CAPÍTULO LXXVI "PRESENTIMIENTO"

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Había algo que me preocupaba y yo no sabía qué era, pero no dejaba de pensar en ello ¿Saben lo que es estar preocupado y no saber la razón?

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Había algo que me preocupaba y yo no sabía qué era, pero no dejaba de pensar en ello ¿Saben lo que es estar preocupado y no saber la razón?

— ¿Ricardo?

— Bárbara. — se acercó, me besó los labios y me miró. — ¿Qué pasa?

— No lo sé, estoy preocupado y no sé por qué.

— ¿Problemas con Laura o José Manuel? — la miré. — Oh vamos, sabes que Xavier jamás te dio dolores de cabeza.

— No, hablé con Laura ayer, todo está muy bien, José Manuel durmió aquí anoche, no entiendo Bárbara, no sé qué pasa.

— Oye, tranquilo.

— Siento que mi subconsciente detectó algo que mi consciente no.

— No pienses en eso, iré a ver a Nana y prepararemos el desayuno, tú deberías tranquilizarte ¿De acuerdo? — asentí para ella, salí de la casa y José Manuel venía llegando. — Pensé que estabas durmiendo mijo.

— Eso estaba haciendo. — le faltaba el aliento y se miraba acalorado, son las nueve de la mañana y no hace calor aún. — Fui al hospital con María José, la darán de alta al mediodía. — resopló.

— ¿Por qué estás golpeado?

— Gajes del oficio padrino, usted tranquilo, ya sabe lo que digo, enemigos un día, enemigos pa' toda la vida.

— ¿Con quién te topaste?

— Vallejo.

— ¿Fuiste a Durango?

— El fin de semana tengo cita con mis nuevos clientes.

— Dios mío, José Manuel, no quiero preguntar porque sé que no me va a gustar lo que me vas a decir.

— Por eso mismo no le voa decir nada, padrino. — no solo estaba exhausto, la falta de aire no le daba tregua.

— ¿Corriste?

— No, estoy bien. — pero era obvio que no estaba bien. — Voy a, dormir otro ratito, cuando sea hora ¿Me avisas? Para ir por mí chaparrita.

— Sí. — no estaba ni a un metro de mi cuando el teléfono se le cayó de la mano, se quedó parado y fue cuestión de segundos en lo que me acerqué y él se desvaneció. Si creen que la situación quedó ahí, no estaba siquiera comenzando. — Hijo. — apenas le toqué el rostro y me percaté de que tenía una fiebre marca diablo, tenía los ojos en blanco y su cuerpo vibraba por completo. — ¡Bárbara! ¡Bárbara!

— ¿Qué sucede? — miró la escena, sacó su teléfono. — Llamaré a una ambulancia.

— Manuel, hijo. — lo acomodé de tal modo para protegerlo y no se hiciera daño.

— ¿Qué pasa papá? — Xavier se regresó en segundos. — Manuel, papá ¿Qué tiene?

— No lo sé, hijo. — se acercó para inspeccionar, no es médico, pero tiene dos hermanos médicos y tuvo una madre médico, a veces eso es suficiente.

🌹・𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐲 𝐓𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢ó𝐧・🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora