Capítulo 30

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Me visto como normalmente suelo hacer. No me arreglo para hacer sentir especial a Adam, lo hago porque me gusta sentirme bonita y simplemente me arreglo para mí misma.

No deberíamos nunca vestirnos «bien» para parecerle lindo a alguien, sino para sentirnos bien con nosotros mismos. Si nos sentimos bien en chándal y deportivas, está bien, como también si queremos usar vestidos y tacones. Lo importante es sentirnos cómodos como vestimos y no estar pensando en como nos verán las personas y qué pensarán.

Así que me visto con mi ropa de invierno, cómoda pero linda.

Las chicas me ignoran todo el rato y sé que lo hacen porque no están de acuerdo en que salga con Adam.

—¡Nos vemos al rato, chicas! —alzo la voz mientras abro la puerta del apartamento. Al no recibir respuesta de ninguna, agarro mi bolso y salgo cerrando la puerta detrás de mí.

—¡Hola, niña!

Veo salir del ascensor a la señora Foster con su perrito.

—Hola, señora Foster —me acerco a ella y la saludo con un beso en la mejilla—. ¿Como está? —me agacho para acariciar al perrito.

—Muy bien, niña. ¿Saldrás con tu novio?

—No. Voy a salir con un... amigo —respondo mientras me pongo de pie.

Adam realmente no es mi amigo, es mi jefe pero no voy a decirle eso a la señora Foster. Sonaría muy feo que le dijera que voy a salir con mi jefe.

—Hija, ten cuidado con esos amigos. Eres hermosa y porque tengas novio, no quita que los muchachos quieran ir a más contigo.

—No, no. Él es sólo un amigo —me apresuro a decir.

—Pueden ser muy amigos pero él es hombre y tú eres una mujer hermosa. Cualquier hombre querría estar contigo.

Sonrío divertida.

—No exagere, señora Foster.

—No lo hago, niña —camina hasta la puerta de su apartamento—. Ve y diviértete pero nunca bajes la guardia con ese muchacho.

Desaparece por la puerta de su apartamento dejándome muda y sorprendida. Sin conocer a Adam ya me dice que tenga cuidado. Tengo que empezar a escuchar más lo que dicen las personas y menos a mis tontos pensamientos.

Mi celular vibra en mi bolso y lo saco emocionada creyendo que es un mensaje de Lucca pero no, es un mensaje de Adam diciendo que está abajo esperando por mí.

Al salir del edificio, lo veo apoyado en un auto con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo.

—Hola, guapa —dice con una sonrisa en sus labios.

—Hola.

Le regalo una media sonrisa sin muchas ganas. Ya me estoy arrepintiendo de salir con Adam y me empiezo a cuestionar porque acepté la invitación.

Respiro profundo y pienso que solo será ésta vez y ya.

—¿Vamos? —asiento.

Lo sigo hasta su auto que resulta no era en el que estaba apoyado. Pensaba que ese era el suyo. Su auto es lindo pero definitivamente me gusta más la camioneta de Lucca.

Ya ni si quiera sé porque pienso tonterías como esas.

El camino a donde sea que vayamos, es bastante incómodo para mí. Él intenta que sea como antes pero es imposible, por lo menos para mí. Ya no tengo la misma confianza que sentía antes. Habla de cosas triviales y yo solo respondo con monosílabos. Estoy más concentrada en mis pensamientos que en la conversación con Adam. Él no parece darse cuenta y si lo notó, prefirió no decirlo porque sigue hablando como si nada.

Te voy a amar ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora