habitación sin hacer algún ruido. Había despertado mucho antes que él, así que salió de casa para que no sospechara nada.

Pero estaba más que claro quien los había tomado.

Corrio a la habitación donde usualmente Jungkook duerme.
Y no estaba, era más que obvio que no estaba.

Buscó en todos los cajones.
Sobre su ropa, en el armario, en el baño... Buscó por todos lados, y no estaban.

-¡Maldito seas!

Dijo entre dientes.

Fue por su celular y decidió llamarlo, pero este mandaba a buzón.
Su rabieta aumentaba demasiado cuando se trataba de Jungkook.

Bajo a la sala y siguió buscando pidiendo que los haya olvidado en alguna parte por su cansancio de anoche.
Pero era en vano seguir buscando.
No aparecerían.

Los niños bajaron animados las escaleras y cuando vieron a su padre, corrieron abrazarlo.

-¡Ya estamos listos papá! - habló Yiseúl.

-Muy bien mi amor - respiro hondo queriendo controlar su enojo - vámonos.

Después de dejarlos en la escuela tomó otro rumbo que no fuera hacia su despacho, tomó el camino que lo llevaba al despacho de Jungkook.

Sólo Contigo (TAEJIN/JINTAE) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora