Capítulo 67

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  POV ANASTASIA

Christian comienza a acariciar mi clitoris y cuando nota que estoy húmeda por sus atenciones introduce muy lentamente el consolador dentro de mi, escucho un clic y comienza a vibrar en mi interior,  pero la sensación es tan, tan intensa que me estremece completamente. Jadeo y trato de contener el aliento, respiro y de pronto siento como un nuevo azote escuece mi trasero.

—Dije que guardes silencio justifica y continua jugando con mi sexo.

Mete y saca de mi interior el consolador sin que deje de vibrar y estremecerme, y yo solo respiro profundamente tratando de mantener a raya mis sensaciones,  pero es muy intenso.

No aguantaré... Es demasiado intenso... Abrumador. Estoy completamente sometida a él y sé que soy capaz de dar la vida por él.

De pronto acerca el otro vibrador y comienza a frotar con el  mi clitoris que ya está muy estimulado por el juguete que ya está en mi interior.

—No te corras, Ana... control...— me pide sin dejar de estimularme.

¡¿Está hablando enserio?!

—Ah... Ah... gimo y ahogo mis gemidos en su cuello.

—Así, cariño, resiste... hagamos que dure... resiste...

Respiro profundo y continuo acallando mis gemidos en su cuello, de pronto siento como se incorpora en la cama sin soltarme y se baja el pantalón.

—¿Tienes una idea de lo que me haces sentir? ¿de cuánto te deseo...? Me encantas Ana...

—Ah, Christian...— Estoy perdida

—Si, cariño, siéntelo... solo no te corras.

—Oh... Christian...

Me hace que me incorpore solo un poco y saca de mi interior el consolador,  se pone un preservativo y se introduce en mi interior con la misma lentitud con la que me introdujo el juguete hace un momento.

—Siéntelo, nena... siénteme... jadea al estar dentro de mi y me besa con ansiedad.

—Ah... Christian...

—Fóllame, nena, hazlo— me pide entre suaves mordiscos sobre mis labios y yo comienzo a moverme a mi ritmo,  y buscando darle el mismo placer cegador que me provocó a mí.

Ambos nos besamos mientras continuamos dejándonos la piel en cada embestida hasta que siento como Christian se estremece en mi interior.

—Correte conmigo, Ana... ¡hazlo!— Me dice y me sostiene de la cintura para embestirme con fuerza hasta que siento como mi sangre se enciende, como vibra mi cuerpo con sus caricias y me dejo llevar al cielo con él.

—¡Ana!— Grita mi nombre y se desploma conmigo sobre la cama.

Cierro los ojos, sólo se escucha nuestras respiraciones agitadas.

    ***

Abro los ojos. Joder ¿En qué momento me quedé dormida? Me doy cuenta que mi cuerpo está envuelto con la sábana. Christian no está a mi lado.

Me levanto de inmediato. Se me ha hecho tarde, Elena estará muy molesta por qué me he demorado más de la cuenta, sólo espero qué no empiece a sospechar.

Tras asearme y vestirme regreso al salón.

— Hola— me dice Christian haciendo que todo mi cuerpo se estremezca.

De repente me siento tímida. ¿Es por lo que me hizo con sus juguetes que me siento tímida?

— Hola, yo ya me voy— me voy a su biblioteca en busca de mochila.

Anastasia; Mi Dulce DesafíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora