Capítulo. 23 (Esteban descubre que María es inocente)

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Chicas les dejo un capítulo más disfrutenlo y no olviden  comentar y dejar una ⭐

Esteban y los chicos llegaron a la mansión San Román sobre las 6,30 de la tarde.
E: Tías, ¿tías?
Ca: pero, ¿qué pasa? ¿Por qué tantos gritos?
E: tía Carmela. Los chicos van a dormir hoy todos aquí
Ca: ¿los cuatro?
E: si, tía los cuatro.
A: (que bajaba la escalera en ese momento). No tenemos bastante con cuidar de tus hijos y ahora tenemos que cuidar también a los de esa, asa
V: cuidado con lo que dice, por que no voy a permitirle que se meta con mi mamá.
A: cállate, tú aquí no eres nadie para opinar.
E: ¡ya está bien! Chicos vayan preparando lo de la acampada que yo voy a hablar un momento con las tías. Las cosas del camping, están en la bodega.
Ca: ¿de qué quieres hablarnos mi hijito?
E: vamos, entremos en mi despacho.
Entran los tres.
E: tía Alba, no me gusta nada la forma que tienes últimamente de tratar a mis hijos.
A: pero eres muy injusto conmigo, Esteban. Yo tengo que educar a tus hijos y por eso, algunas veces tengo que regañarlos.
E: no es tu obligación educarlos, si no, la mía y además no me estaba refiriendo a Héctor y a Estrella, sino, a mis otros hijos.
Ca y A. ¿Qué?
E: sí, Vivían y Alejandro son mis hijos. María no me dijo nada de su existencia, para evitar que yo la separara de ellos también.
A: pero eso no puede ser, ella estuvo 18 años en la cárcel y esos chicos deben tener
E: 18 años exactamente, por que María ya estaba embarazada antes de entrar en prisión.
Ca: ¡Hay! ¿Y mis chiquitos ya lo saben?
E: No, ellos no saben que yo soy su padre, pero de todas formas quiero que en esta casa, se les trate de igual modo que a Héctor y Estrella.
A: (llena de ira). Está bien, no tengo más ganas de discutir hoy.
E: bueno y ahora les informo de que pasaré la noche fuera.
A: ¿dónde vas a estar?
E: ese no es asunto tuyo tía Alba, pero ya que quieres saberlo, voy a dormir en casa de María.
A: ¿Qué?
E: como has oído tía, voy a dormir en casa de María. Su abogado ha llegado hoy desde Aruba y quiere que nos reunamos esta noche para hablar.
A: ¿y para eso tienes que pasar allí toda la noche?
E: no sé cual es el asunto que tiene que tratar conmigo, pero debe de ser largo de explicar cuando me ha pedido que pasemos la noche hablando sobre ello.
Ca: ¡ha! Por cierto ha llamado Angelito. Dice que ya está arto de estar en el balneario y que el lunes se regresa para acá.
E: por fin una buena noticia. ¿Cómo se encuentra?
Ca: dice que está mejor y con ganas de vernos a todos.
E: bueno me voy, mañana temprano pasaré por los chicos. Qué estén preparados para la acampada.
A: ¿Quiénes van a ir a esa dichosa acampada?
E: Sólo mis hijos, María y yo. Hasta mañana.
Casa de maría.
M: Pasa Esteban, te estamos esperando.
E: es que tuve un problema con mi tía Alba. Pero ya está resuelto.
M: ¡Hay, Alba, Alba! Nunca va a cambiar.
Esteban encuentra a Luciano delante de la mesa, con un sinfín de papeles repartidos por todos sitios.
L: pasa Esteban, tengo que enseñarte algo.
Luciano enseña unos papeles a Esteban y empieza a darle explicaciones sobre el caso de María.
L: mientras estaba en prisión, María me contó que poco después de que ustedes se casaran, ella encontró un fallo en los ingresos de las empresas.
E: si, así fue, pero Demetrio lo investigó y no encontró nada raro.
L: ¿Demetrio? El mismo abogado que defendió a maría durante el juicio ¿verdad?
E: si, el mismo, ¿por?
L: verás, tengo motivos para sospechar, que el desfalco de las empresas lo realizó él.
E: ¿Qué?
L: escúchame Esteban. He revisado las cuentas de las empresas una y otra vez y créeme cuando te digo que ese desfalco se realizó. (Le enseña una relación de las cuentas de aquel momento y una relación nueva que Luciano pidió a un experto en finanzas).
E: si, tienes razón el balance, no cuadra.
L: luego, o Demetrio es un pésimo abogado o te mintió.
E: (sorprendido). Me mintió.
L: además, durante el juicio de maría, se cometieron muchas irregularidades. En primer lugar. Fabiola y Daniela, declararon en contra de María diciéndole al juez, que María estaba celosa de Patricia por que ella se te insinuaba constantemente delante de todos.
E: sí, así fue.
L: Demetrio, sabía perfectamente que Fabiola había sido tu prometida y que terminaste tu relación con ella para casarte con María, luego él como abogado, tenía que saber que si le decía esto al juez, éste hubiera desestimado su declaración por intereses personales. Después, el testimonio de Daniela. En ese entonces, Daniela ya era esposa de Demetrio ¿no?
E: si, ya hacía unos tres años que se habían casado.
L: Las leyes de Aruba, son muy claras sobre ese caso. Ni los parientes de primer orden ni las esposas o maridos de los acusados, los de los abogados defensores o los de los fiscales, pueden testificar. Entonces, él ocultó deliberadamente al juez, el hecho de que Daniela era su esposa.
E: si, está claro que así fue. (Esteban se estaba poniendo cada vez más pálido)
L: sigamos. Ahora le toca a la declaración principal, la de tu tía Alba, que fue la que terminó por hundir a María, la que la llevó a la prisión. Ella testificó que vio a María entrando en la habitación de Patricia, antes de que sonara el disparo ¿Verdad?
Esteban ya estaba demasiado impresionado como para hablar. Su capacidad de reacción había desaparecido.
L: la habitación de Patricia, estaba en el ala este del hotel al igual que la tuya. La de Alba, por el contrario se encontraba en el ala oeste. ¿Qué hacía Alba a altas horas de la madrugada y tan lejos de su habitación? Además ella dijo que salió de la habitación al escuchar las voces de dos mujeres que discutían.
En primer lugar, cómo pudo ver a María entrando en la habitación de Patricia si ella ya estaba dentro discutiendo con ella y en segundo lugar, desde el ala este por mucho que grites no llega el sonido hasta el ala oeste, especialmente por que es un hotel de primera clase y está totalmente insonorizado. Yo mismo, he realizado la prueba con un audímetro. Luego por algún motivo Alba mintió.
E: no se que decir.
L: además de otras irregularidades de menor importancia como el hecho de que María y Patricia eran amigas y se podía demostrar, de que no llamaran a declara a Diego el marido de Patricia ni a nadie de la seguridad del hotel para que declarara en qué condiciones emocionales encontraron a María. Se que Demetrio, no hizo las cosas bien deliberadamente para que María pagara en la cárcel por un crimen que no había cometido y después de tantos años, puedo demostrarlo delante de un juez.
E: (llorando). Dios mío, María, ¿Qué te hemos hecho?
M: (Que seguía sin poder ver llorar a Esteban, lo abraza). Ya ha pasado todo, no le des más vueltas.
Luciano se dio cuenta de que si seguía allí, molestaría y se retiró a su habitación.
E: (se levanta de un salto). Pero, ¿cómo puedes desear abrazarme, cuando lo que deberías querer es matarme? He sido un imbécil, malvado y cruel. Te abandoné, te dejé ahí encerrada esperando a mis hijos y dejando que mis otros hijos crecieran sin el cariño de su madre.
M: ya está bien.
E: voy a hablar con mi tía Alba ahora mismo. (Coge su chaqueta).
M: no; por favor Esteban. No quiero que nadie sepa nada de esto hasta que no esté segura de quién es el verdadero asesino.
María sabía que Esteban estaba muy alterado y que de un momento a otro iba cometer una locura. Pero ella sabía como calmarlo, muchas veces antes lo había hecho.
M: (lo coge de la mano). Ven.
Lo llevó a su habitación, lo tumbó sobre su cama y después ella se acurrucó entre sus brazos, agarró sus manos y las cruzó por delante de su vientre, acercó su pelo a la cara de él y se quedó allí muy quieta.
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