Capítulo 17

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—Mis padres vendrán a almorzar a casa hoy —suelta como si eso fuera algo de lo más normal. Mi corazón se detiene por una milésima de segundo y mis manos empiezan a sudar.

—¿Tus padres? —un susurro es lo que sale de mi boca.

Ya voy a conocer a sus padres y no tenemos mucho tiempo saliendo, ni siquiera sé realmente qué somos. Si me hubiese avisado antes, no fuese accedido a venir. Es que siento que es muy pronto para conocerlos pero debería de sentirme afortunada, él quiere presentarme a sus padres, eso quiere decir que quiere ir en serio conmigo, ¿verdad?. Ya no sé ni qué pensar de esto.

—Sí, mis padres —sonríe al ver la expresión asustada y preocupada en mi rostro. Estira su mano para coger la mía y la aprieta dándome ánimos—. Tranquila, no te van a comer —me mira rápidamente antes de volver la vista al frente.

—Lo sé, Lucca, pero es primera vez que hago esto y me da miedo —muerdo mis uñas nerviosa.

—No tienes porqué sentir miedo.

El resto del camino hasta su apartamento, trata de calmarme y hacerme sentir tranquila. Me tranquiliza pero solo un poco. Espero caerles bien porque sé que ellos son muy importantes para Lucca.

En el ascensor observo mi reflejo en el espejo y maldigo mentalmente. Tendría que haberme vestido un poco mejor pero no sabía que iba a conocer a sus padres.

—Lucca —rompo el cómodo silencio que tenemos—, ¿te enteraste de eso hoy?

—¿Qué?

—De que tus padres vendrían a almorzar.

—Sí, mi madre me llamó mientras iba a buscarte y me avisó que vendrían a comer hoy.

Y de golpe llega a mi mente un montón de preguntas, ¿y la comida?, ¿quién hará la comida? Yo no sé cocinar nada o, ¿su madre la hará? Ay ya no sé. Ahora estoy más nerviosa que antes.

Entramos a su apartamento y está como la última vez que vine. Lucca me lleva hasta la sala y se tira en el sofá llevandome con él.

Sin poder aguantar más por saber, suelto la pregunta muriendo de la vergüenza— ¿Y quien hará la comida, Lucca?. Sabes que no sé cocinar nada y que soy mala cocinando.

Ya me estoy planteando la idea de aprender a cocinar porque esto de decir que no sé hacerlo, me da mucha vergüenza. ¿Quien con mi edad no sabe cocinar?, creo que eso solo me pasa a mí porque mis amigas también saben cocinar. Bueno, yo no sé porque tampoco es que me guste demasiado la cocina, prefiero hacer otras cosas. Lo que me queda decente son las galletas, no me quedan mal. Bueno, eso es lo que me dicen las chicas y a mí también me gustan pero tampoco es que sea muy buena en la repostería.

—Mi madre traerá la comida, no te preocupes —dice con ternura y una sonrisa enmarca su rostro dejándome aún más embobada por él.

Decidimos ver una película para pasar el tiempo mientras esperamos a que lleguen sus padres. Lo menos que hacemos es prestarle atención porque así hayamos hablado por celular toda la semana, igual nos ponemos al día y charlamos sobre otros temas. Parecemos dos adolescentes pubertos robandonos besos a cada rato.

No creía que Lucca fuera así, pensaba que sería más serio y no tan tierno y juguetón como se muestra. Me ha sorprendido bastante su forma de ser. Me gusta bastante éste Lucca que estoy conociendo porque el que conocía era el de las entrevistas y no es que estuviese serio todo el tiempo pero no muestra lo divertido que puede llegar a ser, pero lo entiendo, porque ese es su trabajo y como en todo trabajo, hay que tener seriedad. Igual tampoco es que en sus entrevistas sea sumamente serio porque sino tampoco le gustaría a las personas, creo que la mejor palabra para describirlo es, reservado.

Te voy a amar ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora