Me remuevo entre los brazos de Lucca intentando nos despertarme completamente pero no tengo éxito. Me frustra despertarme cuando tengo la oportunidad de dormir todo el tiempo que quiero y no poder volver a dormir luego. Admiro a esa gente que puede dormir todo el día, quisiera poder hacer lo mismo pero no puedo.
Lucca gruñe en mi nuca al sentir que me muevo entre sus brazos. Ya que me desperté completamente, quiero ir al baño pero Lucca con su agarre no me deja.
Después de ver el hermoso amanecer juntos en la playa, decidimos regresar a la casa y poder dormir sin que el sol pudiese quemar nuestra piel.
—Lucca —lo llamo—, tienes que soltarme, necesito hacer pis —digo un poco desesperada porque siento que me voy a hacer en cualquier momento. Vuelve agruñir y dice algo que no logro entender—. Lucca —suplico. Afloja el agarre y salgo casi corriendo de la cama.
—Ven, métete de nuevo —murmura cuando me ve salir del baño. Su voz es ronca y me encanta como suena cuando está recién despierto.
Miro la hora en mi celular y veo que ya es medio día.
—Solo una hora más, amor —digo entrando de nuevo a la cama—. Quiero ir a la playa con las chicas.
—Yo también quiero ir pero solo quiero estar un rato más aquí contigo —dice, mientras me acurruco junto a él, abrazandolo por la cintura y colocando mi cabeza en su pecho.
Vuelve a quedarse dormido y yo como no puedo, lo que hago es mirarlo mientras duerme. Su respiración es lenta y su pecho sube y baja al ritmo de su respiración. Tiene algunos lunares en su rostro, de los cuales antes no me había fijado bien y sus pestañas son largas. Con mi dedo recorro suavemente su rostro y pica cuando toco la barba que apenas empieza a crecer.
La habitación está un poco oscura porque antes de acostarnos a dormir, Lucca bajó las persianas para que la luz no nos molestara al dormir ya que estaba amaneciendo.
Lucca se despierta antes de la hora límite que le di para seguir acostados. Nos cambiamos por nuestros bañadores y bajamos para encontrarnos con las chicas. Abajo huele a café pero no es tan intenso el olor, es como si lo hubiesen hecho hace como una hora. Nos sirvo una taza de café a cada uno que supongo hizo Alice, ella siempre hace nuestro café. Y nos comemos unas tostadas antes de irnos a la playa.
Alice está acostada en una de las tumbonas con un libro en la mano, típico de ella, y Marcela y Jessie se están sacando fotos. Se escucha música y veo que tienen una pequeña bocina inalámbrica en la mesa playera; una bocina que no conozco porque ninguna de nosotras tiene una.
—¡Al fin salieron de su nido de amor! —exclama Marcela divertida, al vernos aparecer en la playa—. Lucca, tomamos prestada tu bocina inalámbrica —explica, y ahora entiendo porque no me resultaba conocida—, espero que no te moleste.
—No, está bien —quita importancia con la mano.
Me acerco a Alice y me siento en la tumbona junto a la de ella.
—¿Por qué no estás tomándote fotos con ellas? —pregunto sacando el bloqueador solar del pequeño bolso que traje.
Odio el sol y no me gusta broncearme porque realmente no lo hago. Mi piel literalmente lo que hace es quemarse, se pone roja y se irrita. Paso de sufrir por nada.
—Prefiero estar aquí, leyendo —levanta el libro que ya había visto antes.
Lucca se ofrece a colocarme el bloqueador y lo hace bajo la atenta mirada de la chicas, que miran atentas y enternecidas con la escena. Las miro con reproche para que dejen de mirar porque es incómodo, me hacen caso y apartan la mirada. Yo también le coloco el bloqueador a Lucca, empezando por su ancha espalda de Dios griego. Paso mis manos por su pecho cubriendolo con el bloqueador bajo su atenta mirada. Sus ojos están fijos en mí y eso me pone de los nervios.
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Te voy a amar ✔️
RomanceElla siempre soñó con conocerlo, pero nunca imaginó que al hacerlo, sucedería todo eso que se imaginaba por las noches antes de dormir. *** Elena, es una chica común y corriente que vive en Nueva york con sus tres mejores amigas; hay un sueño que co...