Fría Mentira ~ JIMSU.♡

37

Yoongi se siente cansado, durmió unas pocas horas, en plena madrugada despertó y no pudo conciliar nuevamente su sueño.
Por la mañana le ayudo a su madre alistando el desayuno y ayudándole a Hoseok para que se fuese a la escuela.

-Esta sudadera con estampado de flores es muy lindo, ¿es tu favorito verdad?

El niño asintió frenéticamente mientras se termina de vestir. Ambos partieron juntos como solían hacerlo antes, se despidieron y cada uno tomó su camino correspondiente.

No podía dejar de pensar en Hobi, si mal no recuerda su padre se lo llevará todo el fin de semana.

Mira distraído hacía afuera, decidió sentarse a la par de la ventana, dejando que el viento fresco choque contra sus mejillas para ver si espabila un poco.
No le presto atención al profesor, sus párpados se sienten pesados, el cansancio junto a la tristeza lo consumen poco a poco y parece un poso eterno.
Escuchó  unos toquecitos en la puerta del salón, cuando vio el rostro de su madre juntó ambas cejas confundido. Todo estuvo bien por la mañana y se supone que ella tiene que estar en el trabajo. Entonces,  ¿para qué lo busca?
La observa intercambiar algunas palabras con el profesor un poco nerviosa.

-Alumno Min puede retirarse..

Tan extraño.

Recogió sus cosas y salió de allí junto a su madre demasiado confundido.

-¿Qué haces aquí?

La señora Min no respondió aquello. Se dirigieron fuera de la universidad y se detuvieron cerca de un auto negro. Varias personas pasan tranquilamente a su lado.

-Mamá... Responde estoy comenzando a preocuparme.

La señora se volteó observando a su hijo mayor.

-Yoongi... Tu padre quiere hablar contigo... Dijo que es algo urgente, él tiene a Hobi.

-En serio no puedo creer que me hayas sacado de clases para esto. ¿Por qué tiene a Hoseok?

Al no recibir una respuesta se dispuso a darle la espalda y caminar de nuevo para seguir con sus clases, por que de verdad no puede creer que lo haya interrumpido solo por eso. Chaerin fue mas rápida y le tomo la muñeca con fuerza.

-Por favor Yoongi, ¿qué tiene de malo hablar con él y arreglar las cosas?

El pálido abrió sus ojos de sobremanera, sus mejillas se tiñeron de rojo ante el enojo que comienza a sentir. Esto es suficiente

-¿Disculpa? ¿Acaso escuche mal?

La señora Min bajó la cabeza, liberando a su hijo del agarre que ejercía. Sintió miedo, mucho miedo de lo que su hijo pudiera decirle.

-Nosotros... nosotros decidimos arreglar todo de nuevo, por ustedes..

Yoongi abrió su boca sorprendido, no puede tener una reacción ante tal noticia. Miró a todos lados necesitando algo para sostenerse, negó con su cabeza frenéticamente mientras retrocede unos cuantos pasos mirando a su madre como si fuese el monstruo mas horrible.
Sintió sus ojos picar, los cerró y respiró profundamente, esta a punto de entrar en un ataque de pánico.
Pero cuando los abrió todo a su alrededor le dio vueltas y las piernas le fallaron.
Un fuerte mareo lo golpeó haciendo que cayera al suelo inconsciente.

-¡Hijo!

Su madre corrió a levantarlo, pero no pudo, varias personas se detuvieron a ver y otras a ayudar.
Entre esas Jimin quien pasaba desapercibido, demasiado preocupado por que va tarde, pero al tanto revuelo no pudo evitar acercarse al mirar a Chaerin allí.

Ojalá no hubiera visto a Yoongi en ese estado, por que pudo sentir como el corazón se le destrozaba.

🌻

Si pudiera cambiar el mundo lo haría.
Si pudiera cambiarme a mi mismo lo haría.
Si pudiera cambiar a las personas lo haría.

Haría que este mundo fuera uno mejor, ¿por qué las personas tienen que lastimarnos? ¿Por qué no nos pueden respetar?
¿Es tan difícil respetar a las demás personas por sus gustos o preferencias? Se sabe que todos somos diferentes en algunos aspectos, pero igual tenemos los mismos derechos.

Yoongi abrió los ojos encontrándose con una luz cegadora, los volvió a cerrar de nuevo para abrirlos y mirar todo a su alrededor.
Pudo deducir por las paredes blancas y el olor a desinfectante clínico que esta en el hospital.
Soltó un suspiro y miró la aguja que esta clavada justo en la vena de su brazo.
Volteó su rostro hacía la ventana, el sol pierde su luz y parece que ya va a oscurecer. 

¿Se había desmayado? No recuerda mucho solo que hablaba con su madre de al parecer algo importante y se desmayó.

Escuchó unas voces conocidas para él, sus ojos se iluminaron al reconocer una en específica.
Cuando oyó el sonido de la puerta abrirse no dudo en incorporarse en la camilla levemente apoyándose en sus codos.
Sus ojos se conectaron y por inercia sonrieron.
Felices de verse otra vez. Aunque solo han pasado unas horas.

-Hyung...

-Jimin...

El último nombrado se acercó de prisa a la camilla y envolvió en sus brazos el cuerpo frágil del mayor.
Yoongi cerró los ojos y escondió su rostro en el pecho del rubio sintiéndose tan aliviado de tenerlo ahí junto a él.
Dejó salir todo el oxigeno que retuvieron sus pulmones e inhaló la deliciosa fragancia masculina que desprende Jimin.

-¿Estás mejor?

Park se dedicó a dejar suaves caricias en los cabellos azabaches de su chico.

-Un poco si, ¿Dónde esta mamá?

Los dos se separaron, el menor tomo las suaves mejillas del pálido, dejando caricias suaves allí pues se ve un poco desconcertado,

-Dijo que tiene algo importante que hacer, así que se marchó pero pasarán a recogerte apenas te dieran de alta.

Min cubrió las manos del rubio con las suyas.

-¿Pasarían? ¿Quiénes?

-No lo se hyung. Solo me dijo eso.

Jimin acortó la distancia y le besó la mejilla derecha con cariño.
Yoongi cerró los ojos ante el tacto tan suave y cálido. Le encantan estos mimos.
Miró fijamente los ojos avellanas sintiéndose tan ridículamente enamorado hasta el punto de la vergüenza. 

-¿Como vas? ¿Volviste a sentirte mal?

Jimin sonrió un poco melancólico y decidió besarlo en los labios para disipar esa amargura. Al final solo la dulzura del mayor puede alejarlo de todos esos pensamientos y recuerdos que lo persiguen por la noche. Min se alejó un poquito rozando sus narices.

-No intentes evitar el tema mocoso.

-Aish hyung...

Yoongi le dio un piquito rápido y lo miró expectante esperando su respuesta.

-Supongo que estoy bien. Aún me siento solo y mal. Por supuesto que todas las noches la recuerdo y tal vez lloro por su ausencia. No es algo que vaya a superar tan rápido. Pero creo que lo voy asimilando poco a poco.

El pelinegro lo abrazó fuerte con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Ese es mi chico.