CAPÍTULO 1: TRAGEDIA DEL PASADO (I)

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Tierra Universal, Bosque arcano.

Dos personas huyen desesperadas por el bosque, cansadas y agotadas. Una maligna presencia les pisa incansablemente los talones con el objetivo de matarlos sin piedad.

RAGUEL: ¿Te encuentras bien, Lúmina? ¿Puedes continuar?

LÚMINA: Sí, no te preocupes por mí. Puedo continuar sin problemas.

RAGUEL: Un último esfuerzo, casi hemos cruzado el Bosque Arcano. Al salir de él podremos usar el portal que conecta con uno de nuestros refugios. Allí estaremos a salvo de estos monstruos.

LÚMINA: Todo cuanto deseo es que nuestros hijos estén sanos y salvos. Por ahora están durmiendo tranquilamente sin percatarse de nada.

Repentinamente ambos bebés comienzan a llorar y esto alerta tanto a Lúmina como a Raguel.

RAGUEL: ¡AGÁCHATE!

Raguel agarra a Lúmina para que se agache. Una milésima de segundo después un rayo de energía pasa por encima de sus cabezas alcanzando de lleno un gigantesco árbol, incendiándolo al instante y provocando que su tronco se desplome, siendo hábilmente evitado por Raguel y Lúmina.

LÚMINA: No hay duda, sigue pisándonos los talones. Ese tipejo es de lo más persistente.

RAGUEL: Lúmina...

LÚMINA: ¿Qué ocurre, Raguel?

RAGUEL: Huye lo más rápido que puedas y no mires atrás. Trataré de contenerlo el máximo tiempo posible para que puedas escapar a salvo con los niños.

LÚMINA: ¿¡QUÉ!? ¡ME NIEGO! Ni siquiera ÉL pudo vencer a ese monstruo. No soportaré perderte a ti también.

RAGUEL: Ya he tomado mi decisión y no la cambiaré. Todo lo que quiero es vengar a todos los que han muerto por culpa de esos malditos Sentimogu y protegeros a ti y a nuestros hijos. Es mi deber construir un futuro en el que pueda vivirse en armonía y sin miedo.

LÚMINA: Pero... ¿Qué voy a hacer yo si ese demonio termina matándote?

Antes de que Lúmina comience a llorar Raguel le pone la mano en el hombro para consolarla y le dirige una mirada confiada.

RAGUEL: Tranquila, no me pasará nada. Volveré al refugio antes de que te des cuenta. Te prometo que le haré pagar a ese cabestro por todo el daño que nos ha causado a todos.

Lúmina asiente con la cabeza sin poder evitar que se le deslicen las lágrimas por su rostro. Raguel al ver esto la abraza suavemente, cosa que la Diosa responde abrazándolo con fuerza.

LÚMINA: Snif... Confío en que sea así. Dale su merecido a ese desgraciado.

RAGUEL: Lo haré, no tienes de qué preocuparte. Huye y no mires atrás.

Lúmina se seca sus últimas lágrimas con los dedos de su mano.

LÚMINA: De acuerdo, te esperaré en el refugio así que no tardes.

Sin previo aviso, entre ambos aparece una elevada cortina de llamas púrpuras mientras se escucha una diabólica risa entre los árboles del bosque, cosa que alerta tanto a Lúmina como a Raguel.

RAGUEL: ¡Está aquí! ¡Márchate! ¡Rápido!

LÚMINA: ¡S-sí!

Lúmina materializa unas alas angelicales y huye a toda velocidad hacia el portal que la llevará hasta el refugio de los Estelares.

RAGUEL: Lúmina... Por favor cuida de todos y protege sus futuros.

Una sombra con una devastadora aura maligna puede vislumbrarse en el camino del bosque, hecho que causa que Raguel sufra escalofríos. Conforme el misterioso enemigo se acerca lentamente a Raguel se puede ver como la flora presente en el bosque comienza a marchitarse y a convertirse en polvo, dejando tras de sí un campo desolado e inerte.

DIVINA CONVICCIÓN II: BATALLAS DE LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora