Nuestra protagonista estaba soñando, y en su sueño, podía ver un bonito recuerdo de su infancia. Su tío Sam le daba la mano para cruzar el paso de peatones, ella le agarraba con fuerza, de pequeña le daban mucho miedo los coches. Notaba cálida la mano de su familiar, le trasmitía algo de calma, seguido de un "No te preocupes, no te voy a soltar".
En ese entonces, Ellen despertó, algo agitada, con los párpados algo pegados todavía. Recordó que se había tumbado en la cama, pero nada más, debió de dormirse a los pocos minutos. Se puso en pie, caminó hasta la puerta, y cuando fue a coger el pomo, se dio cuenta de que no llevaba sus guantes. No estaba acostumbrada, no era consciente de que llevarlos debería ser algo rutinario a partir de ahora, por la seguridad de los que la rodearan. Los cogió y salió por la puerta, dirigiéndose al hall donde se encontraba Kloum.
- Hola... - Dijo, con pocos ánimos.
- Bienvenida de nuevo, Ellen... ¿Has descansado? - Preguntó el tipo.
- Sí, ah... ¿Dónde están todos?
- Están en la habitación de Brooke, pasando el rato con ella, está bien que descanséis un poco.
- ¿No deberíamos estar... yendo a por las criaturas de la cuna?
- Dime, Ellen. ¿Te ves con fuerzas de salir otra vez ahí fuera? ¿Serías tan capaz como antes de tu primer viaje?
- ...supongo que no - Respondió, desanimada.
- Por eso... Debes descansar un poco, reúnete con ellos, yo seguiré buscando grietas dimensionales...
- Está bien, iré a... Verles - Se dio media vuelta y dejó a Kloum con su apasionante soledad.
La joven buscó la habitación de Brooke, dio por hecho que era la única puerta que no había visto abierta, así que tocó. Pasados un par de segundos, Lein abrió, sonriendo. "Pasa", le dijo, dejándole entrar. Al cruzar, Heather estaba sentada en los pies de una cama, hablando con otra chica, debía de ser Brooke. Estaba metida dentro de las sábanas, con la almohada apoyada entre la espalda y la pared.
Su habitación estaba decorada como si fuera la habitación infantil de un hospital, con dibujos pegados en las paredes, algún que otro juguete, era extraño. Ellen se acercó, algo tímida, a saludar.
- Ho...hola - Sonrió un poco.
- Oh, hola Ellen - Heather se levantó. - Ven, ella es Brooke.
- Encantada, soy Ellen... Aunque ya lo haya dicho Heather - Se rio forzadamente.
- No hay problema Ellen, sé quién eres, te vi - Le devolvió la sonrisa. Brooke era una chica guapísima, tenía el pelo oscuro, ondulado, le llegaba por los hombros. Bajo el flequillo, unos ojos grisáceos, sin pupila. Ellen recordó en aquel momento, que la chica había quedado ciega debido a los efectos de la cuna.
- ¿Me viste?
- ¿Recuerdas lo que te dije? Brooke tuvo una visión en la que aparecías junto a nosotros, por lo que, ya sabe quién eres y cómo eres - Añadió Heather.
- Oh, ah... Claro, tiene sentido, perdón. Acabo de levantarme y... Aún no soy persona.
- Te entiendo, ja, ja. Llevo varios días enferma, no sé muy bien qué me pasa, pero tenía ganas de conocerte, Ellen. Siento mucho... Lo que te pasó, el por qué tienes que llevar esos guantes - Brooke hablaba con un tono calmado y sincero.
- Bueno... Poco se puede hacer ahora, esa cuna reparte desgracias allá donde va.
- Ya, y para eso estamos nosotros aquí - Lein dio un paso. - Ya tenemos una de cuatro criaturas dimensionales, podemos con esto.
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La Cuna del Bosque (COMPLETO) - Libro 3
FantasyHay una vieja historia, la de una cuna desgastada que aparece en mitad del bosque, da miedo, asusta, pero al mismo tiempo, fascina y atrae a las personas. Una luz morada brilla en su interior, deseando que alguien entre en contacto con ella, y cuand...