Draco y yo terminamos de bajar las escaleras y nos situamos delante de los presentes. Mi padre se acercó a mi con semblante frío, me agarró del brazo más fuerte de lo que habría deseado y me puso delante de los Zabini.
-Señor y señora Zabini- dije al ver que mi padre no tenía intención de hablar- Es un placer conocerles-
-El placer es nuestro, Katya- dijo el padre de Blaise- Estamos encantados de unir a nuestro hijo con semejante joven-
Bajé la cabeza en señal de agradecimiento y después se acercó la madre de Blaise abrazandome, a lo que yo la correspondí.
-Creo que soy la única adulta en contra de esta unión- susurró en mi oído- Pero si mi hijo tiene que casarse con alguien por obligación me alegro de que sea contigo-
Se separó de mi y se acercó a su marido que se encontraba hablando con mi padre. Por fin, Blaise se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla. Nunca nos habíamos besado y no creo que lo hiciéramos jamás.
-Mi madre no está de acuerdo con esto- dijo susurrando para que no nos oyeran.
-Lo se- dije en igual tono- Me lo acaba de decir-
Me giré y le hice una señal con la cabeza a Draco para que se acercara discretamente.
-¿Tu lista de invitados está lista?- dijo refiriéndose a si había invitado a su ex.
-Sí, ella llegará mañana- dije feliz- ¿la tuya?-
-Por supuesto-
En ese momento Draco llegó a nuestro lado y me cogió la mano discretamente.
-Me siento un sujetavelas ahora mismo- dijo Blaise riéndose.
-Tranquilo- dije sonriendo- No tardarás en estar como nosotros ahora-
-¡Katya!- gritó mi padre desde la otra punta de la sala.
-¡Ya voy padre!- dije soltando la mano de Draco y despidiéndome de ambos.
Caminaba con la cabeza bien alta y casi sin tambalearme, como me había dicho mi padre que debía andar de ahora en adelante.
-¿Qué necesitas padre?- dije educadamente cuando llegué al circulo en el que estaban todos los adultos.
-Narcissa te ha preparado el vestido que llevarás en tu boda- dijo feliz (raro en él)- Ve arriba a probártelo-
Asentí y seguí a Narcissa hasta mi dormitorio donde, encima de la cama, ahora hecha, había un enorme y deslumbrante vestido blanco. Estaba repleto de piedras preciosas y encajes.
-Cuando le tengas puesto avísame- dijo Narcissa dispuesta a irse.
-Narcissa- la llamé antes de que ella cerrara la puerta, a lo que ella se giró para mirarme- Podrías decir a Draco que subiera, para ayudarme con el vestido-
Ella, al ver mis intenciones asintió.
-Pero no hagáis nada raro- dijo antes de cerrar del todo.
Sonrei ante su acto maternal. Me acerqué a la cama para coger el vestido y ponérmele. Tenía miedo. Quedaba menos de una semana para vivir una mentira toda mi vida. Me recordé a mi misma lo que ocurriría si no me casaba. En ese momento descubrí que me había enamorado. Nunca lo había tenido tan claro hasta ahora. Estar enamorado de alguien significa poner sus necesidades ante las tuyas. Yo estaba poniendo la vida de Draco ante la mia. No podía dejarlo morir. Me quité el vestido rojo que me había puesto para recibir a la familia Zabini pero entonces me di cuenta de que, al no ser capaz de subir la cremallera, tampoco era capaz de bajarla. Fui a abrir la puerta para que Narcissa me ayudara pero en vez de ella me encontré a Draco. Me quedé unos segundos mirándole. Sabía que iba a llegar de un momento a otro, pero no me le esperaba ahí en ese preciso instante.
-¿Necesitas ayuda?- dijo Draco igual de empanado que yo.
-Sí- dije dándome la vuelta, haciéndole entender que no llegaba a la cremallera.
De nuevo, sus frías manos tocaron mi espalda y bajaron la cremallera. Entré en el cuarto de nuevo seguida de Draco y me quité el vestido completamente dejando a la vista mi ropa interior de encaje rojo. Dejé el vestido tirado en el suelo y fui hacia la cama para coger el enorme vestido de boda que, al parecer, pesaba más que yo. Entré en el traje como pude y cuando estuve dentro me dirigí a Draco de nuevo para que me ayudara ya que el vestido no llevaba cremallera, sino botones. Uno a uno sus manos fueron atando todos los botones hasta que no quedó ninguno por atar. Me di la vuelta hacia él y sus ojos viajaron desde mis pies hasta mis ojos.
-Estás preciosa- dijo sonriéndome tiernamente.
Me di la vuelta con semblante serio y caminé hasta un espejo que había en la habitación. Me vi reflejada en él unos segundos. Miré todo mi cuerpo. Tantas piedras, tantos encajes, tantos adornos. Esa no era yo. Yo lo sabía, y Draco también.
-Se que esa no eres tu- dijo detrás de mi- Me enamoré de una chica sencilla a la que se la caían los libros de tercer curso por el pasillo. Esa chica que tenía el pelo más alborotado que el de su hermana. Esa chica que se sonrojaba cada vez que me veía junto a mis amigos. Esa chica que me enseñó a amar- cada palabra que decía era un paso hacia mi, hasta que su pecho chocó contra mi espalda- Tu padre te ha convertido en algo que no eres, pero yo sigo viéndote como aquella chica que dejó que la cogiera de la mano delante de todos los alumnos de Transformaciones-
Le miré a través del espejo, impresionada por sus palabras. Habían pasado casi 4 años desde aquello. La primera vez que le vi más cerca de lo que estaban de mi los libros cuando estudiaba. Esos ojos grises penetraron en mi subconsciente y nunca se fueron. Rodeó mi cintura con sus brazos y apoyó su cabeza en mi hombro. Yo seguía en mi posición; erguida, con la cabeza alta, como mi padre me había dicho que debía ir siempre.
-Voy a hacer algo- dijo sin mover la cabeza de mi hombro, lo que me causó cosquillas en el cuello- Por ti y por Zabini-
-¿Qué vas a hacer?- dije aún en mi postura.
-El que oficie la ceremonia debe decir si alguien desea oponerse a la unión- giré un poco mi cabeza hasta ver su pelo platinado mezclarse con el mio castaño- Yo me opondré-
Me diré del todo haciendo que se sobresaltase.
-No- dije tajante.
-¿Qué?- dijo perplejo- ¿Por qué? Lo hago por ambos-
-Y yo te pido que no lo hagas- mi seriedad era notable.
-¿Qué no me estás contado?-
Me quedé en silencio unos instantes. Nunca le había mentido hasta que llegó mi padre.
-Katya- dijo sacándome de mi trance.
-No lo harás- dije finalizando la conversación.
Salí del cuarto para llamar a Narcissa y que diera los últimos retoques a mi vestido. Draco presenció todo hasta que Narcissa acabó y se lo llevó de allí para que yo pudiera cambiarme. Me puse un vestido menos elegante y que no requiriera de ayuda para que me lo pusiera, y bajé. Me fijé en Draco; estaba solo sentado en un sofá solitario en una punta de la sala, y en Blaise; estaba esperándome en la escalera. Cuando bajé del todo le cogi la mano y fuimos con nuestros padres a una sala apartada donde planearíamos la boda.
Menos 6 días.
***
Holiiiiii,
Bueno, aquí os dejo un capitulo más. He intentado hacerlo un poco largo para que tengáis de sobre para el siguiente que seguramente suba esta noche. No prometo nada. En fin, espero que os guste y votad, comentad etc. Disfrutad del capitulo y prepararos para la boda!
Besossssss <3 <3 <3
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Quien dijo Sangre [Draco Malfoy Y Tú] // [TERMINADA]
Fanfiction"Hasta las personas mas frias de corazón han sabido amar alguna vez" @lectora_de_sangre (Albus Dumbledore en "Quien dijo Sangre") *** 31/08/2020 - 1º puesto en #dracomalfoyytu 12/08/2020 - 2º puesto en #dracomalfoyytu