10 DE DICIEMBRE DEL 2019
Cory Shane.
—¡Fue mi culpa, padre!— Exclamé, el dolor de cabeza era incesante, y aumentaba aún con la discusión que tenía con André. —Jace no se merece esto... Él solo
—¡Él nada! Violó las reglas que le impuse para ser tu escolta y no las cumplió. Decidió que era buena idea engatusarte sin importar en lo que terminaría, él solo se lo buscó— Ladeé la cabeza hacia la pared y resoplé, fastidiada.
—Yo lo quería, fui yo la que le insistió, yo hice que rompiera esas estúpidas reglas, papá.— Expliqué, tratando de hacer razonar a mi padre, sin embargo, en su rostro había demasiada determinación ante sus decisiones.
Estaba desesperada por saber qué había sucedido con Jace, y me sentía culpable por perjudicar su vida y haberle ilusionado con algo que claramente no iba a poder ser.
Cuando desperté al día siguiente, recibí la noticia de que tendría un nuevo guardaespaldas, quería creer que sería temporal, pero descubrí la razón de ello y es que mi padre se había enterado de la relación que mantuve con Jace en México y aquí, y por lo que había escuchado, a Jace le quitaron su placa y su trabajo.
En ese momento no sabía dónde tenían detenido a Jace, pues papá no quería decirme nada más de lo que fue de él, y me dejó a la deriva, sintiéndome fatal por todas las estupideces que hice y que sabían que habían dañado a ese pobre e inocente hombre, un hombre que no merecía ser condenado por amar a la chica que debía cuidar.
Se suponía que diciembre tenía que haber sido un mes alegre y bonito, sin la carga del pasado o de mis errores, sin culpas, solo con el espíritu navideño que tanto me gustaba disfrutar en dicha época, pero, entonces, ni siquiera las nacionales me llegaban a emocionar, nada lograba causarme sensaciones de gozo o emoción tras lo que acababa de pasar. Una vez que mi padre salió de mi habitación, me apresuré a coger mi móvil para llamar al número de Jace, con la pequeña esperanza de poder dar con su paradero, pero desafortunadamente, el número ya no existía, lo habían bloqueado. Me tiré sobre la cama y grité con frustración.
Esto es lo que era, la perdición de todos aquellos que se me acercaban y se hacían parte de mi vida. Así como seguramente jodi a Sebastián, no había duda alguna de que acabe con todo lo que tenía Jace.
Estaba agobiada, cansada y con tanto dolor de cabeza que lo único que deseaba entonces, era paz y tranquilidad, respirar aire fresco me ayudaría a calmar la jaqueca que desde que desperté no había cesado y sobre todo podría pensar y analizar la situación.
Decidí vestirme con un conjunto cálido y deportivo en color blanco, cogí mi cabello en una coleta alta y salí de la habitación, procurando que no hubiera nadie al rededor, me sentí aliviada al descubrir que mis escoltas no estaban afuera de mi puerta, custodiándome como si fuera una delincuente, supuse que estarían en una reunión con el jefe de seguridad, alias, Bradley, así que aproveché aquella oportunidad para escaparme de casa sin avisarle a nadie.
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Corazones Tempestuosos (AQM I) (PGP2024)
Teen Fiction❌Está historia participa en los Premios Gemas Perdidas❌ Trilogía Tempestades -Lo siento, Cory, pero esto es todo- Me había dicho esa noche fría y oscura, sin importarle verme llorar y suplicarle que no me dejara. Dejándome ahí, tan desolada y desdic...