Capítulo 83

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   POV ANASTASIA

Christian cierra la puerta mientras yo me siento en la orilla de la cama, expectante de lo que va a decirme. Solo ruego que no quiera abonarme. Sé que lo merezco, pero he comprendido que no puedo vivir sin él. Lo amo más de lo que puedo imaginar.

Tras cerrar la puerta, se queda parado viéndome cómo si yo fuese una criatura exótica.

Di algo Christian, no te me quedes viendo. ¿Que no ves lo nerviosa que estoy?

— A..— levanta la mano para que me calle.

— No hables por favor.

— Sé que estás enojado conmigo, y créeme cuando te digo que lo siento... Más de lo que puedas imaginar... Realmente lo siento Christian.

Por favor créeme y acércate a mi por favor. Tu distancia me está matando.

Él suelta y suspiro y dice.

— Nunca harás lo que te digo ¿Verdad?— Su voz denota dolor y yo me doy cuenta de todo el dolor que le he causado.

— Perdón por ser impulsiva, te prometo que de ahora en adelante trataré de cambiar.

El ríe sin ganas.

— No quiero que cambies— ¿Cómo? Lo observo sorprendida— sólo te suplico que no vuelvas a exponerte— no entiendo ¿Enserio me pide no cambiar?

— No te entiendo... Pensé que te habías hartado de mi y mi personalidad infantil.

— Reconozco que me sacas de quicio — se acerca a la orilla de la cama y se sienta a mi lado... ¡Maldita sea, es tan sexy! Cómo me gustaría que en éste preciso momento estuviera en medio de mis...—pero si fueses distinta seguramente me aburriría— añade interrumpiendo mis perversos pensamientos.

— ¿Estás enojado conmigo?

— Ya no.

— ¿Por qué no respondiste mis llamadas o viniste a visitarme antes?— Le reclamo por su abandono.

— No me confiaba de mi— no entiendo ¿Por qué no se confiaba de él?

— ¿Cómo?—

— Estaba furioso contigo, con ese malnacido, con Elena, y conmigo mismo... Anastasia— fija su mirada en mi— hay una parte de mi que no conoces ... Podría haberte hecho mucho daño si te tenía cerca— me estremezco.

— Explícame mejor—

— Cuando no puedo controlar mi ira puedo llegar a ser destructivo — ¿Qué?— necesitaba tenerte lejos para no lastimarte.

— No creo que me hubieras hecho daño— abre los ojos como platos

— no sabes lo que estás diciendo

— Si que lo sé... Cuando recién nos conocimos hubieron muchas ocasiones que te hice enfadar, y nunca me lastimaste— si lo hiciste pero no físicamente.

— Recuerdo que quería hacerte daño pero tú perro me hizo reaccionar— si, ya lo recuerdo... Mi Jamie empezó a ladrar, incluso quería morderlo y Christian retrocedió.

Me abrazo a mi misma al sentir un escalofrío.

— ¿Tienes frío?

— No, solo me estremecí por tu confesión— le digo

— Lo siento— murmura avergonzado.

— Se que tengo una personalidad complicada, pero te prometo que nunca te haré daño... — me toma las manos, y ahí está esa exitante electricidad que me recorre todo el cuerpo.

Anastasia; Mi Dulce DesafíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora