Capítulo. 15 (La boda de Carlos).

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Durante todo el tiempo que pasaron en el restaurante y durante el paseo por el parque, la conversación se centró en las cifras que había manejado María y en ese extraño descenso en las ganancias en las empresas.
Un rato más tarde volvieron al trabajo.
Se: señora San Román, su hermano la está esperando en su oficina.
M: gracias.
Los dos se apresuran para saludar a Carlos.
M: ¡Hermanito! Te extrañé mucho.
C: ¿durante tu luna de miel? No te creo, pequeña mentirosa. Pero yo si que te he echado de menos a ti.
E: me agrada verte cuñado. (Extiende la mano para saludarle).
C: bueno, ¿y como les va en su vida de casados?
E: muy bien y muy felices. Pero tengo entendido que pronto vas a probar tú también esta vida ¡eh!
C: si, al final decidimos casarnos en Diciembre.
M: Felicidades, hermanito. Después iré a ver a Erica. (Lo abraza).
C: María también quería pedirte un favor.
M: tú, dirás.
C: quiero que ayudes a Erica con los preparativos de la boda. Mamá como sabes, no se encuentra muy bien últimamente y Ya sabes que Erica no va a poder con todo sola por que está acostumbrada a que tú se lo resuelvas todo y ni a mí, ni a su familia, nos permite ayudarla. Se que si tú se lo pides, aceptará tú ayuda.
M: no te preocupes y deja todo en mis manos. Yo me haré cargo de todo.
E: (la mira con admiración) ¿Sabes? Tengo a la mujer más maravillosa del mundo.
C: pues claro que lo se. Por si no lo recuerdas es mi hermana.
Los cuatro meses, pasaron volando para María. Entre su trabajo en las empresas, los preparativos de la boda de su hermano, los enfrentamientos con Alba por el mantenimiento de la casa San Román y el amor de su marido. Pero por fin todo estaba arreglado para la boda de su hermano. Hasta había hablado con el padre Belisario para que bendijera la unión y también con Demetrio para que se hiciera cargo de todo lo referente a la boda civil. Contrató a uno de los mejores hoteles de México para el banquete, ayudó a Erica a elegir su vestido y hasta compró el esmoquin para Carlos.
Casa San Román la noche antes de la boda.
E: ¿todo listo para mañana mi amor?
M: (que salía del baño en ese momento). Sí, esta mañana terminé recogiendo los anillos en una de las joyerías de mi padre.
E: ven, acuéstate a mi lado.
María se tumba al lado de su marido.
E: (la acurruca entre sus brazos). Te noto muy cansada.
M: lo estoy, estoy muy cansada, pero ya mañana terminará todo.
E: ven, acércate, que tu marido te va a mimar un poquito. (La estrecha fuertemente contra su cuerpo y le acaricia el pelo.
Ambos se duermen.
Al día siguiente, el chofer llevó a María a casa de Erica y a Esteban para la de Carlos. Ambos quedaron en volver a verse en la iglesia del padre Belisario.
María entró en el cuarto de Erica y mientras sus hermanas la terminaban de arreglar, ella se desplomó en el pequeño diván que Erica tenía en su cuarto.
E: ¿te sientes bien?
M: sí, amiga mía, un poco cansada, pero feliz por ti.
E: (con lágrimas en los ojos). No se de qué forma voy a agradecerte todo lo que has hecho por mí.
M: (Es levanta y la abraza). No tienes por qué agradecerme nada, tú lo habrías hecho también por mí. YNo llores que te vas a estropear el maquillaje.
E: Te quiero, ¿lo sabes?
M: y yo a ti, y vamos ya que se nos hace tarde.
La ceremonia estuvo preciosa, todos admiraban a la novia y felicitaban al novio. Después todos se dirigieron al hotel donde se celebraba el banquete. Algunos se distribuyeron entre las mesas y otros formaban grupos de charla.
Esteban se integró en uno de esos grupos donde estaban Bruno y los demás mientras María, que estaba algo desganada ese día se sentó al lado de sus padres.
CJ: ¿te encuentras bien pequeña?
M: no lo se, hoy me he sentido algo mareada. Debe ser el cansancio.
Ana: ya te dije que tanto trabajo te iba a pasar factura.
CJ: ¿Quieres que avise a Esteban y os vais a casa para que descanses?
M: ya lo hago yo, (se levanta para buscar a Esteban y cae desmayada en los brazos de su padre).
Ana: ¡María Hija!
CJ: ¡Cariño! ¿María?
Varios de los invitados se acercaron al oír las voces y Esteban, al ver el revuelo que se estaba formando alrededor de su esposa, corre hasta allí para ver que es lo que pasa. Al ver a su mujer sin sentido, se la arrebata a su suegro de los brazos, la mete en el coche y la lleva a un hospital acompañado por Ana y Carlos Jesús.
Cuando llegaron al hospital, Esteban ni si quiera esperó a que los celadores trajeran una camilla, volvió a coger a su esposa entre sus brazos y sin esperar a que sus suegros salieran del coche salió corriendo en busca de un médico. Una de las enfermeras del hospital, le indico una de las consultas y él entró en ella y colocó a su mujer en la camilla.
E: ¡María! ¡María! ¡MARÍA! Dios mío no reacciona. (La sujeta entres sus brazos llorando). Mi amor, ¿Qué te ocurre? ¿Qué te pasa?
En unos segundos un doctor entra en la consulta acompañado por dos enfermeras.
D: Por favor, ¿puede salirse fuera?
Esteban sale llorando desesperado de la consulta y fuera Carlos Jesús y su esposa le miran con angustia en los ojos.
Ana: ¿ha reaccionado ya?
E: no, Dios mío está tardando demasiado.
CJ: y, ¿qué te ha dicho el médico?
E: (se derrumba en una de las sillas de la sala de esperas). No se. Nada aún no me ha dicho nada. Se quedo atendiéndola.
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