Después del sexo me pregunté si hicimos bien en hacerlo, mierda, soy más débil de lo que imaginé.
— Buenos días. — me besó la mejilla, no habíamos dormido juntos desde que nos peleamos y, prácticamente, la eché de la casa, ya saben a lo que me refiero con dormir, dormir del verbo no dormir.
— Buenos días, Chule ¿Cómo estás?
— Bien, contenta ¿Y tú?
— Contento.
— Vaya, cuánta emoción, me pregunto si alguna vez perdiste la cabeza del éxtasis en el pasado.
— No lo recuerdo. — me iba a levantar de la cama y el vértigo me hizo volver a sentarme de manera brusca.
— ¿Qué sucede?
— Estoy mareado.
— Mi pobre michi termina mareado después de tener una noche ocupada. — volvió a besarme la mejilla.
— Solo espero que no te estés burlando de mí.
— Jamás, nunca jamás, entra a la ducha y cuando termines, te curaré el brazo ¿De acuerdo? Mientras, deberíamos poner plástico, que se moje lo menos que se pueda. — me enredó el brazo como si fuera una pieza de jamón, no le discutí, no es bueno.
— De acuerdo. — entré a la ducha y dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo, exhalé, me dolía mucho la pierna derecha y ojalá supiera por qué, apreté los ojos, duele al tacto, iba a quejarme a voz cantante cuando sentí unas pequeñas y tersas manos en mi espalda.
— Tenemos que ahorrar agua. — me quedé pasmado, dejó la toalla a un lado y entró conmigo a la ducha, me giró para que la mirara, me empujó hasta la pared y, prácticamente, se trepó a mí como si fuera un caballo.
— Oye mija.
— No la cagues, sé que tienes talento para eso, así que prefiero que cierres la boca y la ocupes como lo necesito. — cuando las señoras se embarazan tienen un objeto del deseo y ese, parecía ser yo, al menos el de María José, pero no pude frenarme, seguí besándola. — Me encantas, me vuelves loca. — susurró entre la lujuria del momento, me apretaba a ella pero, entonces, pensé que tal vez era mi momento de sacar una carta que pusiera todo a mi favor. Dejé de besarla mientras ella bajaba y besaba mi cuello, esperé a que notara que me había detenido y entonces, actuar. — ¿Qué pasa? — apoyó su espalda en la pared, y me soltó.
— Quiero ducharme y salir de aquí porque tenemos que volar a otra partecita.
— ¡Manuel! — protestó como niña chiquita.
— Tenemos que darnos prisa. — dejó de aprisionarme las caderas con sus piernas, la puse en el suelo y me miró, toda encabronada.
— Te necesito.
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🌹・𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐲 𝐓𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢ó𝐧・🌹
Teen FictionUn mafioso caprichoso. Un futuro agente de la DEA. Ella novia de los dos. ¿Qué podría salir mal? Consciente de que el padecimiento que sufre podría quitarle la vida en menos de un año, el hijo menor de una poderosa familia de mafiosos, hará lo posi...