Camino hacia el baño para ducharme pero las chicas me interceptan en el pasillo y me llevan a rastras de nuevo a la sala. Les suplico que me dejen ducharme primero pero se niegan rotundamente y sin mas, me dejo llevar hasta la sala porque no cambiarán de opinión por más que les suplique.
—Eres una sucia, Elena. Pensabas tener sexo con Lucca a tan solo unos metros de nosotras —dice Jess, con una fingida expresión de asco en su rostro.
Por lo visto Alice les dijo lo que vio hace tan solo unos minutos en la sala.
—¿Te costaba mucho mantener la boca cerrada? —me dirijo a Alice irritada. Su expresión pasa de ser divertida a estar fruncido por el desconcierto que le produce la forma en la que acabo de hablarle.
No sé porque pero me molesta que les haya dicho a las chicas lo que vio. Podía haber mantenido la boca cerrada y no decir nada. Sé que lo hice en donde vivimos y que esas son las consecuencias, pero podía haber esperado a ver si yo quería contarle a las demás, y lo iba a hacer de todos modos.
La verdad es que no entiendo el motivo de mi irritación. Quiza sea porque ahora vuelvo a la realidad y la discusión que tuve con Charlotte vuelve a afectarme. Cuando estoy con Lucca siento que entro en una burbuja y las cosas malas desaparecen pero cuando ya no estoy junto a él, todo vuelve a estar como antes.
Veo que Alice me mira dolida.
—Lo siento —digo, y suelto un suspiro—, no fue mi intención hablarte así, Alice —tomo su mano dandole un apretón y ella me lo devuelve—. Hoy no tuve un buen día en el trabajo y no es justo que lo pague contigo.
—Entiendo que no siempre estamos de buen humor pero me duele que me hables así —confiesa. Bajo la mirada avergonzada.
—Lo siento —me disculpo de nuevo. Siento un apretón en mi mano de parte de Alice, así que levanto la mirada y la fijo en ella.
—No pada nada, boba —sonríe—. Ahora sí, cuéntanos.
Les cuento la discusión que tuve con Charlotte, no omito absolutamente nada. Ellas me escuchan atentamente y no me interrumpen en ningún momento, para que así pueda explicarles el motivo de mi irritación.
—No puedo creer lo falsa que es —dice Marcela con el ceño fruncido, misma expresión que tienen las demás—. No deberías estar de mal humor por ella, no vale la pena. Tus verdaderas amigas somos nosotras. Somos las que vamos a estar para ti siempre sin importar nada.
—Lo sé —las miro con ternura y agradezco al cielo por las amigas que me regaló—. Ustedes más que mis amigas, son mis hermanas. Son las hermanas que nunca tuve y que me regaló Dios.
—¡Así mismo es! —dice Alice completamente emocionada. Tiene lagrimas en los ojos pero con una linda sonrisa en su rostro—. Pero debo puntualizar que no deberías salir con Adam, Elena. No entiendo porqué quieres salir con él cuando te hizo daño en el pasado.
Ya Alice es la segunda persona que me dice que no debería salir con Adam. Voy a empezar a plantearme la idea de no hacerlo. Quizá sea el universo queriendo decirme algo pero como soy un poquito terca, no dejaré mis planes a un lado. No creo que Adam sea un peligro.
—Sólo será una simple salida. Ya él no me afecta en lo absoluto —digo sinceramente. Lo que creía haber sentido por él murió hace tiempo—. Sólo me molesta cuando su comportamiento es la de un completo imbécil.
—Tú sólo no bajes la guardia con él porque realmente no sabes cuales son sus intenciones contigo —añade Jessie—. Aparece de repente y te pide salir como si no hubiese hecho nada en el pasado.
—Ten siempre presente que te hizo daño, así que no confíes en él —inquiere Marcela—. ¿Qué piensa Lucca de que vayas a salir con Adam?
—Está un poco molesto. Dice que confía en mí pero no en Adam...
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Te voy a amar ✔️
RomanceElla siempre soñó con conocerlo, pero nunca imaginó que al hacerlo, sucedería todo eso que se imaginaba por las noches antes de dormir. *** Elena, es una chica común y corriente que vive en Nueva york con sus tres mejores amigas; hay un sueño que co...