Ómina tiembla del nerviosismo que siente y duda si contarle a Vladyron a lo que la hechicera le lleva dando tantas vueltas durante los últimos días. Vladyron la mira extrañado y le pide que le cuente lo que le preocupa.
VLADYRON: Vamos, Ómina... Sabes que puedo ayudarte con cualquier cosa. ¿Acaso no confías en tu querido amigo Vladyron?
ÓMINA: Claro que confío... Lo que me da miedo es cómo vas a tomártelo...
VLADYRON: No tienes de qué preocuparte. Cualquier metedura de pata que hayáis cometido la solucionaré en un pispás, como ya he hecho anteriormente.
ÓMINA: V-vale... V-verás... Te cuento...
Ómina empieza a mover temblorosa sus manos, cosa que irrita un poco a Vladyron, pero no lo muestra abiertamente.
VLADYRON: ¿Y bien? ¿Vamos a estar así todo el día? ¡JA, JA, JA, JA!
ÓMINA: He estado teniendo bastantes visiones... No quiero tenerlas pero vienen a mi mente sin que yo pueda hacer nada para evitarlo.
VLADYRON: ¿Visiones? ¿Qué clase de visiones?
Ómina empieza a llorar, cosa que sorprende a Vladyron.
ÓMINA: (llorando) De mi vida pasada...
VLADYRON: ...
La expresión en el rostro de Vladyron cambia de una afectuosa a una extremadamente seria. Al ver esto Ómina se arrodilla ante el hechicero muerta de miedo y sin parar de llorar.
ÓMINA: ¡Lo siento mucho! ¡Sé que me lo has dado todo cuando no tenía absolutamente nada! ¡Desconozco el motivo por el que ocurren! ¡Te lo suplico! ¡Ten piedad!
Vladyron alarga sus uñas y le propina un arañazo a Ómina en el rostro, provocando que la hechicera suelte un sonoro grito y empiece a sangrar, colocándose la mano derecha para cubrirse la herida mientras no para de llorar. El malvado Regente la observa con una mirada estoica y asesina, esperando a que se explique.
ÓMINA: ¡Lo siento! No pretendía ponerte tan furioso...
Vladyron se apoya en sus rodillas y mira a Ómina con sus ojos rojos demoníacos con una mirada penetrante que muestra furia pero al mismo tiempo serenidad.
VLADYRON: No estoy furioso, querida mía. Hay un virus que te está provocando una enfermedad y tengo el remedio para curarte. Los recuerdos de tu vida pasada ya no tienen ningún valor, no hay que mirar al pasado, y estoy convencido de que estás feliz tal y como estás ahora, ¿verdad?
ÓMINA: (aún llorando) S-sí...
VLADYRON: Eso es lo que quería oír, cariño mío. Procederé a curarte aquí y ahora, no tendrás que volver a preocuparte nunca más por esas molestas visiones de tu vida pasada. Tienes mi palabra.
ÓMINA: (con voz temblorosa) ¿E-en serio?
VLADYRON: Por supuesto, las haré desaparecer en un periquete.
Vladyron vuelve a alargar sus uñas y las clava profundamente en el cuello de Ómina, inyectándole una enorme dosis de su veneno potenciador a su compañera Regente. Tras unos instantes el malvado ser deja de apretar el cuello de Ómina y se pone de pie, observando cómo la herida en el rostro de la Regente desaparece y crece un gigantesco poder en su interior, levantándose unos segundos después con la mirada hacia abajo.
VLADYRON: ¿Sigues siendo mi bello bomboncito, querida Ómina?
Ómina le mira, pudiéndose notar que los iris de sus ojos han cambiado de un color violeta a un rojo sangre, al mismo tiempo que aparecen varias runas oscuras en el cuerpo de la Regente y su piel adquiere un tono púrpura más oscuro que el anterior.
ÓMINA: Sí, Vladyron...
Vladyron le da un masaje en los hombros a Ómina mientras sonríe de manera maliciosa y burlona sin que haya ninguna reacción por parte de la mujer Sentimogu.
VLADYRON: ¡Eso es lo que quería oír! ¡Ya estás curada! ¿Por qué no vas a entrenar un poco con Penumbra y Blackorbion para que puedan ser testigos de tu gran aumento de poder en toda su plenitud, hmmm?
ÓMINA: Eso haré...
VLADYRON: ¡Estupendo! Tenéis que entrenar mucho para que estéis preparados cuando Lúmina y su odiosa servidumbre se dejen caer por aquí a hacernos una visita.
ÓMINA: Como tú digas, Vladyron. Con tu permiso me marcho.
VLADYRON: Concedido. ¡Divertíos!
Ómina se marcha de la sala sin responder a Vladyron, el cual se queda pensando en el significado que tiene el que Ómina haya empezado a ver las visiones que simbolizan las vivencias de su vida pasada antes de ser transformada en Sentimogu por el malvado hechicero.
VLADYRON: Mmmm... Que Ómina haya tenido las visiones de su vida pasada es un asunto realmente molesto. Eso significa que mi influjo sobre aquellos a los que he transformado en Sentimogu comienza a desvanecerse, y para corregirlo he de inocularles más cantidad de mi veneno potenciador. El recuperar por completo los recuerdos de la vida anterior es la única manera conocida de romper el hechizo. Tengo que andarme con mucho ojo o podría terminar perdiendo a un enorme número de peones, siendo parte de ellos los que forman parte de la élite del Imperio. ¿Acaso los que empiezan a tener esas visiones se debe a que quieren volver a ser quienes eran en un principio? ¡NO! ¡Eso es del todo imposible! ¡Me niego a creer que cualquiera de mis leales camaradas quiera renunciar a todo aquello que les he dado!
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DIVINA CONVICCIÓN II: BATALLAS DE LEYENDA
FantastikEl bien y el mal son dos polos opuestos que siempre han estado destinados a enfrentarse eternamente. El regreso de una horrible amenaza traerá consigo una enorme cantidad de desgracias si no es detenida. Nuevas aventuras, nuevos aliados y nuevos ene...