Esperé paciente a que ellos hablaran y me explicaran lo que sucedía, sin embargo, no lo hacían, ni siquiera eran capaces de verme a la cara. En ese instante comprendí algo, el dolor que había cruzado en la mirada de mis padres no fue solo una ilusión creada por mi cabeza, era real como yo, como todo lo que me rodeaba, y justamente ese dolor era el mismo que había visto en mi madre hace algunas semanas atrás.No me fue difícil unir las piezas del rompecabezas y descubrir que Melissa se parecía a mí porque en sus venas corrió la sangre de mí familia, pero aunque ya lo sabía, una parte de mí necesitaba escucharlo de la voz de ellos.
—Por favor, díganme algo— Insistí.
Mi padre levantó a su esposa del suelo, después, papá le dedicó una mirada significativa a ella, misma que intenté entender, pero que no pude hacerlo.
Luego de aquello, él se acercó a mí y se colocó de cuclillas frente a mí. Estaba detestando el silencio que se había asentado a nuestro alrededor, la seriedad, las miradas preocupadas de ambos, todo eso me asustaba y lo peor de todo es que quería saber que pasaría después, para evitar que aquello me golpeara fuerte y me derrumbara totalmente.
—Mi niña— musitó André, tratando de suavizar el momento, solo que todos en esa habitación sabíamos que lo que diría, sería duro para mí y para ellos. —Nos has puesto entre la espada y la pared, hija. Y sé que seguir ocultándote la verdad solo lo empeorará, así que está bien, ya es tiempo de que sepas la verdad.
ANDRÉ SHANE.
17 de marzo de 1999
Aquel día lo recordaba como si hubiese sido apenas ayer, el cielo estaba encapotado por nubes grises, el aire azotaba contra los árboles y arbustos del jardín de la gran mansión Shane. La servidumbre iba de aquí para allá, cerrando puertas y ventanas para proteger a las gemelas de contraer un resfriado. Acababa de llegar de la empresa familiar y mi único deseo era ver a los tres amores de mi vida, así que después de dejar mi saco en el perchero, subí a la planta de arriba, sabiendo que encontraría a mi esposa junto a mis dos pequeñas princesas.
Cuando abrí la puerta de aquella habitación me encontré con ella tal y como me la había imaginado hace unos momentos. Tenía a nuestras hijas entre los brazos de manera estratégica, para evitar algún accidente.
Aún podía recordar exactamente lo frágil y delicadas que se veían mis hijas entre sus brazos; pero también eran preciosas, aunque apenas y había pasado un mes desde que nacieron, se hacía notar su cabello negro y brillante. Estaba enamorado de ellas y de la sonrisa que escapaba de sus pequeños labios. Tras admirar la imagen frente a mí, decidí acercarme a ellas, dejé un beso en los labios de mi esposa y luego besé la frente de Clarissa y Cory con delicadeza.
—Van a ser inseparables— Dije, mientras tomaba a Cory entre mis brazos.
—Así será— Expresó ella, intercalando su mirada de Cory a Clarissa. Se le veía cansada, pero incluso así estaba realmente hermosa.
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Corazones Tempestuosos (AQM I) (PGP2024)
Teen Fiction❌Está historia participa en los Premios Gemas Perdidas❌ Trilogía Tempestades -Lo siento, Cory, pero esto es todo- Me había dicho esa noche fría y oscura, sin importarle verme llorar y suplicarle que no me dejara. Dejándome ahí, tan desolada y desdic...