CAPÍTULO 59: EL FINAL DE LA BATALLA

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DRAGÓN SUPREMO: Vais a pagar todo el daño que me habéis causado, despreciables alimañas infectas. No voy a dejar a ninguno de vosotros con vida, espero que hayáis elevado vuestras oraciones. ¡¡VAIS A MOR...!! (vomita sangre) ¡GWAGH!

Mientras los miembros del Escuadrón Nova se terminan de recuperar del calambrazo que han recibido ven cómo la fusión entre los Dioses Dragón vomita un gigantesco charco de sangre que tiñe de color carmesí una amplia parte del Bosque Eterno. Justo después la bestia empieza a sentir un enorme dolor, sujetándose la cabeza con sus garras mientras una intensa aura maligna lo rodea, al mismo tiempo que van apareciendo runas moradas de un lenguaje tan arcano como el albor de los tiempos por todo su cuerpo.

VIDAR: ¿Q-qué le pasa?

BRISA: Parece estar sufriendo muchísimo.

FORESTION: ¡Tened muchísimo cuidado! ¡Ha caído completamente bajo el influjo del poder de la oscuridad! ¡Su energía se ha multiplicado por 10!

El Dragón lanza por sus fauces un aliento congelante a sus enemigos, y justo antes de que impacte contra ellos Iron se teletransporta delante de sus aliados y recibe el ataque mientras Vidar y Earthius emprenden el vuelo, causando que se forme hielo en distintas partes de su cuerpo mecánico. El Robot Estelar se zafa rápidamente del hielo que le retiene y ataca al monstruo con un disparo de energía de gran potencia, impactando contra el ser corrompido, haciéndole retroceder varios metros hacia el cielo hasta que el ataque se extingue.

VIDAR: ¡Tengo que seguir presionando!

Vidar y Forestion usan sus poderes y hacen crecer unas gruesas raíces que amordazan a su terrorífico enemigo, dejándolo inmóvil durante unos segundos. La monstruosa marioneta de los Sentimogu trata de liberarse moviéndose frenéticamente, ocasionando que a Vidar y a Forestion les resulte cada vez más complicado retenerlo.

FORESTION: ¡Aprovechad la oportunidad! ¡Atacad todos a la vez!

VIDAR: ¡No podremos retenerlo mucho más tiempo! ¡Atacadlo antes de que sea demasiado tarde!

El resto de sus compañeros hacen caso a ambos y empiezan a cargar sus ataques más poderosos con la esperanza de herir de gravedad a su poderoso rival para liberarlo del control impuesto por el poder oscuro otorgado por los malvados Sentimogu.

VOLTION: ¡Trueno Deslumbrante!

FLAMOR: ¡Llamarada Eterna!

BRISA: ¡Aire Celestial!

EARTHIUS: ¡Arpones de Tierra!

UMBRÍA: ¡Energía Oscura!

IRON: ¡Cañón Estelar!

Todos los ataques se dirigen con gran velocidad al Dragón Supremo, el cual no logra liberarse a tiempo de las resistentes plantas que lo mantienen prisionero y es alcanzado por todas las técnicas desplegadas por los miembros del Escuadrón Nova. Una violenta explosión acompaña el impacto, generando una devastadora onda sónica que echa abajo un buen puñado de árboles, dejando un amplio claro en el campo de batalla.

EARTHIUS: Le hemos alcanzado... Lo conseguimos...

De repente entre el humo negro surge una llamarada púrpura que coge a todos por sorpresa, dándoles de lleno a Vidar y a Forestion, los cuales ven sus cuerpos envueltos en llamas y gritan presos de un insoportable dolor. Los dos guerreros se precipitan hacia el suelo a gran velocidad envueltos en llamas y con graves quemaduras.

BRISA: ¡Oh, no! ¡Vidar! ¡Forestion!

Antes de que Brisa y los otros miembros del Escuadrón Nova puedan ir a socorrerlos el Dragón Supremo aparece justo detrás de ellos. Sin que ninguno pueda reaccionar el monstruo da una voltereta en el aire y les golpea con su cola empleando una fuerza tan abrumadora que los héroes son estampados brutalmente en el sólido suelo del claro.

DIVINA CONVICCIÓN II: BATALLAS DE LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora