Capítulo. 43 (Te encontré mi amor).

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Alex, marcó desde el móvil de Ángel, el número del de su madre una y otra vez; pero siempre le aparecía como apagado o fuera de cobertura. Después cogió el suyo, buscó un número y marcó.
Mi: ¿aló?
Alex: ¿Miguel? Soy yo, Alejandro.
Mi: ¡primo! Que alegría que te hayas acordado de llamarme.
Alex: mira Miguel. Voy a hacerte una pregunta; y por favor quiero que me digas la verdad.
Mi: ¿tú dirás?
Alex: ¿está mi madre en tu casa?
Mi: (su voz sonaba nerviosa) ¿Por qué habría de estar en mi casa? Que yo sepa. Ni si quiera está en Aruba ¿Acaso no se encuentra allí con ustedes?
Alex: no, se enfadó con mi papá y se marchó; ahora no sabemos donde está y estamos muy preocupados.
Mi: pues no se preocupen que si me entero de algo los llamo.
Alex: gracias primo. (Cuelga).
V: (impaciente) ¿Qué te ha dicho?
Alex: que no sabe nada. Pero juraría que estaba mintiendo. Se encontraba algo nervioso hablando conmigo.
Alba, escuchaba la conversación entre los chicos muy molesta.
A: y ¿Por qué van a dudar de las palabras de su primo? ¿Por qué iba a mentirles?
Alex: seguramente que mamá se lo habrá pedido, y ya saben que Miguel, jamás la traicionaría. La quiere demasiado como para que podamos confiar en lo que me ha dicho.
A: (pensando). ¡Muchacho metiche! ¿Qué demonios importa donde se encuentre esa maldita mujer? Lo bueno es que no regrese nunca.
Es: sólo hay una manera de averiguar si es cierto o no.
Án: ¿Qué intentas decir?
Es: que la única forma de saber si Miguel miente o no, es que nos vallamos para Aruba hoy mismo.
H: ¿Los cinco?
Alex: no, Ángel no podrá acompañarnos. Él es menor de edad y para poder viajar, necesita el permiso de papá y no queremos que él se entere de nuestros planes ¿verdad?
Án: ¡pero yo quiero ir con ustedes!
V: tienes que entender que no puede ser. No queremos que papá se entere de nada. Si mamá se entera de que él sabe donde encontrarla, podría huir de nuevo y la podríamos perder para siempre.
Es: Víbian tiene razón, Ángel. Ahora tenemos que actuar con mucho cuidado.
A: (pensando). Esa niñita estúpida, tiene razón. Si María no quiere que Esteban la encuentre y él se entera de su paradero y va a buscarla. ¡Con un poco de suerte, desaparecerá para siempre!
H: ¿escucharon bien tías? Papá no debe saber nada de nuestros planes.
Car: no se preocupen chicos. Por nosotras no lo sabrá. Vayan. Vayan y busquen a la Mary chula; y tráiganla pronto o su papá va a terminar mal; muy mal.
A: no digas tonterías Carmela. Hasta la fecha y que yo sepa; nadie se a muerto de amor.
Car: pues nuestro Estebancito puede ser el primero, por que desde que la Mari chula se fue, apenas come ni duerme y no quiere salir de su cuarto para nada; ni si quiera para ver a sus hijos.
Alex: bueno entonces quedamos en eso. Héctor y yo vamos a sacar los billetes y ustedes dos van preparando el equipaje. En un par de horas todo tiene que estar preparado; y no se les olvide de que de momento no es conveniente que papá sepa nada.
A: (pensando). Ya me encargaré yo de que Esteban se entere de todo.
Los dos muchachos consiguieron billetes para el primer vuelo del día siguiente y las muchachas ya tenían todo preparado para el viaje. Durante la cena, en la que tampoco se encontraba Esteban. Terminaron de dar los últimos retoques a su plan.
Án: ¿seguro que papá no se dará cuenta de que ustedes faltan en la casa?
H: seguro. Últimamente casi no le vemos. Además está tan encerrado en sí mismo que ni siquiera se dará cuenta de nuestra ausencia.
Es: además sólo serán tres días y en fin de semana. Si pregunta, pueden decirles que nos fuimos de acampada.
A: (con ironía). Está bien, no se preocupen tanto y hagan lo que tengan que hacer. Ya procuraremos nosotras de que Esteban no se entere de nada. (jajaja, Se ría para sus adentros).
Car: si, y si consiguen encontrarla nos avisan por favor. Esteremos esperando su llamada.
A la mañana siguiente en Aruba.
María salía de la casa de Carlos con una pequeña maleta en las manos, la misma que trajo de México.
C: María, ¿estás segura de que no quieres quedarte aquí con nosotros?
M: Ya hemos hablado sobre eso Carlos. No vuelvas a insistir.
Er: es que te vas a encontrar muy sola.
M: el departamento está muy cerca de aquí y podré venir a verlos cuando eso ocurra.
C: no dudes en hacerlo. Si te sientes sola o triste. Sólo tiene que llamar y enseguida voy a recogerte.
M: ya está bien par de preocupados. No soy ninguna niña.
C: ok, vamos.
Los tres salieron para el departamento de María. Tenían una mañana muy agitada ya que tenían que terminar de comprar lo necesario para que maría pudiera empezar con su nueva vida. Pasaron toda la mañana fuera de casa. Sólo cuando acabaron de comer, cada uno se marchó para su casa.
Cuando Carlos y Erica llegaron a su hogar; el panorama que encontraron en la puerta, los puso muy felices pero a la vez muy nerviosos. Todos sus sobrinos, se encontraban desparramados por el porche.
C: ¿Pero qué es esto? ¿Por qué no avisaron de su llegada?
Alex: ¡tíos! (Los abraza). Llevamos aquí varias horas.
V: Hola tíos. (Los abraza también).
C: ¿y vosotros no les dais un abrazo a vuestros tíos? Ella es Erica mi mujer.
H: por supuesto (Los abraza)
Es: es un gusto volver a verte, Tío Carlos. (Los abraza también).
C: bueno vamos, entrad en casa.
Cuando hubieron soltado el equipaje. Se reunieron todos en el salón.
Alex: tío, hemos venido por que estamos desesperados. Mamá ha desaparecido y tengo motivos para pensar que Miguel, Tía Erica y tú saben donde se encuentra.
C: ¿y que es lo que te ha hecho pensar eso?
Alex: por la última llamada que hizo mamá al móvil de Ángel. El prefijo que salía delante del número de mamá, era el de Aruba. Y si está aquí, lo lógico es que esté parando en tu casa con su familia. Pero por lo que veo no es así ¿Verdad?
C: escuchen sobrinos. Sólo puedo decirles que su madre está bien y que está intentando rehacer su vida. Ella no les ha abandonado para siempre. Sólo que ahora necesita un poco de tiempo para reorganizar sus sentimientos. Estoy seguro de que en cuanto se encuentre mas tranquila los llamará y ella misma les dirá donde pueden encontrarla.
V: ¿pero tú sabes donde está?
C: si, pero no voy a decírselo.
H: ¿pero por qué? Esta vez, mi papá no ha hecho nada malo. Esa mujer ¿Cómo es que se llama?...
Es: Gladis.
H: eso. Esa tal Gladis fue la que entró en la oficina de mi papá y se le lanzó al cuello. Él no se esperaba ni su visita. Tía Alba se la encontró mientras estaba de compras y ella fue la que tuvo la idea de llevarla a la oficina.
Er: ¡cómo no! ¡Tuvo que ser idea de tía Alba! Pero ¿Hasta cuando vuestro estúpido padre no se va a dar cuenta de que esa perversa mujer, debe salir de esa casa de una vez para que los demás puedan llegar a ser felices?
C: pero lo del beso en la oficina no es lo más importante. Lo peor fue lo que ocurrió en el departamento
Es: un momento ¿De qué demonios hablas?
C: es cierto; ustedes no saben la historia al completo.
Carlos explicó a sus sobrinos lo que Gladis le dijo a María en el departamento poco después de que ellos se marcharan y los cuatro chicos se quedaron muy impactados por la noticia de que su padre tenía otro hijo.
V: Ahora entiendo por lo que ha tenido que pasar nuestra pobre madre. No sólo ha tenido que aceptar a Ángel, si no que ahora resulta que papá tiene otro hijo que ni siquiera sabemos quién es ni dónde está.
H Y Es a la vez: ¿Qué? ¿Ángel no es hijo de mamá?
Alex: Ya has metido la pata Víbian. Por lo menos podías haber pensado mejor lo que ibas a decir antes de hablar ¿No?
V: lo siento, no era mi intención. Pero es que estoy tan preocupada que no puedo pensar con claridad.
Alex: pues entonces quédate calladita.
H: si Ángel no es hijo de nuestra madre ¿Quién es su madre entonces?
Alex: no estamos seguros. Lo único que sabemos es que Ángel es hijo de alguna de las tías.
Es: entonces ¿Tampoco es hijo de papá?
C: (tuvo que intervenir). Tranquilícense muchachos. Yo les contaré toda la historia.
Ciudad de México, casa San Román.
Alba estaba a punto de salir de la casa cuando Esteban, bajaba por las escaleras en dirección a su despacho.
A: Esteban ¡Esteban!
E: tía ahora no es el momento. No tengo ganas de escuchar tus reproches.
A: pero es que lo que tengo que decirte es muy importante.
E: está bien. Pasemos a mi despacho.
Una vez dentro.
E: ¿Tú dirás?
A: Verás, Esto que te voy a decir, tu no debías saberlo; pero es que los chicos me tienen muy preocupada y si les pasara algo malo yo no me lo perdonaría nunca
E: vamos tía termina de una vez. No tengo tiempo para rodeos.
A: tus hijos se han ido de viaje.
E: ¿qué? ¿Y donde demonios están?
A: bueno, Alex pensó que María se encuentra en casa de su hermano en Aruba y ellos decidieron ir a buscarla por su cuenta. Por mucho que yo les insistí en que no se fueran; esta mañana cogieron el primer vuelo para Aruba. Ya debe hacer un buen rato que llegaron.
E: ¿Es que en esta maldita casa no puede haber nadie cuerdo? ¿Cómo han podido emprender solos un viaje tan largo?
Esteban agarra el teléfono de inmediato y se pone en contacto con la casa de Carlos.
Er: ¿si? ¿Quién habla?
E: ¿Erica? Soy Esteban.
Er: (tapando el auricular con las manos). Carlos es Esteban ¿qué le digo? Seguro que ya se ha enterado de lo de los chicos.
C: Pásamelo, yo hablaré con él. Dime Esteban.
E: Carlos ¿Están mis hijos ahí contigo?
C: si, no te preocupes. Los cuatro han llegado muy bien.
E: ¿Y María? ¿Está ella también ahí?
C: eso no te lo voy a contestar. En cuanto a tus hijos no te preocupes que en mi casa no les va a faltar atenciones y dentro de tres días, yo mismo me encargaré de meterlos en el avión.
E: está bien. Gracias Carlos. (Cuelga el teléfono).
A: ¿están bien los chicos?
E: (pensando en voz alta). ¡Claro! ¡Cómo no lo he pensado antes! A dónde más pudo haber ido María si no es a Casa de su hermano. He sido un estúpido ¡Ya se donde encontrarte mi amor! No te vas a librar de mí tan fácilmente.
La sola idea de encontrar por fin a María, hizo que la actitud antes desesperada y decaída de Esteban; se transformara en una gran euforia. Hasta sus facciones cambiaron. Su rostro cambió de color de un tono amarillento pálido a un rojo intenso y en su mirada se leía un destello de esperanza. Salió de su despacho totalmente renovado.
E: ¿Transito?
Tr: ¿si, señor?
E: prepárame algo de comer.
T: enseguida señor.
E: ¿Arnoldo?
Arn: ¿si, señor San Román?
E: acércate al aeropuerto y que te den pasaje para el primer vuelo que tengan disponible para Aruba.
Arn: Si, enseguida salgo para allá señor.
E: Rebeca, Tu ve preparando mi maleta.
R: enseguida señor.
E: (pensando mientras se dirigía a su habitación para ducharse y prepararse para su viaje. Su corazón se movía muy agitado por la emoción). Tranquilo corazón. Ten un poco de paciencia. Pronto volverás a encontrarte con tu otra mitad.
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