02. El poder de sus palabras

452 81 317
                                    

La vi dudar, Caritshma sabía que algo andaba mal con Ithiel y conmigo y, aunque era mi mejor amiga, en ese momento no me apetecía hablar sobre lo que ocurría entre nosotros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La vi dudar, Caritshma sabía que algo andaba mal con Ithiel y conmigo y, aunque era mi mejor amiga, en ese momento no me apetecía hablar sobre lo que ocurría entre nosotros. Solo necesitaba respirar y aclarar mi mente.

—¿Entrarás al entrenamiento?— Quiso saber, nunca había faltado a uno y eso era lo que le preocupaba a ella. —¿Fue demasiado grave? ¡Vamos, Cory! Dime qué te pasa.

Deje caer mis hombros, tensos, luego me di media vuelta y quedé de frente a ella. Sus ojos verdes aqua me miraban preocupados, consternados y entonces me recordó a mí hace tres años. Nunca imaginé que estaría en el lugar de ella, no me veía sufriendo por amor ni por un hombre que no me quería, pero sucedió y ahora ella se encontraba preocupada por mí.

—No pasa nada, estaré con las chicas en un momento, solo necesito un momento a solas— Pedí, sin embargo, ella no se veía convencida. —Estaré bien. Anda, ve con ellas, por favor.

—¿Realmente estás segura? ¿Quieres que te deje sola?— Asentí, sincera. Entonces ella comprendió y me regaló una sonrisa, para después abrazarme fuerte.

Segura de que ya se había ido, volví a verme en el espejo. ¿Qué me hacía falta para ser perfecta para Ithiel? ¿No era lo suficientemente bonita para ser amada por él? ¿Me faltaba adelgazar más? ¿Qué tenía para que no me amara como yo a él?

Mis ojos se aguaron, intenté ahorrarme las lágrimas, pero sentirme una mujer insuficiente y sin valor, me hacía arder el pecho. Toda mi niñez y hasta la adolescencia soñé con mi príncipe, con un amor tan hermoso y recíproco. No quería enamorarme yo sola, no quería ser la ilusa de un hombre, quería ser su princesa, su todo, quería que entregara hasta lo que no tenía, pero nada fue así.

Me dolía

Dolía saber que solía amarme y el día que lo elegí a él para amarlo y serle fiel, mi amor propio desapareció, se esfumó como el humo tras un fuerte aire.

Tomé unas toallitas desmaquillantes y quité todo rastro de mascarilla y delineador. Después me arreglé el uniforme de animadora, las ganas de supervisar y ensayar con el equipo no estaban, pero era mi deber como capitana estar ahí y no por un desamor iba a dejar todo tirado. 

¿Así de fácil dejó que esto acabara?

¿De verdad no me quería ni un poquito?

Mi mente solo me llevaba a los recuerdos que viví con él, a los días en que me visitaba o en los que yo iba a su casa y pasábamos un rato cómodo e íntimo entre los dos. Quería recordar los momentos buenos a su lado, no pensar en las noches en las que se iba y me ignoraba por horas, incluso hasta por días, pero era imposible no pensar en ello cuando iban pegados a los buenos recuerdos que tenía a su lado.

En ese momento deseaba los abrazos de mi madre, reír con las ocurrencias de mis hermanitas y que mi padre me llenara de besos en la cara mientras me hacía cosquillas... eso sería reconfortante ante tan insoportable dolor.

Corazones Tempestuosos (AQM I) (PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora