CAPÍTULO 58: LA ÚLTIMA BATALLA DE LOS DIOSES DRAGÓN

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El Dragón Supremo, resultado de la fusión en un solo ser de los 5 Dioses Dragón al servicio del Imperio Sentimogu, suelta un estridente rugido hacia el cielo de la noche estrellada. Poco después el vasto manto negro de oscuridad que recubre todo el Bosque Eterno se cubre con una gigantesca nube de tormenta, de la que chisporrotean amenazantes truenos que pueden reducir a cenizas cualquier cosa que toquen. Por otra parte, una lluvia torrencial empieza a caer con intensidad, inundando el suelo y arrancando árboles por su devastadora potencia.

FORESTION: ¡TODOS! ¡TOMAD MEDIDAS EVASIVAS! ¡RÁPIDO!

Todos hacen lo que Forestion les ha dicho, esquivando los seísmos que ha generado el gigantesco dragón y las devastadoras llamaradas que la poderosa criatura escupe por sus fauces, siendo repelidas por Iron al crear una barrera donde se encuentran sus compañeros. El gigantesco robot activa sus propulsores para darle un fuerte puñetazo al dragón, consiguiéndolo y haciéndolo retroceder varios metros, cayendo sobre su espalda, destruyendo en el proceso una amplia parte del bosque y generando una intensa nube de polvo.

VOLTION: ¡Buen trabajo, Iron!

Iron mira a sus compañeros y levanta su pulgar mientras sonríe. Sin previo aviso el dragón alza el vuelo y genera a su alrededor una gran cantidad de carámbanos de hielo tan afilados y delgados como agujas, los cuales se dirigen hacia sus objetivos a la velocidad del sonido cuando el monstruo agita sus alas.

FLAMOR: ¡Acabemos con esas agujitas con nuestros poderes! ¡Vamos allá!

Todos empiezan a usar sus poderes para acabar con los carámbanos, destruyendo la mayoría de ellos en el proceso, pero unos pocos atraviesan los ataques de los héroes y se clavan con fiereza en sus cuerpos, provocando que los afectados suelten agudos alaridos de dolor y la sangre bañe el gélido material. Forestion al ver esto se acerca a los que han sufrido daño y de su mano empieza a surgir energía sanadora para que Flamor y Voltion se recuperen lo antes posible.

BRISA: Nosotros os cubriremos. ¿Listos, Vidar, Earthius y Umbría?

VIDAR: ¡Sí!

EARTHIUS: Cuenta conmigo.

UMBRÍA: Es hora de contraatacar.

Brisa y Umbría despliegan sus alas y cada una de ellas carga con uno de sus compañeros, siendo Vidar cargado por Brisa y Earthius cargado por Umbría. Ambas emprenden el vuelo con sus camaradas agarrando sus tobillos mientras se acercan al increíble dragón.

BRISA: ¡Es el momento de atacar! ¡Ataquemos todos a la vez!

UMBRÍA: Os vamos a soltar ahora mientras nosotras lo atacamos desde el aire, ¿de acuerdo?

VIDAR: ¡Entendido!

EARTHIUS: ¡Le vamos a dar una buena lección!

Vidar y Earthius sueltan a la vez los tobillos de sus compañeras, materializando sus armas elementales en el aire: un robusto garrote de madera es el arma de Vidar, mientras que la de Earthius es la de un pesado martillo de piedra. Ambos utilizan sus armas y el dragón recibe de lleno el golpe, haciéndole girar la cabeza bruscamente y pillándolo por sorpresa, ya que estaba ocupado forcejeando con Iron, quien le hace retroceder de un disparo cargado de energía. Vidar y su compañero caen en la mano del enorme robot mientras observan cómo Brisa y Umbría lo atacan con sus poderes mientras vuelan frenéticamente a su alrededor, esquivando los feroces y brutales ataques de la bestia.

VIDAR: ¡Tenemos que seguir atacando!

EARTHIUS: ¡Sí! ¡No podemos dejar que recupere terreno!

IRON: ¡Bip-Bip! ¡Estoy de acuerdo!

Vidar arranca una enorme cantidad de árboles con su poder sobre las plantas y retira todas sus ramas, afilando muchísimo los troncos con un rápido tajo realizado con su mano derecha, manteniéndolos en el aire esperando para atacar junto a sus compañeros. Earthius levanta una gigantesca superficie del suelo y la baña con su energía divina de la tierra, esperando al momento oportuno para que todos lancen un ataque combinado contra el dragón cuyo corazón ha sido corrompido por la oscuridad. Brisa y Umbría se colocan cerca de sus compañeros y preparan a cargar sus técnicas de aura a la vez, acumulando cada vez más y más poder. Iron convierte su brazo derecho en un cañón de protones cuyo impacto puede resultar fatal para cualquier enemigo.

VIDAR: ¡AHORA! ¡ATAQUEMOOOOOOOOS!

Tras escuchar a Vidar, todos disparan sus ataques a la vez al Dragón Supremo, quien reacciona y rodea su cuerpo de aura para protegerse de los ataques y al mismo tiempo se cubre con sus amplias alas. Las técnicas dan en el blanco, lo que tiene como resultado que se origine una explosión que arranca varios árboles de cuajo por la potentísima onda expansiva. 

BRISA: ¡Toma ya! ¡Le hemos dado!

UMBRÍA: No bajéis la guardia, esto no ha sido suficiente para dejar a esa criatura fuera de combate.

De repente la nube que se encuentra sobre el campo de batalla desata con toda su furia un poderoso relámpago que alcanza a Iron y a sus aliados, ocasionándoles un terrible dolor y dejándoles al borde de perder la consciencia. La siniestra risa del malvado dragón se escucha entre la niebla originada por el impacto combinado de las técnicas de Vidar y compañía. Los guerreros del bien se recomponen a duras penas, teniendo dificultades para moverse por el efecto del trueno que acaban de recibir.

DRAGÓN SUPREMO: Jie, jie, jie... No nos subestiméis, gusanos. Aún tenemos muchas sorpresas que mostraros. Sed testigos hasta vuestro final de la fuerza absoluta del Dragón Supremo. Y ahora, ¡¡Mori...!!

Mientras el Dragón Supremo empieza a cargar una devastadora llamarada en las profundidades de su garganta tan oscura como el vacío es detenido en seco por unas lianas que le cierran la boca y paran su ataque. Inmediatamente después un tridente imbuido en rayos y un hacha bañado en llamas se clavan en los ojos de la bestia, la cual suelta un rugido de dolor tras liberarse de las finas lianas. De repente Forestion, Flamor y Voltion se colocan delante de sus compañeros.

FORESTION: Permitidnos echar una mano, jovenzuelos.

FLAMOR: Sentimos mucho la tardanza, pero ya podemos liarla parda del todo.

VOLTION: Ya estamos recuperados gracias al Señor Forestion y podemos unirnos nuevamente a la batalla.

Las armas de Flamor y Voltion vuelan a toda velocidad hacia sus portadores, los cuales las atrapan con facilidad. Cuando el Dragón se recompone con una expresión de furia reflejada en su rostro todos los héroes se preparan para continuar la batalla hasta conseguir la victoria, aunque les cueste la vida.


DIVINA CONVICCIÓN II: BATALLAS DE LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora