18

474 55 63
                                    


[UN AÑO DESPUÉS]

La misma dimensión, el mismo punto del mapa, no parecía haber diferencia, excepto por una cosa, algo que apenas era reconocible a simple vista. Lejos del pueblo, llegando a la ciudad, en el interior de un edificio, se podía oír ruido, en un mundo donde el silencio reinaba por encima de todo.

Una chica joven, corría por el interior, un pasillo de la primera planta. Llevaba una mochila algo abultada, aunque con un aspecto deplorable, al igual que su ropa. Unos gritos se oían tras ella. "¡Cogedla!", decía una de aquellas voces, mientras volaban flechas. La muchacha estaba aterrada, nerviosa... Agotada. Cuando el pasillo estaba a punto de girar hacia una salida, un monstruo la sorprendió en la oscuridad. Iluminado por la linterna de su mochila, pudo reconocer a uno de los llamados "Apex". Antes de que pudiera atacarla, la chica tiró algún tipo de llavero al suelo, luego éste empezó a emitir un sonido ensordecedor, lo que perturbó a la criatura, que utilizaba la ecolocalización. Se trataba de una alarma personal, que emitía un sonido alto en una situación de peligro, resultó ser muy útil.

Aunque lograra despistar al depredador, todavía era perseguida por aquellos arqueros, así que cogió un trozo de escombro y rompió la ventana que tenía al frente, deseando que hubiera algo abajo que amortiguase la caída. Se tiró y acabó cayendo encima de una ligera estructura de madera, como si alguien fuera a pintar aquella zona, había cubos de pintura derramados por encima. Siguió adelante, bajando al piso principal del edificio, se oía desde el piso de arriba cómo el Apex había logrado dar con los arqueros y se había puesto a darse un festín, pero no era momento de remordimientos, ya podía verse la puerta que conducía al exterior.

Y justo cuando la joven pensaba que todo había terminado, un tipo enorme la pilló por banda, dándole un buen golpe, con un palo de madera. Cayó al suelo, malherida, luego aquel tanque de hombre la agarró del cuello y la puso en alto, sus pies no tocaban el suelo.

- ¡Se acabó el juego, niñata! - Dijo, riéndose.

- ¡¡Suéltame!!

- Como gustes... - La agarró con fuerza y la lanzó por los aires, rodando por encima de una mesa del lugar. Aquel hombre se estaba divirtiendo, disfrutaba de los golpes que le estaba dando. Fue directo hacia ella, pero no esperaba, que fuera la muchacha la que se abalanzara sobre él esta vez. Le puso la mano encima de la cara, y al momento, cayó rendido, ya no se movía.

- Agh... - Volvió a levantarse, lo más rápido que pudo - Tú te lo has buscado, imbécil... - Le decía al cadáver del tipo.

- ¡Ahí está! - Ahora las voces provenían del piso de abajo, aún quedaban varios.

- Mierda... - La pelirroja volvió a correr, todo recto hacia la puerta, la abrió de un empujón, luego utilizó una barra de metal que llevaba en la mochila para bloquearla. Siguió avanzando, aunque esta vez, moderando el ruido que hacía, aquello era zona abierta, los Apex podían encontrarla fácilmente. Se escondió detrás de un coche y decidió sacar una ballesta, era la misma que encontró el primer día que acabaron allí ambas chicas. Comenzó a apuntar a las ventanas del edificio y a disparar, rompiéndolas, unos quince segundos después, dos de aquellas criaturas aparecieron, escuchando todo el ruido que había en el interior, entrando a curiosear.

Volvieron los gritos dentro de aquel lugar, fue el momento perfecto para que la chica saliera corriendo de aquel lugar definitivamente. Avanzó durante un rato por aquella ciudad, intentando controlar por dónde pisaba, hasta llegar al interior de un parking, en un deteriorado centro comercial. Allí, había varios vehículos destrozados, coches volcados y quemados, motos hechas pedazos... Caminó hasta llegar una furgoneta antigua de color blanco, tenía el logotipo de alguna compañía, pero, prácticamente estaba desgastado, ni se podía leer. Los cristales estaban rotos, y las ruedas todas pinchadas, aquel trasto no iba a moverse de allí. La joven sacó una llave de su mochila, y la utilizó para abrir las puertas traseras, luego entró y cerró de nuevo.

La Cuna del Bosque (COMPLETO) - Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora