Capítulo. 38 (Alba y Fabiola, vuelven a la caga).

831 54 4
                                    


Alba, había visto todo lo ocurrido desde la barandilla de las escaleras y su mente perversa, se puso en movimiento.
A: (pensando). Este es el momento para deshacerme de María de una vez y para siempre. Pero no puedo hacerlo sola. Sería demasiado arriesgado para mí. La tonta de Fabiola me ayudará, en cuanto sepa que quiero atacar a María, se pondrá de mi lado. Ella la odia casi tanto como yo.
Alba, se puso en contacto telefónico con Fabiola.
F: ¿bueno?
A: hola, Fabiola soy yo, Alba.
F: ¡Hola, Alba! ¿Cuánto tiempo hacía que no hablábamos?
A: Fabiola, me urge hablar contigo ¿podeos quedar mañana para comer?
F: ¿por qué tanta prisa? ¿Pasa algo?
A: es muy arriesgado que hablemos de ello por teléfono. Sólo puedo decirte que se trata de algo relacionado con María.
F: ¡María! Pero que
A: Mañana te contaré. Ahora tengo que colgar.
María llegó a casa de sus padres y se dirigió directamente al dormitorio de Alex. Él estaba allí intentando estudiar.
M: hola mi tesoro ¿qué haces?
Alex: ¡mamá! ¿Por qué has venido? Ya te dije que puedo cuidar de mí mismo.
M: ¿de verdad pensaste que te iba a dejar solo? No podría ser feliz sin mi pequeño cerca.
Alex: pero mamá, yo no quiero obligarte a nada, yo
M: Alex, hijo yo puedo perfectamente cuidar de mi hijo sin dejar de ver a Esteban. El día tiene muchas horas para poder estar con mi marido pero ahora mi hijo me necesita más que su papá.
Alex: mamá. Yo te adoro ya lo sabes, pero te voy a rogar encarecidamente que no vuelvas a decir esa palabra en mi presencia. Con que le llames con su nombre vasta.
M: está bien. Dejemos ya este tema. ¿Quieres que te prepare en poco de café para que puedas seguir estudiando?
Alex: si, por favor; te lo agradecería muchísimo. (La besa en la mejilla). Te quiero. Gracias por comprenderme.
M: no hay de qué cariño. Ustedes ya saben que mis hijos son lo más importante para mí.
Alex: por cierto ¿Cómo se lo tomaron mis hermanos?
M: muy bien cariño. Mañana les diré que vengan a comer ¿Qué te parece?
Alex: perfecto mamá. Necesito hablar con Héctor y Estrella y decirle lo contento que me siento de que sean mis hermanos. Al fin y al cabo, ellos no tienen la culpa de tener un padre como el que nos ha tocado.
M: ¿sabes? aunque no quieras aceptarlo, te pareces mucho a él. Los dos sois igual de cabezotas.
Alex: ¡mamá! Por favor.
M: está bien. Iré a preparar el café y después te ayudo a repasar ¿ok?
Alex: Hecho.
A la mañana siguiente en un restaurante cualquiera de la ciudad de México.
F: bueno Alba tu dirás.
A: Esteban y María tienen problemas con sus hijos.
F: ¿Y?
A: pues creo que este es el momento para hacer que María desaparezca de una vez de nuestras vidas.
F: ¿de qué estás hablando Alba? ¿Acaso quieres matarla?
A: pues la verdad es que no me desagrada la idea, pero no he pensado en eso.
F: y, ¿Qué es lo que quieres entonces?
A: asustarla para ver si decide volver con su hermano de una vez.
F: ¿y qué podemos hacer para lograrlo?
A: he pensado en incendiar la casa de sus padres.
F: ¿con ella dentro?
A: Déjate de sarcasmos Fabiola. Mañana, María estará en las oficinas y el chico, tiene que ir a la universidad. Ese será el momento en el que entres en la casa y provoques un cortocircuito que hará que la casa se incendie.
F: ¿y por qué yo?
A: yo tengo la casa llena de gente y si estoy allí con ellos, no podrán sospechar de mí. Tu sin embargo estarás sola ya que Bruno ira a trabajar a las empresas y a tu criada puedes mandarla a algún recado. Durante el tiempo que esté fuera, puedes ir a casa de María, provocar el incendio y volver a casa antes de que lo haga la sirvienta. Nadie sospechará que lo has hecho tú si vuelves a meterte en la cama. Pensarán que estuviste durmiendo todo el rato.
F: lo tienes todo muy bien planeado. Está bien, te ayudaré.
A: pues entonces brindemos. Por la pronta desaparición de María.
María, no pudo ir ese día a las oficinas. Tuvo que volver a prepararlo todo para que Alejandro y ella pudieran volver a vivir en la casa de sus padres. Fue a dar una vuelta por las joyerías para ver como iban las cosas y después pasó por la casa de Esteban para ver a sus hijos y pedirles que al día siguiente fuesen a comer con ella.
Al día siguiente, se levantó muy temprano. El día anterior no había podido ver a Esteban y le echaba de menos, por eso, la noche antes le llamó y quedó con el para desayunar fuera antes de ir a trabajar a las empresas.
Esteban fue a recogerla a la casa pero no entró en ella para no molestar a Alex, la recogió en la puerta y se fueron a desayunar a una cafetería situada cerca de las empresas.
M: te eché de menos anoche mi amor.
E: lo mismo digo. Llevo dos noches si dormir por que te necesito a mi lado, en mi cama. Necesito decirte cuánto te amo cada noche antes de dormir.
M: esperemos que Alex reaccione pronto.
E: ¿has notado algún Cambio en él?
M: de momento hoy van los chicos a comer a mi casa y él me dijo que quería hablar con ellos para decirles lo feliz que estaba de que fuesen sus hermanos.
E: pues ya es algo ¿no? (triste).
M: bueno vamos que se nos hace tarde.
E: ¿podrás venir conmigo al apartamento después de la comida con los chicos?
M: te aseguro que allí estaré.
Durante la comida en casa de María, los chicos se desahogaron los unos con los otros y se dijeron lo que cada uno, sentían sobre el hecho de que fuesen hermanos. Se abrazaron y besaron. La escena fue muy emotiva y María la vivió feliz y contenta de que sus hijos aceptaran el lazo que los unía.
Después Los chicos se fuero a tomar un café fuera de casa. Quisieron que María los acompañara pero ella les dijo lo de su cita con Esteban. Todos entendieron y se marcharon.
Cuando María llegó al departamento, Esteban la estaba esperando impaciente por su tardanza. Cuando la vio entrar corrió hacia ella.
E: (abrazándola). Pensé que ya no vendrías. Mi vida, no se si podré volver a soportar las esperas para estar junto a ti.
M: bueno, cálmate mi amor ya me tienes a tu lado.
Esteban, no perdió tiempo en preámbulos. Ya no tenían toda la vida para estar juntos, de momento sólo disponían de unas pocas horas y Esteban las quería aprovechar lo más intensamente posible. Tomó a su esposa entre los brazos y allí mismo en la moqueta, encima de unos cojines delante de la chimenea la hizo suya.
Poco después y ante el calor de la llamas, los dos cuerpos permanecían juntos, muy juntos el uno del otro; descansando del asalto de placer que habían alcanzado minutos antes.
E: ¿como fue la comida?
M: muy bien. Lamento que no pudieras ver a todos nuestros hijos incluido Ángel, mientras se abrazaban y se contaban sus sentimientos los unos por los otros. Fue maravilloso.
E: María.
M: ¿que, mi amor?
E: gracias por tratar a Ángel como a uno más de nuestros hijos.
M: no tienes nada que agradecerme. El amor, se da incondicionalmente y yo, solo ago lo que me pide el corazón. Además ese muchacho es tan sensible, tan cariñoso que se ha ganado mi corazón.
E: Te amo, nunca me cansaré de decírtelo. Tu corazón no tiene límites y yo no voy a saber jamás lo que he hecho para merecer que me eligieras a mí de entre todos los hombres. No te merezco, no merezco que me ames; pero ya que lo has hecho, no me dejes, no me dejes nunca. Sin ti, estaría perdido. Tú eres mi día, mi amanecer y mi noche. Mi espacio, mi vida son tuyos; entra en ellos y no vuelvas a salir de ahí nunca más. No quiero dejar de sentir tu grandeza de mujer.
Lo que sintió maría al escuchar las palabras desesperadas de su esposo, no puede describirse con palabras. Sólo las personas que realmente han estado enamoradas, pueden imaginar el acumulo de sensaciones que se agolpaban en el corazón de ella y la gran ternura que esas palabras había provocado en su alma. Todo estaba bien, todo en su lugar. Esteban la amaba, la amaba profundamente y eso era lo único que importaba; lo demás, ya se iría arreglando con el paso del tiempo. Mientras ellos permanecieran juntos; podrían enfrentarlo todo.
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

EL CASTIGÓ DE AMARTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora