Capítulo 69

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    POV ANASTASIA

Hecho afuera toda la comida que había comido.

Maldita vieja de mierda, pero te voy a denunciar con las autoridades. Esto no se quedará así. Pagarás muy caro tu crimen.

Regreso a la habitación sintiéndome un monstruo. Un golpecito en la puerta interrumpe. Seguramente es la maldita.

— ¡No estoy!— Grito enfurecida, si la veo entrar por esa puerta la voy a matar.

La puerta se abre y yo alisto los puños para darle una paliza a la asquerosa de Elena.

Le voy a dejar los ojos morados, el labio roto, la voy a dejar pelona.

No sé si sentir alivio o decepción, pero no es la asesina de perros si no que es Michelle, la ama de llaves que atraviesa por la puerta.

— ¿Que estás haciendo aquí? Creí decirte que no estaba— ella es su cómplice, pero esto no se quedará así. Una de las dos va a pagar.

— ¿Estás bien?— Pregunta haciendo caso omiso a mi protesta.

Seguramente te envío Elena. Si eso debió ser, Elena quiere saber que tanto me ha afectado el hecho que me dado de comer carne de... No lo quiero pensar!

— ¿Enserio lo pregunta, después de lo que cocinó?— Estoy tratando de contener mi ira.

— Lo que comiste fue carne de pavo— ¡¿Que?!— Era carne de pavo acaramelado con frutas.

— pero... Elena dijo...— Estoy confundida.

Seguramente está mintiendo, para que yo no le de una paliza.

— La señora Lincoln quiso sacarte de quicio porque tú saboteaste su comida.

¡Mierda! ¿Cómo se enteró?

— No sé de qué estás hablando— digo con fingida inocente.

— ¿Pensaste que la señora Lincoln, no sé daría cuenta fuiste tú quien saboteó su cena?— Realmente pensé que no sé daría cuenta.

Pero no pienso reconocer nada. ¡Esto es la guerra!

— Yo no tengo idea de lo que usted me está hablando — me pongo a la defensiva.

Michelle niega con la cabeza.

— Yo sólo te quería decir que la carne que comiste era pavo.

— ¿Cómo sé yo que usted no me está mintiendo?—

— ¡¿Tú crees que yo soy una sádica para cocinar un animal que puede entender y entregar cariño?!— Cocinó el pavo.

— Pero cocinó el pavo ¿Quien me dice, si el pobre pavo no era inteligente y tenía dueño?— Le digo solo por molestarla.

— Debí quedarme callada y no decirte que carne comiste— espeta y sale de la habitación antes que le responda.

Así que Elena quiere jugar. ¡Pues, juguemos!.

    ***

A la mañana siguiente – como todas las mañanas– Jason Taylor espera por mi enfrente de la casa de Elena, para llevarme a la escuela.

— Hola Jason—

— Buenos días señorita Steele. —

— ¿Podría decirme sólo Ana?— Le digo mientras me acomodo en el asiento trasero.

Jason no dice nada y cierra la puerta.

Por un momento tuve la esperanza de ver a Christian, pero al parecer se ha tomado enserio que Elena pueda descubrinos, aunque yo se lo pedí aún así quería verlo.

Anastasia; Mi Dulce DesafíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora