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Ellen volvió junto a Lein al interior del edificio, el chico le dijo "Voy a enseñarte algo", y se acercó a la esfera de energía de aquella sala central. Sacó uno de sus naipes, y durante unos instantes, lo metió dentro, al extraerlo, brillaba desprendía la misma luz que el orbe. Lo dejó caer y apareció un portal entre ellos dos, lo cruzó con tranquilidad, la chica le siguió, sin tener idea de a dónde se dirigía.

Al llegar al otro lado, la temperatura cambió, hacía un frío tremendo, ¿dónde se encontraban? La joven contempló el escenario, estaban en una carretera, en mitad de una zona boscosa, de esas en las que a veces podía verse cruzar algún animal. Todo el cielo estaba nublado, incluso había niebla, muy espesa. ¿Por qué Lein le había traído allí? Avanzaron un poco más, por el camino asfaltado, en silencio, admirando el paisaje. Era muy tranquilo, quizá demasiado, a nuestra protagonista le llegaba a incomodar, notaba que algo no iba bien en aquel lugar.

- Lein, ¿adónde me llevas? ¿Estamos en la Tierra?

- Sí, es la Tierra, pero no la que tú conoces.

- ¿Cómo? ¿De otra dimensión? Es idéntica a la mía...

- No todas las dimensiones tienen que ser diferentes y hacer contraste con las demás, a veces, prácticamente pueden ser iguales. Pero... Siempre hay algo que cambia dentro de éstas - Llegaron a una especie de mirador, podía verse el mar a lo lejos, incluso el pueblo de más abajo, todo tranquilo.

- Parece un pueblo común.

- ¿Seguro? Fíjate bien...

La muchacha puso más empeño, apretando la vista, y entonces entendió a qué se refería Lein. Por las calles, unas criaturas grises deambulaban por allí. No podía verlas muy bien, debido a la distancia y la niebla de por medio, pero, eran ágiles, saltaban con velocidad por encima de los coches... Incluso se podía oír el sonido tan estridente que hacían, desde la distancia.

- Dios... ¿Qué son esas...? - Ellen estaba aterrada, aun estando a kilómetros de distancia.

- Eso... Es el resultado de dejar una dimensión con un parásito dentro - Decía, sin quitarle el ojo de encima a aquel monstruo, en la lejanía. - Kloum me mandó aquí la primera vez, una dimensión normal, en la que no pasaba nada raro. No siempre es fácil, puedes llegar a una dimensión y no ver nada por lo que alterarse, como me pasó a mí.

- No entiendo... ¿Viniste aquí y aun así no salvaste este lugar? - La chica miraba lo destrozado que estaba el pueblo, tejados hundidos, grietas en mitad de las calles, y no quiso pensar en qué eran aquellos "cuerpos" que había esparcidos por el suelo.

- Tú lo has dicho... El día que llegué al Limbo, todo lo que me contó Kloum me estalló en la cara, y por un segundo pensé "Aquí no hay nada, se habrá equivocado", me pasé meses enteros sin encontrar ninguna anomalía, y eso que él decía que tenía que haberla. Al final... Me cansé, volví con él, diciéndole que no había nada, que era un error suyo.

- Y no lo fue, ¿verdad?

- Para nada... Volví a las dos semanas, había hecho amistades en este lugar, y me apetecía verles. Cuando llegué... - Se quedó en silencio un par de segundos - En fin, me topé con esas cosas.

- ¿Tus amigos estaban bien?

- No... Ya no quedaba nadie. Solo esas "cosas" pululando por ahí...

- L-lo siento, Lein, yo...

- Seguro que te preguntas por qué demonios de cuento esto, ¿verdad?

- Bueno... Un poco sí - Lo cierto es que se sentía perdida.

- Kloum no te mandará sola a ningún lugar, siempre vamos de dos en dos. A veces nos hemos quedado un par de días, otras un puñado de meses. Nunca hay que bajar la guardia, el parásito que vivía aquí, esperó hasta que marché y... Aprovechó. Lo sentía como un nuevo hogar para mí. Y es probable que cuando eso ocurra, sientas que tienes un lugar nuevo, donde encajar, pero no lo es... No quiero que pases por la fase de "No pertenezco a ningún sitio, quiero quedarme en X lugar en concreto y volver a empezar".

La Cuna del Bosque (COMPLETO) - Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora