Capítulo 1 - No soy una squib.(1991-1992)[1º Año de Selene (11/12 años)].

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Había estado contando los días desde que Eris se marchó por primera vez a Hogwarts.

Mentiría si dijera que no me había sentido celosa por no poder ir con ella, pero la emoción porque me contara historias sobre el colegio y me hablara de cómo es estar allí era superior a cualquier otro sentimiento, además, ¡Si Eris entraba a Hogwarts quería decir que a mí me quedaba menos para ir!

Cuando se fue a cursar su primer año me mandó muchas cartas y fotos, ¡Incluso me mandó unas cadenas con grilletes del despacho del conserje!

Al volver me había dado sus libros, y mientras ella se iba a cursar su segundo año yo leía los libros, estudiaba hechizos y soñaba con estar en Hogwarts con ella.

Pero al fin había llegado el momento, ¡Mi momento!. Al fin iría a Hogwarts.

Bajé a desayunar sin siquiera recogerme el pelo, que caía alrededor de mi rostro en una espesa mata indomable, creo que todavía tengo entre mi cabello un trozo de cepillo que se había roto hacía días cuando intentaba domar la pelambrera.

Mamá bebía un té mientras tarareaba de manera distraída, apoyada en la encimera de la cocina leyendo el periódico, y Selene ya estaba sentada en la mesa desayunando.

Poco después de sentarme a desayunar apareció en el marco de la ventana una elegante lechuza negra.

Eris se levantó en una exhalación mientras le daba un sorbo a su zumo de naranja. Al llegar a la ventana donde descansaba la lechuza cogió los dos sobres que traía la lechuza, le dejó agua y comida y poco después la lechuza se marchó.

Se tomó su tiempo, mirando las cartas con desinterés, pasando de una a otra mientras mi miraba iba de las cartas a ella y de ella a las cartas.

¡Esas debían ser las cartas de Hogwarts!

Negó con la cabeza con una expresión triste mientras se sentaba en la mesa.

Sentí que el mundo se me caía encima. Si no recibía ese año la carta de Hogwarts quería decir...Quería decir que era una Squib, que nunca iría a Hogwarts ni aprendería magia porque no tenía magia que aprender.

Seguí revolviendo mis huevos revueltos, con aparente desinterés mientras sentía un nudo en el estómago que cada vez se hacía más grande.

Eris estalló, riéndose sin parar.

— ¡No te rías! ¡No tiene gracia! ¡No soy squib! ¡Iré a Hogwarts! — Le grité furiosa, levantando la mirada de mis huevos para mirarla fijamente, desafiante, cosa que hizo que se riera más.

— No tengo duda de que no eres una squib y de que asistirás a Hogwarts — dijo dejándome en la mano mi carta de Hogwarts — Podemos ir hoy mismo a comprar tu varita y todo lo que te hace falta para ir a Hogwarts, si mamá puede claro — concluyó mirando a mamá que nos miraba intentando no reírse mientras ocultaba su cara tras una taza.

— En cuanto terminéis de desayunar y de vestiros — afirmó ella, diciendo esto último mientras me miraba. Era la única que seguía en pijama y sin asear.

Sentí que mis ojos se abrían por la sorpresa, cosa que me hizo pensar en la posibilidad de que estos saltaran fuera de mi rostro, engullí mi desayuno en tiempo récord y salí derrapando escaleras arriba.

Aún apretaba la carta contra mi pecho cuando llegué a mi habitación. La miré con ilusión y la abrí, leyéndola con una emoción que había reemplazado el nudo de angustia que se había formado en mi estómago con anterioridad.

Estaba dirigida a mí, era MI carta.

La dejé sobre la cama y cogiendo ropa para vestirme corrí hacia el baño, donde me duché, peine y vestí.

Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora