Capítulo 37. (Tú nos abandonaste).

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Los chicos se sentaron los cinco en el gran sofá del salón, mientras María Y Esteban, utilizaron la mesita auxiliar del salón como banco; quedando así unos enfrente de los otros.
E: María y yo, les mentimos cuando dijimos que nos conocimos en la universidad.
H: ¿pero ustedes si se conocían? ¿Verdad?
M: si, ya nos conocíamos, pero no como les hicimos creer.
V: entonces, ¿Cómo fue? ¿Dónde se conocieron?
E: María y yo nos conocimos durante un viaje que realizábamos para después coger un crucero para las islas griegas hace 23 años.
Alex: ¿el mismo crucero donde mi mamá conoció a mi papA ese cobarde que nos abandonó?
Es: y también, durante ese viaje, mi papá conoció a mi mamá ¿No es así, papá? O por lo menos eso es lo que nos has contado.
An: pero, por la forma que tienen de hablar el uno del otro, perece que ustedes llegaron a quererse ¿No es cierto?
M: si, es cierto. Esteban y yo terminamos enamorándonos durante ese crucero.
H: (incrédulo). ¿Amabas a María cuando te casaste con mi mamá?
E: sí, me enamoré locamente de ella.
Es: ¿María y tú se siguieron viendo cuando mi mamá estaba viva?
E: sí, nos seguimos viendo hasta que ella ingresó en prisión.
V: ¿y mi papá? ¿Por que te casaste con él si estabas enamorada de Esteban Mamá? ¿Por qué le defendías tan apasionadamente cada vez que le hacíamos algún reproche si nunca le has amado?
M: yo amé mucho a su padre, lo amé y lo sigo amando.
An: ¿y tú papá? ¿Amaste alguna vez a nuestra madre muerta?
E: su madre no está muerta.
Todos a la vez: ¿Qué?
H: ¿mi mamá está viva?
E: sí, está viva.
Es: ¿y donde está?
M: (emocionada). Aquí, sentada frente a ti.
Todos se quedaron sin capacidad de reacción, miraban a la vez a María y a Esteban sin poder mencionar palabra alguna.
V: ¿eso quiere decir que Esteban?
M: si, pequeña, Esteban es su padre.
Alex: (perdió los papeles en ese momento). ¡Tú! ¿Tú fuiste el cobarde, el sin vergüenza, que dejó abandonada a mi madre embarazada en una cárcel y la olvidó allí de por vida? Perdona, pero la palabra padre te queda muy grande y la de amante esposo aún mayor.
M: ¡Alejandro!
Alex: que quieres mamá ¿Acaso vas a intentar convencerme de que este hombre te amaba? Si de verdad te hubiese amado, habría luchado por ti, por demostrar tu inocencia. Paro no. Para él fue más cómodo quedarse aquí, arropado por los que se dicen su familia y sus amigos, quitarte el cariño de tus hijos y olvidarte en una cárcel ¿Cómo puedes seguir amando a alguien así?
E: Alex, tienes que entenderme por favor, yo
Alex: ¡no!, vasta ya. No quiero escucharte, no deseo escucharte y no voy a quedarme ni un segundo más.
Alejandro se dispuso a salir de la casa.
M: ¡Alex, Hijo! ¿Dónde vas?
A: me voy a vivir a casa de los abuelos.
Al ver la angustia en la mirada de su madre, se acerca y la abraza.
Alex: mamá, te quiero. Sabes que eres la persona más importante en mi vida. Si tú lo has perdonado y quieres seguir con él, no seré yo quién te lo impida; pero no puedes pretender que yo también lo haga. No te preocupes por mí. Yo se cuidarme solo. Además estaré en casa de los abuelos y puedes venir a verme cuando quieras.
La besó en la frente y se marchó.
Víbian y Estrella lloraban inconsolables abrazadas en el sillón. Esteban se acercó a tratar de consolarlas.
E: venid aquí mis pequeñas. (Intentó abrazarlas).
Estrella se levantó de un salto y se apartó de su padre, con los ojos llenos de reproche. Se abrazó a maría y mientras le acariciaba el pelo, a la vez la llenaba de besos.
Es: ¡Mamá, mami! Perdónanos, nosotros te creíamos muerta. Yo no sabía que tú existías. Te juro que si hubiera sabido que tú existías, nada ni nadie hubiera impedido que fuese a verte y hubiera luchado junto con mis hermanos por sacarte de ese lugar.
Después se dio media vuelta y enfrentó a Esteban.
Es: como pudiste engañarnos de esa manera. No tenías derecho de decidir por nosotros. Nunca debiste separarnos de nuestra madre. Nunca debiste privarnos de su cariño. No se si algún día podré perdonarte.
H: ya está bien Estrella. No le hables así a papá. Él ha sido para nosotros padre y madre a la vez y si actuó de aquella manera, sus motivos, tendría. Por lo menos se merece que le escuchemos y le permitamos explicarse.
E: (desesperado). Verán chicos. En esos momentos yo estaba desesperado y muy confundido. Vuestra madre, fue acusada y condenada por aquel crimen que no cometió y yo me quedé solo con vosotros tan pequeños Ustedes no paraban de preguntar por su mamá y yo tenía que decirles algo. No se Entonces, la tía Alba tuvo la idea de inventar lo de la muerte de María y en ese momento me pareció lo mejor. Después de un tiempo, quise reparar mi error y decirles la verdad, pero ya era demasiado tarde. Tenía miedo, tenía miedo de que ustedes me odiaran, que me despreciaran por lo que hice. Si yo mismo no podía perdonarme ¿Cómo iban ha hacerlo ustedes?
Es: pues ¿Sabes qué? Tenías razón. Nunca te voy a perdonar y es más, quiero que sepas que si ella me lo permite, me voy a vivir con mi madre. Tengo que recuperar todo el tiempo que me he perdido de estar a su lado.
M: (abraza a su hija). Estrella hija no sabes lo feliz que me hacen tus palabras, pero Esteban te quiere, te quiere mucho. Nadie sabe lo que en aquel momento sintió y seguro que lo que hizo, lo hizo pensando en lo mejor para ustedes. Aunque se equivocara en su decisión, todas las personas podemos equivocarnos en algún momento de nuestras vidas y todos merecemos una segunda oportunidad.
V: mamá, ¿Tanto lo amas? ¿De verdad amas tanto a mi papá como para perdonarlo y olvidar los 18 año en los que viviste aquella pesadilla?
M: si, lo amo y ustedes deberían quererlo también. Él es un hombre maravilloso que quiere a sus hijos por sobre todas las cosa. Además el no les ha hecho nada a ustedes. A Héctor y a Estrella, los ha querido, los ha sacado a delante y les ha dado todo lo que ha podido. Por ustedes, ha pasado malas noches, los cuidaba cuando estaban enfermos y los consolaba cuando estaban tristes. Se que ha sido un buen padre para ustedes y eso si que no se lo pueden reprochar. En cuanto a Alex y a ti hija mía. Ya os he dicho muchas veces que Esteban nunca ha sabido de su existencia, entonces no pueden reprocharle nada. Se que si el hubiese sabido de ustedes, los habría tratado de la misma forma que a sus hermanos; de eso que no te quede ninguna duda.
Esteban, estaba muy emocionado por las cosas que María había dicho a sus hijos sobre él. Decididamente, algo bueno debió hacer en la vida, para que Dios le hubiera recompensado con el amor incondicional de esa mujer tan maravillosa.
Víbian se arrojó a los brazos de Esteban.
V: (abrazando a su padre). Perdóname papá. Perdona si antes pensé mal de ti. Eres una gran persona y yo estoy orgullosa de que seas mi padre. Por favor no me rechaces.
E: (abraza a su hija). No, mi amor. Como voy a rechazarte si me moría por las ganas de que me abrazaras y me llamaras papá.
En ese momento, Estrella, abrazó también a su padre.
Es: perdóname, papá. Perdona las cosas que te he dicho antes. Tú has sido un buen padre, el mejor de los padres para mí.
E: gracias hijas, gracias por darme la dicha de tenerlas a los dos juntas entre mis brazos.
Ángel y Héctor, abrazaron también a María.
H: eres una gran mujer mamá, estoy orgulloso de ser tu hijo.
An: mi hermano tiene razón mamá eres una gran mujer.
Ambos abrazan a María y la besan en la frente.
Durante un tiempo estuvieron charlando todos juntos de cosas del pasado, del presente y del futuro. Después los chicos se sintieron cansados y se retiraron a dormir. Esteban y María quedaron solos.
M: ¿como te encuentras mi amor?
E: (la atrae contra su pecho). Ven acá.
La besó apasionadamente. El beso se prolongó varios minutos, hasta que María logró reaccionar.
M: (mientras él seguía besándole el cuello). Esteban.
E: ¿Que quiere de mi la mujer más maravillosa del mundo?
M: escúchame zalamero. (Le dio un pequeño empujoncito). Tenemos un problemilla con Alex.
E: (triste). Para ti será un problemilla. Para mi es angustiosa la reacción de Alex. No se cómo voy a hacerlo con él. No se como voy a lograr que confíe en mi.
M: Esteban ¿Sabes que no puedo dejar a Alex solo verdad?
E: si, esperaba que de un momento a otro me dijeras algo así.
M: pues, ahora tengo que irme. Tengo que hablar con Alex. Mañana en la oficina ya te contaré. Cuida de los chicos, por lo visto Víbian ha decidido quedarse contigo.
E: ¿Si quieres hablo con ella para que se vaya contigo? Por lo menos hasta que se solucionen las cosas.
M: no, si ella ha decidido quedarse, está bien. No imagino a ninguna otra persona con la que la dejaría y que sepa que la va a cuidar mejor que su papá.
E: (la vuelve a abrazar). Y yo no conozco a otra mujer en el mundo que tenga el corazón más hermoso que el de mi esposa. (La besa).
M: Esteban, tengo que irme.
E: está bien. Si mi hijo pretendía castigarme, de veras que lo está conseguido al separarte de mí.
M: será por poco tiempo mi amor. Seguro que Alex reaccionará pronto. Lo conozco muy bien y es un gran muchacho. Sólo dale un poco de tiempo.
E: está bien confío en ti.
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