CAPÍTULO LXI "EL VIEJO CLAN"

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Desperté tremendamente desubicado, miré a todos lados, estoy en el rancho, pero siento como si hubieran pasado cosas que realmente no pasaron, miré el reloj, eran cerca de las cinco de la tarde, me desperté por completo, me metí a la ducha y tomé ...

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Desperté tremendamente desubicado, miré a todos lados, estoy en el rancho, pero siento como si hubieran pasado cosas que realmente no pasaron, miré el reloj, eran cerca de las cinco de la tarde, me desperté por completo, me metí a la ducha y tomé mi medicamento, me estaba vistiendo, tratando de acomodar mis ideas.

— Bienvenido a tierra, señor.

— Me duele mucho mi espalda.

— Necesitabas dormir José Manuel.

— Me drogó.

— Te di una pastilla para que dejaras de estar pensando cosas que no ¿Cómo te sientes?

— Apenas y puedo sentirme mija, fueron muchas horas.

— Sí, fueron muchas, como veinte, pero estoy conforme, te ves mucho mejor.

— Todavía no aterrizo totalmente. — se arrodilló en la cama y comenzó a masajear mis hombros.

— Tranquilo, todo va a estar bien, solo necesitas relajarte por completo, de nada servirá el largo sueño si no se te quita lo histérico, bilioso, hoy tendremos visitas en la cena.

— ¿Visitas?

— Eso dije, visitas, vas a sentirte mejor después de ésta noche.

— Ahora no voy a poder dormir mija, estaré como tecolote. — se rió de mí como de costumbre y después me besó la mejilla.

— Eres bien bien dramático. — me quejé con el ánimo de que siguiera dándome mimos y logré mi objetivo. — Si tienes molestia en la espalda por qué no vas a ver a un profesional, supongo que la lesión que sufriste hace tiempo es de cuidado, no cualquier persona debería atenderte.

— No me había dado problemas hasta que una niña enojona me hizo dormir casi un día entero.

— No seas así que no te pierdes de nada especial, además, tienes mucho campo de acción, tal vez te lesionaste, no esperes a que se haga peor.

— Estoy bien ¿Seguimos en el dos mil veinte?

— Dormiste veinte horas, no veinte años, exagerado. — estuve tratando de ubicarme durante toda la tarde y lo conseguí ya casi a la hora de la cena, María José me dejó solo en la habitación para que pudiera ordenar mis ideas en privado, sé que estaba tramando algo, pero no me atreví a bajar a ver qué es lo que estaba haciendo hasta que fuera al momento de hacerlo. — Tengo alguien a quien presentarte. — en sus brazos traía al famoso enojos, me lo dió para que lo cargara. — Enojos michi, él es Enojos humano, Enojos humano, él es Enojos michi.

— Vaya que estás guapo. — el gato me miraba con cara de encabronado, yo lo miré igual, a los pocos segundos me lamió la cara.

— Ya reconoció a su primo humano enojos.

🌹・𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐲 𝐓𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢ó𝐧・🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora