Un mafioso caprichoso.
Un futuro agente de la DEA.
Ella novia de los dos.
¿Qué podría salir mal?
Consciente de que el padecimiento que sufre podría quitarle la vida en menos de un año, el hijo menor de una poderosa familia de mafiosos, hará lo posi...
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José Manuel es muy parecido a Ricardo cuando nos conocimos, era el chico de los gallos que parecían águilas, temerario, bronco, un macho de pueblo. Ricardo miraba a su hijo desde la barrera del redondel, soltó el gallo y de una se bajó al gallo de los Puerto, sonreí ampliamente para mis adentros, el muchacho tomó su gallo y volvió a su lugar, el papá exhaló con pesar mientras miraba a su hijo levantar su gallo mal herido, el muchacho bajó el puño al suelo.
—Luis Eduardo —él miró a su padre, no tuvo que decirle algo, el muchacho tomó el gallo, se lo dio a su personal y volvió a sentarse, con calma.
—Excelente pelea.
—Gracias doña Bárbara.
—Oye mamá ¿Ya cantó Mari?
—Ya, siéntate Julián —mi hijo, inquieto como siempre, miró a los presentes hasta toparse con José Manuel, tenía el gallo campeón sobre sus piernas.
—Eso es un gallo o un águila, está enorme.
—José Manuel, él es mi hijo Julián —José miró a mi hijo y le extendió la mano.
—Un placer Julián, José Manuel Aragón.
—Julián Santoy, qué bonito gallo.
—¿Te gustan?
—Un montón.
—Tómalo.
—¿Cómo se llama?
—Centenario.
—Vi desde el acceso el baile que le pegó al gallo de los Puerto.
—El primero de muchos, en un rato tiene que pelear mi Odín y Apolo.
—Eres bien creativo con los nombres.
—Gracias —Julián sostuvo al gallo, mi hijo siempre fue un niño complicado, le gustaban animales que no podía tener por su asma, pero los gallos no eran tan malos, así que tuvo varios.
—José Manuel va a cantar al cierre, tu hermana cantará en el intermedio.
—A qué bien, hubiera llegado antes mamá, pero me atoré en el tráfico.
—Chema, que me des el gallo, lo va a revisar Emilio.
—Lo tiene ahí mi nuevo amigo, doña Bárbara, ella es mi prima Ariela, es hija de mi tía Dulce.
—Oh si, mucho gusto, Bárbara Peñarol.
—Ariela.
—Y él es Julián, hijo de doña Bárbara —mi hijo de puso de pie para saludarla apropiadamente, José Manuel se les quedó mirando—, si quieren nos vamos ¿Eh?
—Perdón, mucho gusto, Ariela.
—Julián.
—Me voy a llevar a Centenario, lo tiene que revisar el veterinario, que es mi hermano.
