Capítulo 04

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Me despierta el olor a café que llega desde la cocina. Me remuevo entre las sábanas, poniéndome en una posición cómoda para seguir durmiendo.

—¡Elena, Elenita! —canta Alice entrando a la habitación y mi intento de seguir durmiendo se va a la basura—. Despierta que quiero que me cuentes. Jess nos contó que te escribió Lucca —se sienta en mi cama y me sacude el hombro.

—¡Ya, ya!, ¡estoy despierta!. ¿No podías esperar a que me despertara para contarte? —la miro molesta.

—Sí pero no quise. Ahora cuenta.

Respiro profundamente para no golpearla aquí mismo por haberme despertado. Todas saben que para mí dormir es importante pero no les importa interrumpir mi sueño cuando es algo que a ellas les importa.

—Fastidiosa —mascullo, sentandome en la cama.

—Lo sé, ya sabes como soy.

—Ayer comiendo pizza le comenté una foto que subió del concierto y antes de dormir recibí un mensaje de él y le respondí, fin del cuento —hablo rápido.

—Ajá, pero, ¿qué le comentaste que hizo que él te enviara un mesaje? y, ¿qué te escribió él?. Cuenta bien que así no sirve.

—Eres una chismosa, quieres saber todo —la miro con los ojos entrecerrados pero al mismo tiempo divertida.

—Ya sabes como soy, así que estoy esperando.

Resoplo.

Ésta vez le cuento tranquilamente cada cosa que sucedió para que entienda y deje de preguntar. Sería raro que deje de preguntar pero lo intento.

—¡Ay, Elena! Le dijiste tu nombre anoche, seguro se guió por eso —murmura como si fuese más que obvio.

—Sí pero no me imaginé que recordaría mi nombre y encima que iba a ver mi comentario y escribirme.

Sigo sin creerlo. Siendo una adolescente soñaba con conocerlo y que mágicamente nos enamoraríamos y pasaríamos nuestras vidas juntos. Sueños de toda una adolescente ilusionada con su ídolo. Ahora soy adulta y realista; sigo soñando con lo mismo pero consciente de que no va a suceder.

—Como tú dices, nada es imposible. Debes creer lo que dices, Elena, el mundo da muchas vueltas.

—Vale, ¿ya te puedes ir? —pido. No quiero seguir hablando más sobre el tema porque como siempre, le daré vueltas y vueltas, y al final no va a pasar nada de lo que sueñe o imagine.
coloca su mano en el pecho fingiendo estar ofendida por mis palabras—. Es que quiero dormir otro rato.

—Como no me quieres aquí, me voy —seca debajo de su ojo una lagrima falsa—. Que mala eres conmigo —dice ofendida, saliendo de la habitación.

Me río y me vuelvo a acostar dispuesta a seguir durmiendo pero me acuerdo de ver si tengo alguna respuesta de Lucca. Agarro el celular de la mesa de noche. Intento prender la pantalla pero el celular está apagado. Se quedó sin batería, así que lo pongo a cargar y me acuesto a dormir un rato más.

Al final no duermo nada pensando en si me habrá respondido y si lo hizo, qué habrá respondido.

Me levanto de la cama y voy al baño, para luego ir a la cocina. Lo primero que veo es cereal y me sirvo en un tazón cereal y leche. Camino hasta la sala encontrandome con Marcela.

—¿Estás trabajando? —pregunto, sentandome en el sofá junto a ella.

—Sí, mi jefe me mandó a organizar un evento a última hora y esto me tiene estresada —deja el ordenador portátil en la mesa del centro.

Te voy a amar ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora