CAPÍTULO 24: INCERTIDUMBRE EN LA CUMBRE

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Un par de horas más tarde tras la explosión del Centro de Investigación y Desarrollo del Dr. Raghnik el escuadrón formado por Lyo, Wingsley y Fangs llega al palacio de los Regentes Sentimogu para informarles de lo ocurrido. Cuando los tres llegan a la sala del trono se postran ante su amo Vladyron, quien los recibe con algarabía.

LYO, WINGSLEY Y FANGS: ¡Mi Regente! 

VLADYRON: Saludos, mis leales compatriotas. ¿Qué se os ofrece?

LYO: Hay algo que debemos contaros a vos y al resto de los Regentes.

FANGS: ¡Es algo de extrema gravedad, mi señor!

VLADYRON: Hablad entonces. Convocaré ahora mismo al resto de los Regentes para que puedan oír eso tan importante que debemos saber a toda costa.

Vladyron chasquea los dedos y en una millonésima de segundo aparecen Ómina, Blackorbion y Penumbra en la sala del trono. Los tres parecen extrañados de haber sido convocados sin previo aviso y preguntan el motivo por el que se les ha hecho venir a la sala del trono.

BLACKORBION: (bosteza) ¿Qué es lo que ocurre para que haya que llamarnos con tanta prisa? Estaba echando una cabezadita.

PENUMBRA: Eso, estaba contemplando mi bella colección de víctimas petrificadas cuando de repente me ha engullido un vórtice y he aparecido aquí.

ÓMINA: ...

VLADYRON: Siento en el alma haberos interrumpido cuando estabais haciendo algo importante. Según parece nuestro escuadrón tiene información que debemos conocer sin demora.

FANGS: ¡Efectivamente! Mis Regentes... Es algo muy importante...

BLACKORBION: Pues más vale que sea importante. Por vuestro propio bien espero que no sea nada absurdo.

PENUMBRA: Nuestros soldados se sorprenden con cualquier cosa. Oigamos lo que tienen que decir para acabar con esto cuanto antes, ¿os parece bien?

Los tres animales antropomorfos transformados en Sentimogu tragan saliva muy nerviosos, temiendo que puedan acabar mal parados si la noticia que tienen que darles a sus señores no les interesa para ser considerada digna de su tiempo e interés.

LYO: Permítanme empezar, mis Regentes. Aunque pensándolo mejor creo que Wingsley os lo podrá exponer mucho mejor que yo, je, je...

WINGSLEY: ¿Quién, yo?

Blackorbion no soporta por más tiempo que los soldados no hablen y les pega un grito encolerizado.

BLACKORBION: ¡Ya me tenéis más que harto! ¡Me da igual quien empiece a hablar pero hacedlo de una puta vez u os reduzco a cenizas ahora mismo!

VLADYRON: ¡Suficiente, Blackorbion! ¡Recuerda que como Regentes tenemos el deber de tratar a quienes trabajan para nosotros con el respeto que se merecen! No permitiré que les pongas un dedo encima, ¿me has entendido?

Vladyron alza el brazo para que Blackorbion baje el tono y se tranquilice. Tras un suspiro, el irascible Regente se disculpa con su amo por haber perdido los nervios, esperando el informe de los soldados.

BLACKORBION: Entendido, mi señor.

ÓMINA: ...

VLADYRON: Cuando queráis. Contadnos eso tan importante.

WINGSLEY: El Centro de Investigación y Desarrollo del Dr. Raghnik ha sufrido una terrible explosión y no queda nada de él. Solamente un devastador incendio y las ruinas de las instalaciones, se calcula que en el accidente han fallecido los 180.000 investigadores que se encontraban trabajando en el lugar. Nuestra unidad de rastreo no ha hallado ni cadáveres ni supervivientes.

DIVINA CONVICCIÓN II: BATALLAS DE LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora