CAPÍTULO XLVI "CAMBIO"

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Desperté en la posición más incómoda en la que habría podido dormir en mi maldita vida, no sentía los brazos, levanté la cabeza para percatarme de que estaba colgado como piñata, debió tomarles su momento ponerme en ésta posición, mis pies tocaban...

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Desperté en la posición más incómoda en la que habría podido dormir en mi maldita vida, no sentía los brazos, levanté la cabeza para percatarme de que estaba colgado como piñata, debió tomarles su momento ponerme en ésta posición, mis pies tocaban el suelo lo extrictamente necesario.

— Ya despertó la reina roja — dijo Freddy Adame en cuanto me vio alerta, Amílcar se acercó, tenía un parche en la nariz y no pude evitar reírme, se acercó a golpearme varias veces, para éste momento ya arrojaba sangre por nariz y boca.

— ¿Vas a cooperar o no?

— ¿Ya comió Jossie? De otro modo no cuentes conmigo, pendejo.

— No sé si no te has dado cuenta en la posición en la que estás Chema, no te permite chingar la madre, así que si yo fuera tú, comenzaba a hablar — intenté detectar luz para saber cuánto tiempo había pasado, pero el lugar estaba cerrado, oscuro y bastante húmedo.

— Lo bueno es que yo no eres tú, sino, qué chinga — volvió a golpearme y me tomé mi tiempo para acomodar mis ideas, entre tanto, descubrí que no estábamos en el mismo lugar.

— Bájalo — le dijo a alguien, al final dos personas se acercaron a mi y me bajaron de dónde me encontraba, tenía las manos encadenadas y sin poder moverlas debido a la falta de flujo de sangre, estaba mareado y mis náuseas me anunciaron que era de mañana y también, que no había tomado el Gleevec. Vomité como todas las mañanas y estoy seguro de que ellos pensaron que era debido al dolor —. Mira José Manuel, esto es muy sencillo, sabes por qué estás aquí y sin embargo no te importa, bien sabes que no hay modo de que salgas de ésta, estoy disfrutando nuestras charlas, pero si no hablas ésto se va a comenzar a poner más feo de lo que ya está destinado a ser, sabes lo que queremos que hables, entonces, coopera o no me perderé la oportunidad de matarte lo más lento y doloroso que se pueda.

— Vete a la chingada Amílcar — me pateó un par de veces, sus hombres se acercaron y me sostuvieron de los brazos, me arrastraron a un lugar diferente, estábamos en una tipo bodega, entramos a una cámara y el cambio de clima era notorio, esto es un refrigerador industrial.

— Espero que tengas calor, porque seguro aquí dentro se te quita — me colgaron en un gancho en donde colocan pedazos de carne —. Cuando quieras hablar sería bueno que nos lo dijeras, digo, antes de que te congeles — cerraron la cámara y si, ésta cosa me congelaría en unas horas, no tenía mucha fuerza para intentar bajar del gancho, carajo ¿Qué tanto estuvo haciendo María José a mi espalda? Debió ser algo grande como para que estos pensaran que no tienen nada que perder y si nos estamos moviendo, va a ser muy difícil que den conmigo.

— ¡Amílcar! ¡Amílcar!

— ¿Tan rápido? ¿Le tienes miedo a los lugares cerrados?

— ¿Te importa eso? Dale de comer a la Josa.

— Dijiste que no te importa.

— Y no me importa, solo soy provida y ya.

— ¿Qué vas a dar a cambio?

🌹・𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐲 𝐓𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢ó𝐧・🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora