Capítulo 37

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Una hora antes de la cena, subimos a nuestras respectivas habitaciones para arreglarnos. Me baño primero porque tardo más en arreglarme. Lucca insiste en bañarnos juntos pero me niego porque sé que no solo nos bañaríamos y tardaríamos más.

Al vestirnos, nos damos cuenta que vestimos del mismo color. Nunca nos había pasado pero ahora que nos veo vistiendo del mismo color, quiero repetirlo. Convenzo a Lucca de sacarse una foto conmigo. No me tengo que esforzar tanto en hacerlo porque casi al instante acepta. Se resistió solo para fastidiarme un rato.

Me doy cuenta que tenemos muy pocas fotos juntos. No somos de estar pendientes del celular cuando estamos juntos y por eso es la escasez de fotos juntos. Tenemos alguna que otra pero no demasiadas como la gente podría imaginarse. Nosotros somos más de vivir el momento.

Nos vamos al restaurante. Ian en el auto con mamá y Lucca y yo juntos en el auto de alquiler. Lucca sigue el auto de mamá para llegar al restaurante. Al llegar, entramos por la puerta trasera para que Lucca no sea visto.

Tenemos de nuevo una maravillosa cena en familia. De nuevo con comida deliciosa pero desde luego que nada como la de mamá. Nos quedamos en el restaurante una hora después de cenar; charlando y bebiendo vino.

En una de esas conversaciones, sale el viaje de mi familia a Nueva York el próximo fin de semana por navidad. Finalmente aceptan la invitación de lucca y van a pasar la navidad allá. Lucca ofrece su casa para que ellos puedan quedarse ahí, pero desde luego que mi padre no acepta, no le gusta molestar, aunque sé que no molestarían a Lucca, él piensa que sí lo haría, así que prefiere quedarse en un hotel.

Estoy feliz por pasar la navidad con mi familia y con Lucca y su familia. Será algo muy especial y espero que sea la primera de muchas.

Nos regresamos a casa pero sin papá porque tenía que quedarse hasta el cierre. En casa, Ian se retira a su habitación y los demás nos quedamos en la sala compartiendo un rato más.

Entre mamá y Lucca hay muy buena relación. Desde el momento en el que hablaron por llamada el otro día, se llevaron muy bien. Me gusta que sea así, porque así puedo estar tranquila con todas las personas que amo en una misma habitación.

Decidimos acostarnos a dormir. Mañana tenemos que despertarnos temprano para regresar a Nueva York. Mamá se despide y se va a su habitación diciendo que nos hará desayuno mañana para que nos vayamos con el estómago lleno. Ya en mi habitación nos cambiamos por la pijama que anoche no usamos en ningún momento.

—Voy a despedirme de mi hermano —le anuncio a Lucca mientras termino de colocarme las pantuflas—, porque sé que mañana no se despertará temprano para hacerlo.

Me acerco a él y le doy un beso antes de salir de mi habitación. Toco la puerta de la habitación y entro sin esperar respuesta. No está haciendo nada de lo que haya que asustarse o preocuparse.

—¿Ya no tocas la puerta? —pregunta divertido.

—No —respondo, acercándome a su cama. Dejo las pantuflas a un lado de la cama y me acuesto de lado junto a él para poder ver su perfil—. ¿Como estás con tu novia?

—Muy bien —se voltea de lado quedando de frente a mí—. Pensé que jamás lo diría pero, estoy enamorado de ella —confiesa, con una sonrisa que confirma lo que dice.

—Me alegra que lo estés, peque —paso mi mano por su cabello—. Estar enamorado es una sensación muy linda y me alegra que la podamos vivir al mismo tiempo —sonrío sin mostras los dientes—. ¿Ella también lo está de ti?

—Sí, bueno... —vacila—, eso dice ella.

Lo noto un poco inseguro y me sorprende porque él no es así, él siempre ha sido seguro de si mismo, pero esas son cosas que al estar enamorado, pueden cambiar, pero para mal.

Te voy a amar ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora