CAPÍTULO 25: RECUERDOS DEL PASADO

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Habitación de Dragnya, 5 AM.

DRAGNYA: Estoy muy preocupada por el señor Oceanus. Espero que se mejore pronto.

LÚMINA: No tienes por qué preocuparte. Él siempre se recupera, y esta no va a ser la excepción.

DRAGNYA: ¿Qué le ha pasado al Señor Oceanus? Nunca antes lo había visto convertirse en esa bestia sanguinaria.

LÚMINA: ¿De verdad quieres saberlo?

DRAGNYA: ¿Eh? ¡Por supuesto! Hay que conocer el origen de esa extraña transformación para encontrar una cura. 

LÚMINA: De acuerdo. Te contaré el origen por el que Oceanus sufre esas transformaciones en bestia demoníaca. La buena noticia es que existe una cura para que su maldición desaparezca, pero la mala es que es algo extremadamente complicado de lograr.

DRAGNYA: Te escucho.

LÚMINA: Oceanus fue maldecido hace millones de años por el Dios Sentimogu, y la única manera de romper el maleficio es acabando con aquel que lo realizó. Desgraciadamente eso es algo que nadie ha podido lograr hasta ahora.

DRAGNYA: A pesar de eso... Hay que seguir intentándolo. Tenemos que liberar a todos de esas despreciables criaturas como Sentimogu. Los únicos casos que se salvan son el Señor Oceanus y la Señorita Umbría, que a pesar de tener orígenes Sentimogu, son buenas personas y de corazón noble.

LÚMINA: Tienes toda la razón, querida. La gente buena es la que vive más duramente y sufre las mayores injusticias que tienen lugar sin ser merecedoras de ello...

DRAGNYA: No es justo... A veces me pregunto por qué el mundo puede llegar a ser tan cruel y despiadado con la gente pura de corazón.

LÚMINA: Eso me recuerda a aquel chico tan especial. Siendo alguien tan noble y ayudando siempre a los demás con los grandes dones con los que había sido bendecido pudiese tener un final tan horrible por culpa de aquellos que tanto le debían.

DRAGNYA: ¿A quién te refieres, Lúmina? ¿Podrías contarme algo sobre él?

LÚMINA: Es una historia muy antigua, pero te la contaré: hace millones de años, entre la raza de los Estelares nació un joven con unos poderes que superaban con creces a los de cualquiera de su especie. Conforme iba creciendo sus habilidades iban perfeccionándose cada vez más, pero cuanto más las usaba mayor era el desgaste energético que sufría, lo que terminaría causándole la muerte, aunque no le importaba.

DRAGNYA: Es increíble. Ojalá existiera más gente como él y todo el multiverso sería un lugar mejor con el esfuerzo combinado de todos para vivir en paz para siempre.

LÚMINA: Desde luego. Tras varios milenios ayudando a cualquiera que lo necesitara independientemente de su raza fue puesto en el punto de mira del sector más radical de los Estelares, quienes lo consideraban una grave amenaza por sus excepcionales poderes y se propusieron acabar con su vida, a pesar de la pureza de su corazón y de que cada vez que usaba sus poderes ponía su propia vida en peligro sin dudarlo un instante.

DRAGNYA: No entiendo cómo puede haber gente que tuviera miedo de las buenas intenciones de ese joven... Esa clase de gente no tiene sentimientos y es incapaz de pensar en nadie aparte de en sí mismos.

LÚMINA: Cuando me enteré de lo que planeaban me apresuré para salvarlo, pero ya era demasiado tarde... Nunca pude encontrar sus restos y castigué con la prisión eterna a los que habían provocado la muerte de aquel joven inocente y bondadoso... Yo... he dejado que varias vidas inocentes se pierdan sin haber podido evitarlo... Incluso las de mi propia familia... ¿Qué clase de Diosa soy?

De repente Lúmina empieza a recordar a todos los seres queridos que ha perdido a lo largo de su vida, sintiendo un devastador sentimiento de culpa que le provoca estallar en llanto sin que pueda evitarlo. Dragnya puede sentir el gran dolor emocional que está padeciendo Lúmina y repentinamente comienzan a correr lágrimas por sus mejillas.

DRAGNYA: Lúmina...

LÚMINA: (llorando) No pude... Snif... salvar a mi hijo y a mi marido de las garras de los Sentimogu... Snif... He perdido a mucha gente querida por culpa de esta maldita guerra milenaria... Todo cuanto deseo es que pueda devolverles la vida a todos los que han muerto injustamente y poder vivir en paz y armonía junto a mi familia y coexistir en un mundo en el que no haya guerras y exista un respeto mutuo entre todos los seres como antaño... Snif...

Dragnya se acerca a Lúmina y la abraza con ternura y simpatía.

LÚMINA: Lúmina... Siento que has estado sintiendo una enorme carga de culpabilidad en silencio, pero recuerda que no estás sola. Tienes a gente que te quieren como una madre y que harán lo que sea necesario para cumplir tu deseo: el de poder vivir en paz con tus seres queridos en un mundo donde no haya víctimas por las guerras y que haya igualdad entre todos.

LÚMINA: Snif...

DRAGNYA: Siempre estaremos a tu lado para ayudarte, al igual que tú nos ayudas. Eso es lo que hace una familia. Derrotaremos a los Sentimogu y acabaremos con esta guerra que tanto dolor y sufrimiento ha causado a lo largo de los siglos. Eres nuestra madre, y siempre te apoyaremos, no importa lo que pase.

Lúmina, cuando escucha las palabras de Dragnya, le tiemblan las manos durante unos instantes y abraza con fuerza a la niña, apoyando su rostro en el cuello de la joven sin parar de llorar, permitiendo que las lágrimas mojen la ropa de Dragnya.

LÚMINA: <<Es verdad... Brisa, Oceanus y los demás me han considerado siempre como una figura materna, una luz que les guía cuando están perdidos. Dragnya, ¿has averiguado ya la verdad? Aún no me siento preparada para contarte que eres mi hija, y todo lo que hice fue para protegerte. Espero que cuando descubras tu pasado puedas perdonarme por no haber sido la madre que merecías desde siempre>>.

Lúmina sigue abrazando a Dragnya mientras múltiples sentimientos abordan su mente, siendo incapaz de parar de llorar mientras siente el suave y cálido tacto de la pequeña Dragnya reconfortándola en malos momentos. 

Palacio de los Regentes Sentimogu, habitación de Vladyron.

Vladyron se encuentra durmiendo en sus aposentos. Sin previo aviso en su subconsciente aparece la imagen de un joven crucificado con los ojos vendados cubierto de heridas de las que brotan ingentes cantidades de sangre. A los pies de la cruz hay un lago de llamas que amenazan con reducir a cenizas al joven mientras una numerosa multitud contempla con malicia y placer el tormento que está sufriendo el joven.

ESTELAR 1: ¡Acabemos con él! ¡Que no queden ni sus cenizas!

ESTELAR 2: ¡Seguid disparando! ¡Hay que eliminar a esta aberración para mantener el equilibrio en el mundo!

ESTELAR 3: ¡Es un ser diabólico! ¡Nacido del grave pecado que ha cometido uno de los nuestros por tener un hijo con una indecente mujer Sentimogu!

ESTELAR 4: ¡El que ayudara a los demás no era más que una tapadera! ¡Él es el diablo encarnado! ¡Todas las desgracias que están azotando este mundo son culpa suya!

ESTELAR 5: ¡Sigamos torturándolo! ¡Tiene que sufrir todo lo que está sufriendo este mundo y sus habitantes en sus propias carnes multiplicado por un millón!

JOVEN: <<¿Cómo puede estar pasándome esto? Nunca he hecho daño a nadie y siempre he estado empleando mis habilidades para ayudar a los demás y restaurar los daños producidos en este bello mundo>>. ¡POR FAVOOOOORRRR! ¡NO SIGÁIIIIIIIIIIS! ¡AAAAAAAARRRRRGGGGGHHHH!

ESTELAR 6: ¡MUERTE AL ENDIABLADO! ¡UNA DESGRACIA COMO TÚ NO TIENE LUGAR EN ESTE MUNDO PURO Y BELLO! ¡MERECES MORIR POR TUS CONTINUOS PECADOS! ¡ERES UN PELIGRO PARA ESTE MUNDO Y PARA TODOS! ¡MUERE!

JOVEN: ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Vladyron se despierta sobresaltado y con sudor recorriendo su rostro.

VLADYRON: Otra vez este maldito sueño... 

DIVINA CONVICCIÓN II: BATALLAS DE LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora