35. El surgimiento de un enemigo p1

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Ithiel pareció convencido de mi actuación, se perdió en mis besos y en las leves curvas de mi cuerpo en recuperación, besó mi cuello, mis labios y se deshizo de la correa de mi vestido, dejándolo caer al suelo, mientras detallaba cada pequeña part...

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Ithiel pareció convencido de mi actuación, se perdió en mis besos y en las leves curvas de mi cuerpo en recuperación, besó mi cuello, mis labios y se deshizo de la correa de mi vestido, dejándolo caer al suelo, mientras detallaba cada pequeña parte de mi cuerpo. El rubio besó mis labios con dulzura y luego mi frente, para después quedarse apegado a mí un leve momento.

—Siento que te romperé— Dijo, sus manos acariciando mi cintura. —¿Segura que quieres esto?

—Tanto como tú lo quieres— Dicho aquello, Ithiel me arrebató una vez más otro beso con tanto fervor.

No supe en qué momento me dejé llevar y me olvidé que se trataba solo de un jodido engañó para mí beneficio. Le había permitido ir más allá conmigo, y yo volvía a disfrutar de complacerlo con mi boca en su falo o con mi trasero expuesto a este. Me había recargado sobre los azulejos de la regadera —porque sí, habíamos decidido que era buena opción tomar una ducha mientras disfrutábamos el uno del otro—, y sentí su dureza adentrarse en mi canal sin piedad, gemí, sin embargo, con sus labios me silencio de pronto.

—¿Vas a dejarla?— Pregunté una vez que me dio la vuelta para que quedáramos de frente. —¡Ithiel!

Me besó de nuevo y aumentó la velocidad de sus estocadas contra mi coño, como si quisiera desahogar toda la rabia o estrés que traía desde hace rato, de igual manera ignoró mi pregunta, pero no es como si pudiera pensar mucho en eso, estando clavada a su polla dura y gruesa.

Su cuerpo haciendo fricción con el mío era una delicia, odiaba la manera en la que me hacía desear cada vez más de él, en cómo se encargaba de volverme loca con su polla o como cambiaba las cosas entre los dos solo con tocarme el cuerpo. Ithiel me hizo adicta a su tacto, a estar con él de esta manera y tal vez sí me había vuelto adicta al dolor que me provocaba, a nadie más se le hubiera ocurrido follar con su ex, para convencerlo de dejar a su actual novia y evitar más daño, a excepción de mí.

Terminé pisando nuevamente suelo, el agua caía como cascada sobre nuestros cuerpos desnudos, estaba tibia y rica.

—¿Por qué quieres que la deje?— Inquirió, apegándose a mi cuerpo, provocando mi piel de gallina. —¿Para regresar tú y yo? ¿Por qué?

No mencioné nada, me mantuve de espaldas a él, disfrutando del agua cayendo en mi cuerpo. De pronto sentí sus manos grandes a cada lado de mi cintura, besó mis hombros y me obligó a darle la cara.

—¿Qué es lo que pretendes, Cory?— Encogí los hombros, siguiendo con mi papel. —¡Coño! ¡Habla ya!

—No soporto verte con otra— Solté como si nada.

Lo cierto era que no estaba mintiendo, no soportaba ver fotos de él besando a Karla, o tomándole de la mano, ni abrazándola. Sentía tanta rabia cuando lo miraba con ella cerca de su anatomía, y me dolía saber que conmigo nunca fue así.

Corazones Tempestuosos (AQM I) (PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora