CAPÍTULO 37: NUEVA MISIÓN

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Poco después de que Dragnya y compañía trasladen a sus compañeros a las habitaciones de descanso para que terminen de recuperarse por completo, el Sargento hace acto de presencia junto a Iron, Lya y Tiger, siendo éste último el que carga con el hombre herido encontrado en la orilla sur de la isla.

OLEZYA: Ponlo suavemente en el suelo, hazme el favor.

TIGER: Como usted diga, señora.

Tiger coloca lentamente al hombre en el suelo, el cual puede verse que tiene su ropa desgarrada con múltiples y profundos zarpazos repartidos por todo su cuerpo. En la parte derecha tiene la marca de una dentellada probablemente obra de un animal salvaje. Dragnya se horroriza al ver el estado tan grave que presenta el individuo, quedándose pálida al verlo.

SARGENTO: ¿Podéis hacer algo por él, Doña Olezya?

Olezya se apoya en sus rodillas y ojea de arriba a abajo durante unos instantes al hombre moribundo, suspirando inmediatamente después y negando con la cabeza.

OLEZYA: Mucho me temo que es demasiado tarde para él. Sus heridas son demasiado graves como para ser sanadas por cualquiera de nosotras. Todo cuanto podemos hacer por este hombre es escuchar sus últimas palabras y encargarnos de su entierro como es debido.

LYA: No puede ser... Es terrible...

DRAGNYA: ¡Pero no lo sabremos si no lo intentamos! ¡No podemos dejarlo morir!

OLEZYA: En ese caso, inténtalo si quieres, aunque no servirá de nada.

LÚMINA: Yo te ayudaré. He gastado gran parte de mis energías sanando las heridas de Vidar y compañía, pero intentaré revivirlo junto a ti.

DRAGNYA: Lúmina... Gracias...

OLEZYA: Haced lo que queráis... Veo que sois igualitas las dos... Yo ya os he avisado de antemano, pero bueno...

Dragnya y Lúmina se acercan al guerrero herido y empiezan a desplegar su aura sanadora para intentar curar las terribles heridas que posee el hombre moribundo, sin éxito. Ambas quedan exhaustas y todos pueden ver que no ha cambiado absolutamente nada.

DRAGNYA: ¡Maldita sea! ¿Qué está pasando? ¿Por qué no cicatrizan sus heridas?

LÚMINA: No lo comprendo, ¿qué es lo que sucede?

OLEZYA: ¿Queréis saberlo? Es bastante sencillo.

TODOS: ?

OLEZYA: Vuestra sanación es efectiva. El problema es que este sujeto tiene corriendo por sus venas un letal veneno que hace inefectivos vuestros intentos de curación. Mucho me temo que es irremediable que este guerrero fallezca en breve.

 UMBRÍA: ¿Significa eso que no hay nada que podamos hacer por él?

OLEZYA: Mucho me temo que así es.

DRAGNYA: No puede ser...

LÚMINA: Eres alguien muy observadora, Olezya. Yo jamás me hubiera dado cuenta de algo así.

LYA: Qué destino más cruel... Malditos Sentimogu...

TIGER: (apretando los puños) Despreciables bestias asesinas... No traen más que muerte y sufrimiento a todos... Algún día pagarán por todo lo que les han hecho a los demás...

IRON: Y pensar que hay gente que piensa que podemos coexistir con ellos... No les entiendo para nada, siendo sincero. En toda mi base de datos no hay nada tan absurdo como ese pensamiento.

DIVINA CONVICCIÓN II: BATALLAS DE LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora